Everything But the Girl pelean en estos momentos por conseguir el primer número 1 de toda su carrera en Reino Unido. Enter Shikari han sacado las uñas y han rebajado su nuevo álbum y se han puesto a firmar cassettes, y Ben Watt y Tracey Thorn no entrarán en ese juego. Aun así, ‘Fuse‘ puede ser el primer top 2 o el primer top 3 de su carrera. Hasta ahora, su mejor dato fue el número 4 logrado por su gran obra maestra, ‘Walking Wounded’.
Tantas ganas tenía el público de que el icónico dúo volviera. No todos los días asistimos al regreso de una pareja que nunca dejó de serlo después de 24 años. Ben y Tracey me atienden a través de Zoom y por suerte consienten el uso de vídeo. Es bastante frío esto de los Zooms, pero hay una ventaja que resulta paradójica.
De repente, te ves a ti mismo en una pantalla en el mismo plano que los artistas, en este caso de primer orden. Eso significa que es más fácil conservar esa imagen surrealista en la retina que la de una entrevista en persona. Ahora mismo me parece muy lejano haber entrevistado a Thorn en Madrid. Seguro que tal cosa no se volverá a repetir en persona, con este grupo esquivo y escurridizo que no ofrecerá ni un concierto de regreso.
Hablo con Everything But the Girl sobre este lapso, sobre su nueva obra, sobre la identidad del dúo o sobre las letras del disco, hasta que su grabación se congela para no volver. La entrevista termina 10 minutos antes de tiempo, pero merece la pena.
¿Cuándo os disteis cuenta de que teníais un nuevo disco de Everything But the Girl bajo el brazo?
Tracey: «Acabamos en octubre del año pasado».
¿Hay alguna canción que sea realmente antigua?
Ben: «La mayoría del disco se escribió entre primavera y verano del pasado año. Pero hay una canción más vieja, ‘Run a Red Light’, que es una demo que tenía yo y de la que me había olvidado. En un momento dado durante la grabación de este disco, Tracey preguntó si tenía algo más y yo le dije que sí, que tenía alguna basurilla en mi móvil. A Tracey le gustó y decidimos hacerla. Trabajamos un poco más en ella y ahora es la grabación más vieja del álbum».
¿De qué fecha estamos hablando exactamente?
Ben: «Probablemente la escribí como en 2019, antes de ‘Storm Damage’, que ha sido mi último disco en solitario, pero no encajaba con el resto del álbum, así que se quedó en un cajón».
Y por eso es la única que no habéis co-escrito en ‘Fuse’…
Tracey: «Sí, el resto lo escribimos durante la primavera y el verano pasados».
¿Por qué habéis producido el disco vosotros mismos? Para mí suena influido por artistas nuevos, curiosamente, pero lo habéis hecho vosotros solos. No sé si nunca fue una opción recurrir a un productor externo.
Tracey: «Tienes que entender que cuando empezamos el proceso, ni siquiera sabíamos que estábamos haciendo un disco. Simplemente estábamos haciendo música, jugando. No había una presión por un gran regreso como para coger a un superproductor. Ben y yo trabajamos juntos en casa, y él trajo al estudio a un amigo ingeniero, Bruno Ellingham. En ese momento nos dimos cuenta de que sonaba bien, como un disco de Everything But the Girl, y nos pusimos a trabajar más en serio, pero en principio no sentimos requerir de un productor. Y era muy bonito ver adónde íbamos y qué podíamos hacer por nosotros mismos».
Ben: «Mucha gente dice que el disco suena moderno pero a la vez a Everything But the Girl, y creo que es porque lo hicimos por nuestra cuenta. Hay una gran tentación hoy en día de meter colaboraciones, listas de otros artistas… Es una herramienta de márketing más que una idea creativa. Pero para nosotros era cuestión de hacer un disco nosotros solos y ver qué pasaba».
Después del éxito del remix de ‘Missing’, hicisteis 2 discos electrónicos. ¿Nunca fue una opción sacar un disco acústico? ¿Este tenía que ser un disco electrónico?
