El proyecto de tres epés de Fangoria llega a su fin con ‘Ex Profeso’, que vuelve a contar con un single principal apañado. ‘Un poco todo‘, de título atípico sacado de una expresión que Alaska le suele escuchar a una amiga suya cuando le preguntan cómo está, se apunta a la moda de replicar la base de ‘Show Me Love’, pero añade riffs de EDM y silbidos como si se hubiera atascado en el año 2011. ¿Suena desfasado? Sí. ¿Lo bailaría en el Arena a las 3 de la mañana? Sí.
‘Un poco todo’ no iguala el nivel de ‘Momentismo absoluto‘ ni el de ‘Mi burbuja vital‘, pero sí es mejor que el resto de pistas del EP. ‘No me compensa, no lo vuelvo a hacer, qué gano yo con todo esto?’ es machacona, pero lo mejor que se puede decir de que ella es que contiene una frase susceptible de ser incorporada al vocabulario popular («estás montando un cuadro emocional»), que la hace destacar por defecto.
‘Lo imposible’ contiene ingredientes para ser un temazo de Fangoria: la base dance es funcional, su redoble de tambores a lo Raffaella sigue siendo un recurso poco empleado en el pop incluso a día de hoy (recientemente lo ha usado Rigoberta en ‘Julio Iglesias’), y su estribillo axiomático es «classic Fangoria»: «Nunca lo debiste prometer / Lo que es imposible no puede ser». Sin embargo, la composición se queda a medio camino de ser la mejor del disco.
La sorpresa del EP la da ‘Un vampiro para dos’, que, inspirada en el sonido Phil Spector, suena a la Motown y, por lo tanto, también, en partes, a Alaska y Dinarama. Recuerda a ‘Rey del glam’ y redescubre un sonido que sienta muy bien a Alaska y Nacho Canut. Por mucho que les asociemos por siempre al electropop, por mucho que queramos que vuelvan a sus raíces más oscuras, este estilo más retro sienta bien a la voz de Olvido, e introduce a Fangoria en un contexto fresco, por poco habitual.
El chicle de ‘Satanismo, Arte Abstracto y…’ pierde ya completamente su sabor en la versión de este EP, dedicada al sonido «New York Dolls». Nunca ha sido una canción interesante en ninguna de sus versiones, ni las incluidas en ‘Existencialismo pop‘ ni las que aparecen en ‘Edificaciones paganas‘, y vuelve a ser el caso.
Con ella, Fangoria cierran el último de los tres epés que han querido publicar a modo de entretenimiento y que, sin hallarles en su máximo estado de inspiración, nos han mantenido, pues eso, entretenidos y atentos a cada uno de sus pasos. Nunca dejará de ser así.