Quién iba a decir que una comedieta como ‘Cortocircuito’ (1986), dirigida por John Badham -autor de una de las películas más icónicas de los 70, ‘Fiebre del sábado noche’, y uno de los reyes del videoclub de los 80 con exitazos como ‘Juegos de guerra’, ‘Dos pájaros a tiro’ o la propia ‘Cortocircuito’- se iba a convertir en un referente estético para la representación cinematográfica de los robots cuquis y “adorables”.
El diseño de Johnny 5, obra del gran Syd Mead (creador de todo tipo de cachivaches futuristas para ‘Blade Runner’, ‘Aliens’ o ‘Tron’), fue fusilado por Pixar en ‘Wall-E’, copiado en versión cíclope en ‘La oveja Shaun: Granjaguedón’ (el robot Mugg-1N5) y recuperado ahora en formato roomba en el nuevo videoclip de Harry Styles.
El Curiosity –el Cortocircuito de la NASA- aparece en un televisor explorando Marte mientras se escucha la inconfundible voz de Brian “Logan Roy” Cox. Esta visión resulta una epifanía para la humilde aspiradora que se mueve por la sala de catering del concierto de Styles. Se queda con la boca abierta. A partir de esa revelación, la aspiradora robótica se escapa de allí como una esclava de un campo de algodón y emprende un largo viaje en busca de su sueño.
Influenciado conceptualmente por ‘Wall-E’, ‘Satellite’ sigue los códigos dramáticos de la fábula con mensaje motivador. Tras recorrer medio país, de gasolineras y callejones inmundos a bosques, montañas, Las Vegas o el Gran Cañón, el simpático robocito llega casi sin batería a su destino: el centro de ensamblajes de vehículos de la NASA, en Florida. De este modo, la aspiradora pasa de aspirar miguitas de una moqueta a inspirar sueños de grandeza planetarios.