Tempers es el dúo de dark-wave formado por Jasmine Golestaneh y Eddie Cooper, dos artistas neoyorquinos que llevan varios álbumes publicados a sus espaldas. El último, ‘New Meaning’, producido por ellos mismos, salió hace pocos meses y el dúo lo estará presentando en Barcelona el próximo 11 de febrero. La cita es en la sala Razzmatazz y las entradas siguen disponibles.
Entre los temas más populares de Tempers se encuentra el desesperado ‘Capital Pains’, que suma cerca de 6 millones de streamings, el guitarrero ‘Hell Hotline’, que recuerda a los Depeche Mode más opresivos; y ‘Strange Harvest’, de gélidos sintetizadores en la línea de ese cold wave ochentero que tanto nutre su música. No hay más más escuchar o incluso leer los títulos de dos de las mejores canciones incluidas en su último disco, ‘Unfamiliar’ y ‘Sleepwalking’, para saber por dónde van los tiros.
El grupo se dio a conocer en 2015, año en que se editó su debut largo ‘Services’, y ha paseado su repertorio por lugares como Berghain o el festival Test Pressing de Tottenham. Después su catálogo ha conocido obras tan interesantes como ‘Junkspace’, creada junto al arquitecto holandés Rem Koolhaas e inspirada en la cultura de los grandes almacenes. Cortes como ‘Escalator’ o ‘Fake Palm Tree’ adoptan ya formas más tecno, sin abandonar la frialdad habitual.
Fascinados por las atmósferas oscuras del post-punk, Tempers publicaron en 2019 su disco más popular, ‘Private Life’, que incluye el citado single ‘Capital Pains’ y otros cortes destacados como ‘Daydreams’, ‘Guidance’, o uno con un nombre tan peculiar como ‘Leonard Cohen Afterworld’, sin olvidar baladas tan lynchianas como ‘Peace of Mind’.
Acorde al sonido de Tempers, las introspectivas letras del grupo están plagadas de ángeles, sombras y de personajes que se sienten perdidos y buscan el significado del mundo moderno. Precisamente de eso habla ahora ‘New Meaning’, un disco en el que Tempers se zambullen en lo «desconocido» y capturan la magia de una belleza oculta.