Tracey: «No había un gran plan, tipo «vamos a hacer un disco acústico» o «uno de electrónica». Intentamos hacer algo libre, ver dónde iba, y entonces eso fue lo que surgió. Ben es el que lo pone todo en conjunto, e intentamos hacer algo diferente. Trabajamos sobre improvisaciones de piano y texturas electrónicas. Experimentamos».
Ben: «Los últimos 3 discos que he hecho en solitario eran vívidos, con banda, los dos primeros eran a la guitarra, otro de piano con electrónica… Por eso en el confinamiento decidí hacer algo diferente. Me influyó que el tour de ‘Storm Damage’ se tuviera que cancelar por la pandemia. En un momento dado había preparado una banda y tenía 40 conciertos listos que no pude hacer. Por eso en el confinamiento quise experimentar de manera diferente».
«Era muy bonito ver adónde íbamos y qué podíamos hacer por nosotros mismos»
¿Creéis que la gente piensa en EBTG como en un grupo electrónico, en ‘Walking Wounded’? Algunos pensarán también en los 80, cuando sonabais mucho menos electrónicos.
Ben: «Significamos muchas cosas diferentes para gente diferente, porque hemos estado por aquí durante muchísimo tiempo. La gente entra y sale. Tienen discos favoritos y canciones favoritas. No podemos controlar lo que la gente piensa de nosotros. Lo que podemos hacer es mirar al futuro y hacer nueva música».
Tracey: «Nunca tuve la idea de que fuéramos solo una cosa, no tenía sentido. Solo somos gente haciendo música. Puede parecer un poco sinsentido decir esto, pero así es como la música se hace. Solo somos humanos haciendo música, no somos etiquetas».
Ben: «No es conveniente reducir la música así. Solo hacemos música. Toda la gente que hace música durante mucho tiempo experimenta. Mira a los Bee Gees, mira a Bowie. ¡Bee Gees fueron de ‘Massachusetts’ a ‘Saturday Night Fever’!».
¿A quién se dirigen las letras del disco? Por ejemplo, a quién estás hablando en ‘When You Mess Up’? Cuando hablas de perdonarte a ti misma, no sé si hablas a tu niña interior, a tu yo más joven, a tus hijos…
Tracey: «En esa canción hablo conmigo misma. Estoy en un momento como de transición, cuando te haces mayor. Quizá la mayor parte de tu carrera ya ha pasado, tus hijos se van de casa y no estás segura de lo que va a pasar. Me recuerda a cuando era joven. Por eso empieza ahí. Soy yo misma, es como me siento a veces. Es sobre la incertidumbre del futuro cuando era más joven».
Escuchando esta canción, me vino a la cabeza ‘Flipside’, aquella canción del 96 que empezaba diciendo «London, summer 92, I think I’ve changed a lot since then, do you? (…) Have I changed? Will I change again?». ¿Qué le diríais a vuestro yo de entonces? ¿Que cambiaríais o que no?
Tracey: «Que sí, que cambiarás de nuevo (risas) Es ley de vida. Hay un momento de tu vida de cierta complaciencia, pero hay cosas que pasan y es obvio que nunca vas a dejar de cambiar. Te das cuenta de que tu viejo yo va a cambiar y serás una persona diferente cada vez».
Cuando escuchaba aquellas canciones de adolescente, me sentía como muy adulto. Pero a la vez de mayor sigues siendo un eterno adolescente para ciertas cosas. Yo no sé si he cambiado tanto…
Tracey: «Siempre puedes reconocerte en partes de ti. Cada año que pasa, experimentas cosas diferentes. Hay todo tipo de capas. Cuando digo que hay cambios, no digo que tu viejo yo desaparezca. Pero se van añadiendo capas».
