Cualquiera que haya seguido la carrera de La Bien Querida sabe que ‘Paprika’ no es la primera vez que Ana se acerca a la música latina. Muy comentada fue la cumbia dub de ‘7 días juntos‘. Sin embargo, ‘Paprika’ tampoco se centra exclusivamente en los sonidos iberoamericanos, hasta el punto que su autora ha declarado «arrepentirse» de no haber llevado más lejos esa idea. En su lugar, el séptimo disco de La Bien Querida vuelve a sonar tan «libre de disciplinas» como de costumbre, pero con el añadido de ser uno de sus trabajos más accesibles y amenos, probablemente el mejor para que el público que la acaba de descubrir se acerque a su música por primera vez.
La previa afirmación suena a hipérbole porque La Bien Querida acumula ya varios discos excelentes a sus espaldas. Sin embargo, si hay que elegir uno entre los más electrónicos (‘Ceremonia‘), los más rebuscados por concepto (‘Premeditación, nocturnidad y alevosía‘, ‘Brujería‘) y el resto, no sería -bajo mi punto de vista- ‘Fuego‘ por mucho que este disco también sea variado y contenga ‘Dinamita’, el mayor éxito de su carrera. De hecho, ‘La Perra del Hortelano’, que también es una balada orquestal y abre el disco, comparte intenciones con ‘Dinamita’ y es, como composición, más inmediata.
Pero si una bachata llamada tal cual ‘La bachata‘ ocupa el puesto 1 de singles en España, donde han arrasado previamente éxitos similares como ‘Ateo‘ o ‘La fama‘, y a La Bien Querida le ha dado por hacer bachata en esta nueva era, empiezan a quedar claro los atractivos de ‘Paprika’ de cara al público generalista. Hasta dos bachatas incluye ‘Paprika’ y las dos son buenas adaptaciones de este ritmo dentro del universo sonoro de La Bien Querida: ‘Esto que tengo contigo’ es mona, pero ‘La cruz de Santiago‘ sobresale por su carácter pasional: «¿quien detendrá la turba iracunda, si no estoy contigo ahora?» se preguntan en el estribillo Ana y Santiago Motorizado, que colabora.
No se le puede echar en cara a La Bien Querida que busque sonar digerible para el mayor posible ahora que repite visita a El Hormiguero cuando no ha dejado de ser una artista indie que ha pasado de editar en Elefant a Sonido Muchacho, y ‘Paprika’ no es un trabajo que desborde una imaginación explosiva en el aspecto instrumental y de producción, más bien, su cometido parece ser el de sonar lo más inmediato, claro y convencional posible. En ese sentido destacan para bien los singles. Por contra, el disco-pop de ‘La voz de su amo’ no es demasiado excitante pese a inspirarse, por temática, en Depeche Mode
, y la balada pop-rock de ‘Átame’ suena apagada en su intención pasional: la entrada de su solo de guitarra eléctrica, que busca imitar a Prince sin más, no sabe a premio, precisamente.Pero que ‘Paprika’ no represente, a nivel sonoro, un paso extraordinariamente arriesgado en la carrera de La Bien Querida, no significa que esté exento de cualidades. En primer lugar porque sigue conteniendo canciones atrevidas como la trotona ‘Datbay’, que conecta con el lado latino del disco a través de sus tropicales guitarras. Y, en segundo, porque Ana sigue mimando las letras como nadie, por mucho que estas sigan hablando una y otra vez de lo mismo: el amor, el desamor, «las idas y venidas de una relación», según la nota de prensa. «Me has metido mano por donde has querido, y la tapa de mis sesos por los aires ha salido» es una frase precisamente de ‘Datbay’, y si el pop-rock de ‘Juan’ puede pasar desapercibido, aún su rima «no hay nada parecido / al viento de tus suspiros» resulta totalmente poética en su cotidianeidad.
Tampoco da ‘Paprika’ un enorme salto cualitativo a nivel de composiciones. Pero, aunque es temprano para adivinar si aquí hay un nuevo ‘Dinamita’ o un nuevo ‘De momento Abril’, dos canciones a las que le costaron sus años alcanzar la gloria, al menos sí se puede decir que las canciones dan la talla, y si la rumbita de ‘Mala hierba’, que incorpora a Tulsa a las voces, resulta tan graciosa como las suele hacer Soleá Morente, además con su dosis de mala baba dirigida a un tipo «embustero, cobarde, egoísta» y más calificativos; la bonita balada dream-pop de ‘Como si nada’ se confirma como «grower» por delante incluso de ‘No es lo mismo’, que incorpora a Jota de Los Planetas (otra vez) y suena inspirada en Beach House. Queda claro que ‘Paprika’ no es, por tanto, un disco latino, pero sí es una adición digna al universo «LBQ», una vez más.