Adele y sus sillas. Lo que en su momento seguramente fue una simple idea de atrezo, un recurso expresivo más, se ha convertido en un elemento característico de algunos de los videoclips más famosos de la cantante londinense. Adele aparece sentadica como una yaya esperando en la carnicería en ‘Rolling in the Deep’, ‘Hometown Glory’, ‘Easy On Me’… Y, por supuesto, en su último vídeo.
De hecho, ‘Oh My God’ empieza con un plano de una silla. Y, sobre ella, una manzana. Si nos fijamos en la letra de la canción, parece obvia la referencia al fruto prohibido del Génesis. No es la única referencia bíblica (ni la única silla) que se puede rastrear en el vídeo. También podemos ver una serpiente “tentadora” que parece conectar con la frase “I said lord don’t let me let me down”.
El vídeo, rodado por Sam Brown (el mismo director que filmó el exitoso ‘Rolling in the Deep’), está montado en continuidad. Un aparente plano-secuencia en el que Adele aparece en un escenario teatral, con mucho juego de luces y sombras, donde se van sucediendo varias escenas, muchas de ellas con la cantante significativamente desdoblada.
El final de ‘Oh My God’ no puede ser más elocuente. Una silla ardiendo y la cantante bailando y dándole un bocado a la manzana. Parece evidente: Adele “want to have fun” y, sí, ya está, ya vale de tanta silla.