Otoño es tiempo de setas. Casualidad o no, Björk se adelanta a la temporada setera y presenta un videoclip plagado de hongos. El escenario donde transcurre ‘Atopos’ es una mezcla entre el universo vegetal, psicotrópico y alienígena de ‘Avatar’ (que también vuelve este otoño, como las setas) y la imaginería fantástica de un cuento de hadas.
A través de un movimiento de aproximación, la cámara nos introduce en lo que parece una cueva. El vídeo recrea una actuación: Björk, bailando y cantando caracterizada como una especie de fungi queen o hada (o gnomo) de las setas; un DJ cuya mesa de mezclas tiene más hongos que la ducha de un gimnasio; y los clarinetistas, que recuerdan a la banda Figrin D’an y los Modal Nodes que tocan en la cantina Mos Eisley de ‘Star Wars’.
‘Atopos’ también tiene algo de rave micológica-psicodélica. Una sesión en una húmeda cueva a la luz de la luna que admite otra lectura: los hongos como metáfora de lo alucinógeno, de los estados alterados de conciencia representados visualmente en la última parte del vídeo, con un montaje muy acelerado acompañado de los destellos de la luz estroboscópica.