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Disco de la Semana: Arcade Fire / WE

Lo mejor: 'The Lightning II', 'End of Empire III' 'Unconditional I', 'WE'
Te gustará si te gustan: David Bowie, Sparklehorse, Flaming Lips, Sufjan Stevens
Escúchalo: Youtube

Seguimos en pleno debate sobre lo despectivo o lo apropiado del término «generación de cristal». La escritora que lo acuñó, Montserrat Nebrera, ha matizado su definición, hablando de «hedonismo» e «indolencia», pero también de «frustración», de «miedo» y de «crisis de los modelos económicos».

Arcade Fire comienzan su nuevo álbum ‘WE’ de manera muy parecida. Hablan de «la edad de la duda» en la que «nadie duerme» porque «las pastillas ya no nos sirven». Titulan el tema «La edad de la ansiedad». En el texto con que presentan el disco hablan de Marley, Buddha, Abraham y Martin Luther King Jr. Concluyen tan ilustrativa nota así: «los hipsters lo llaman jazz, los hippies lo llaman amor, nosotros lo llamamos NOSOTROS».

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Queda así más o menos explicada la voluntad pacífica y comunitaria de ‘WE’. El nuevo disco de Arcade Fire se divide en dos partes. La primera se llama «I» e, inmersa en la depresión, nos habla de cielos fríos, de gente que se queda dormida viendo la televisión, de padres ausentes, del fin de una era. La segunda parte, la apropiadamente llamada «WE» es su propuesta de recuperación, representada por los sencillos con que se ha presentado el álbum: ‘The Lightning’ y la primera parte de ‘Unconditional’, «Lookout Kid».

‘The Lightning’ nos habla de forma velada de las últimas elecciones en Estados Unidos, del miedo a que ganara Trump, especialmente por parte de los migrantes de Haití, mientras «Lookout Kid» es una canción de afecto hacia un hijo. Win Butler y Régine Chassagne son padres de un niño de 9 años y parecen más que preocupados por la deriva de una generación que vive con menos certezas y seguridades que la anterior. Aquí muy claramente le alientan a él y a toda su generación perdida: «Hay cosas que podrías hacer que nadie más en la Tierra podría / Pero yo no puedo enseñarte».

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Arcade Fire están tratando de comunicarse con la generación pre-adolescente, adolescente y post-adolescente concienciada con la salud mental, de Billie Eilish a Ariana Grande, mientras musicalmente tratan de reconectar con sus antiguos seguidores. Generalmente, la corriente de opinión consideró su anterior entrega ‘Everything Now’ un tropezón, pese a contener uno de los mayores éxitos de su carrera, el tema titular, y composiciones tan bonitas como ‘We Don’t Deserve Love’. Un poco sobrevalorado por mi compañero Pablo Tocino, y un mucho infravalorado por el público, el disco ha sido dejado atrás, en cualquier caso, pues ‘WE’ es mucho menos marciano.

Con todas sus canciones excepto la final ‘WE’ divididas en dos, tres y cuatro partes, este álbum de Arcade Fire funciona a modo de musical. Comienza con la mencionada ‘Age of Anxiety I’, en la que conviven los pasajes acústicos, a piano, con jadeos. Los sintetizadores se van imponiendo de camino a la segunda parte de esta pista, identificada como «Rabbit Hole». Aquí encontramos de nuevo a los Arcade Fire de su reinvención más inesperada, ‘Reflektor‘.

‘End of Empire’ es una odisea de 9 minutos en la que última y cuarta parte se dedica al personaje «Sagitarius A». Ahí merece la pena pararse en la producción del álbum. Está a cargo de Nigel Godrich, conocido por todo el mundo como «El Sexto Radiohead». Sin embargo, es Dave Fridmann quien parece haberles inspirado a juzgar por el preciosista trato de voces y detalles, de carácter onírico, entre el folk de bosque y el dream pop.

Más tarde, tras los sencillos, Régine recupera el brío ochentero en la segunda parte de «Unconditional», «Race & Religion», para hablar de la importancia de la unidad. Al final, el disco escoge cerrarse con un tema acústico, el que da nombre a todo. «Cuando todo acabe, ¿podremos hacer todo de nuevo otra vez?», se pregunta el tema, dejando un sabor tan agridulce y hermoso como el de ‘Automatic for the People‘.

Es imposible pasar por alto los innumerables guiños que encontramos al que fue el gran colaborador de lujo de Arcade Fire, David Bowie. La segunda parte de ‘End of the Empire’, titulada «Last Round», recuerda a los primeros 70, los tiempos de ‘All the Young Dudes’ y ‘The Man Sold the World’, y ya puestos, le encontramos en menciones al espacio, a laberintos, en guiños glam e intenciones conceptuales. No hay una reinvención camaleónica en ‘WE’. Lo que sí encontramos es un gran 6º álbum que deja algunos de los momentos más reconfortantes y excitantes de la carrera de Arcade Fire. No está mal para los autores de ‘The Suburbs‘.

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