Ben: «La letra de ‘Flipside’ es mía, y el verano del 92 es cuando estaba en el hospital, a punto de morir. La canción empieza con un hombre joven de 29 años, que ha cambiado dramáticamente física y mentalmente. Escribí la canción sobre ese fondo y hablaba sobre cambios que pueden llegar en cualquier momento. Los amigos pueden morir, puedes perder el trabajo, puedes divorciarte, puedes tener una enfermedad grave… Todo eso te cambia. Tienes que reiniciar».
«Recuerdo pensar: «‘Walking Wounded’ suena tan fresco… no hay nadie que suene a esto, ojalá que seamos los primeros, ¡hay que sacarlo!»»
Recuerdo escuchar ‘Walking Wounded’ muchísimo y era una experiencia muy intensa para mí. Me impresionó muchísimo el sonido y las letras. Es un disco muy especial. ¿Qué significa para vosotros en lo personal? ¿Sería vuestra gran obra maestra o en absoluto?
Tracey: «¡Creo que podría ser! (risas) Está por ahí arriba entre nuestros 2 o 3 mejores discos (risas)».
Ben: «Simplemente es un disco que funciona. A veces hay algo de compromiso en un disco, no estás convencido de lo que quieres hacer, y la gente alrededor te empieza a sugerir cambios y cosas posibles que hacer. Y con ese disco estábamos tan convencidos de cada paso… y teníamos tantas ganas de que saliera… Recuerdo pensar: «estos «grooves» suenan tan frescos, no hay nadie que suene a esto, ojalá que seamos los primeros, hay que sacarlo». Por supuesto, no es que fuera enteramente original, y estaba muy influido por cierta gente que conocía del underground, como Omni Trio, Alex Reese, Peshay, Photek… Pero en términos de disco de pop era muy fresco».
¿Qué creéis que hace a ‘Fuse’ funcionar como proyecto?
Ben: «Una de las cosas buenas es que ha habido un lapso desde el anterior».
«‘Fuse’ ha sido como hacer un primer álbum de nuevo. Todo era posible»
Bueno, esto no lo llamaría «lapso». Habría que inventar una palabra nueva…
Ben: «Ocaso» (risas)
Tracey: «¡Gran cañón!» (risas)
Ben: «Como el lapso ha sido tan grande no teníamos ninguna presión. Era como hacer un primer álbum de nuevo. Todo era posible. No teníamos la necesidad de impresionar a nadie, ni obtener aprobación, no teníamos sello ni mánager, ha sido muy libre. Y por eso funciona».
¿Hay algún concepto detrás del disco?
Tracey: «Cuando escribíamos no teníamos un tema en mente, algo concreto que quisiéramos expresar. Pero cuando empezamos a hacer entrevistas y a pensar en las letras, creo que hay muchas sobre intentar conectar con la gente, sobre acercarte a los demás, sobre desesperadamente querer conectar. También sobre soñar estar en un club, o en un karaoke, o haber perdido a alguien. Y todo eso viene de la pandemia, de la desolación, de la soledad, de estar separado de gente que quieres. Es algo que está ahí».
Hay una canción sobre un ‘Karaoke’ pero es oscura. ‘No One Knows We’re Dancing’ no es una canción para bailar. ‘Lost’ equipara perder a tu madre a perder un cliente. Hay letras muy particulares aquí, no son las letras obvias que esperarías, por lo que dices…
Ben: «Creo que la ambivalencia y los sentimientos encontrados son gran parte del trabajo de nuestras canciones. Muchas de nuestras letras no ofrecen soluciones, sino que presentamos situaciones. Invitamos a la gente a entrar en la canción, a pensar y a sentir. Por eso conectan con la gente, porque pueden jugar con el mundo que construimos. Dejamos preguntas, no respuestas. Así establecemos una relación con el oyente».
Tracey: «Es lo que has dicho de no ser obvio. Es lo que intentamos hacer de manera muy consciente. La canción ‘No One Knows We’re Dancing’ es un recuerdo de estar en un club, no es estar en un club. Poner “he perdido las bolsas” al lado de “he perdido a mi madre” es algo inesperado y por eso funciona. Por eso tiene tanto poder. Porque no lo estás esperando. No te ofrece una obviedad de corazón roto».