El drama carcelario ‘La leyenda del indomable’ (1967), la película más celebrada del todoterreno de Hollywood Stuart Rosenberg (‘Brubaker’, ‘Terror en Amityville’), ha pasado a la historia, además de por su fabuloso reparto masculino (Paul Newman, George Kennedy, Dennis Hopper, Harry Dean Stanton), por una secuencia concreta: aquella en la que el “indomable” preso interpretado por Newman se zampa, por una apuesta, 50 huevos duros en una hora (si fueran fritos, nos podríamos acordar de Paco Martínez Soria y su empacho de “huevitis fritis” en ‘El alegre divorciado’).
Ignoro si el clip que ilustra ‘Eggman’ es también producto de una apuesta o un homenaje a ‘Cool Hand Luke’, título original de la película de Newman. Pero lo que es seguro es que da la misma angustia verlo que la famosa secuencia. La diferencia es que la repugnancia que provocaba la escena del filme estaba generada por su planificación y la actuación de Newman, mientras que en el vídeo lo que da asco es ver a Ty Segall zamparse más de 10 huevos duros (los siguientes ya se los mete en la boca como quien aplasta la bolsa de basura para que quepa más) de verdad, sin trampa ni cartón.
En ese sentido, ‘Eggman’ también se puede ver casi como una performance warholiana, un ‘Sleep’ o un ‘Blow Job’ con huevos duros donde la mujer de Segall, la también cantante Denée Segall, filma a su marido, caracterizado como un vendedor de “fresh eggs” en una feria de muestras del Medio Oeste, en un plano fijo y sin cortes con su “mouth’s agape and caked with eggs”.