Francisco Rabaneda Cuervo, conocido mundialmente como Paco Rabanne, ha fallecido a los 88 años en su casa de Portstall, en Francia. Rabanne deja tras su muerte una marca reconocida internacionalmente en la moda y en el mundo del perfume, y un legado difícil de igualar.
Nacido en Gipuzkoa en 1934, su familia se afincó en Francia desde que este tenía cinco años, en 1939, en plena ocupación nazi. Vivió allí hasta 1947, donde empezó a llevar a cabo su revolución en la moda, caracterizada por su modernidad y futurismo. La madre de Paco Rabanne trabajó como costurera jefe para Balenciaga, por lo que desde pequeño tuvo claro a qué se dedicaría, pese a haber estudiado arquitectura.
En 1966, la primera colección de Paco Rabanne vio la luz, compuesta por 12 vestidos en los que usaba materiales inverosímiles en la época como el metal, el papel o el plástico. Por esto, Coco Chanel le definió como el «metalúrgico de la moda». En esta década ya consolidó su nombre totalmente, diseñando el vestuario de la película ‘Barbarella’ (1968), protagonizada por Jane Fonda, y vistiendo a figuras de la época tan importantes como la cantante y actriz Françoise Hardy o Audrey Hepburn.
En esta década también comenzó sus andanzas en el mundo del perfume con el lanzamiento de una fragancia llamada ‘Calandre’, que se traduce como «parrilla de automóvil», que se convirtió en un icono de la feminidad moderna. En los 80, experimentó con tejidos luminiscentes, papeles metalizados, cuero… Sin embargo, en 1999 Paco Rabanne se retira de la moda y su marca con él. Es en 2011 cuando la marca resurge gracias al diseñador Julien Dossena, quien ha devuelto la marca al éxito de los tiempos de su fundación.