Hace muchos años que no entrevisto a Russian Red y a juzgar por su nuevo disco de 19 minutos, no sé muy bien qué me voy a encontrar. La historia de la artista que llegó a ser top 2 en España con ‘Fuerteventura‘ y después recogió sus casas, las guardó en un garaje, se casó y se fue a montar bodas en Los Ángeles se ha contado varias veces.
Ahora toca hablar de su regreso a Madrid, de su vuelta a la música y de su identidad. Ni por asomo me imagino que la brevedad de ‘Volverme a enamorar‘ dará tanto de sí. Estamos ante un disco sobre el deseo femenino, con una sonoridad muy particular, que parece que ejercerá algún tipo de puente con un álbum anterior e inédito que se está aún ultimando porque es audiovisual. Terminamos acordando un podcast sobre relaciones abiertas y sobre el estigma que tienen las mujeres que participan de las mismas. Lo transmitirá también de manera muy explícita en una gira por España para la que ya se han anunciado las primeras fechas.
¿El disco se llama ‘Volverme a enamorar’ porque te has vuelto a enamorar de la música?
Me hace mucha gracia que me acaban de preguntar lo mismo, que si me he vuelto a enamorar de la industria musical.
¡Yo he dicho de la música!
Cuando te vuelves a enamorar es de todo. Te entran ganas de hacer de todo, de conocerte a ti misma, conectas con tu deseo… Por ende sí, me he vuelto a enamorar de la música y de todo el proceso, desde hablar contigo a ensayar, pasando por todo el proceso de grabación. Este proceso ha sido mi favorito a nivel de estar conectada con cosas que yo consideraba técnicas. Toda la búsqueda de sonido, cómo la canción se va buscando a sí misma… ha sido un proceso muy chuli, muy diferente y muy pleno.
Te acabo de regalar nuestro libro con los mejores discos del siglo XXI, en el que sale ‘Fuerteventura’. Con este disco me da la sensación de que no estás pensando en listas de lo mejor del año ni nada así.
Nunca he tenido esa preocupación. Cuando digo que me he interesado por la producción es un proceso personal, no industrial. Yo no hago algo para una industria. No entra en mi cabeza cuando estoy en el proceso artístico. Sí cuando lo presento o tengo que comunicarlo para que conecte con la gente. La música hace ese trabajo sola, pero no estoy pendiente de entrar en listas de reproducción, o de tener un sonido contemporáneo. Aunque el disco sí lo tiene. Me preocupa que la canción me emocione.
La producción de ‘Fuerteventura’ era espectacular también, ¿no?
Sí, pero en los tres últimos discos me he involucrado más. Incluyo uno que hay hecho, inédito. En ‘Fuerteventura’, no, pero tuve la suerte de contar con músicos increíbles, yo tenía canciones muy bonitas y se dio de manera orgánica un contexto. Pero yo no estaba tan presente en la producción como ahora.
Aun así, ‘The Sun, The Trees’ es una referencia muy clara en este disco nuevo.
Es que una cosa es estar contenta con la producción y otra estar presente en el proceso de producción.
Háblame de la producción de ‘Volverme a enamorar’. Hay cosas de bandas sonoras de los 60, una bossa, también sonido indie a lo Mac DeMarco. ¿Qué texturas has querido trabajar?
Todo lo que has dicho. Hay mucha cosa de banda sonora, de años 60. Me gusta mucho ese sonido nostálgico. Canciones francesas, italianas… He escuchado mucho El Michels Affair, The Shacks… He trabajado con Luis de Cupido, y es totalmente su onda. Esas guitarras son él. Una de mis referencias ha sido él como persona. En su día con Stevie (de Belle and Sebastian), él no compuso las canciones, las compuse yo, y esto ha sido una colaboración musical, que me gusta muchísimo más que componer sola.
Te mueves totalmente en el underground. Yo te hacía una artista de pop. Pero de repente te veía en Estados Unidos haciendo un Bandcamp con un artista de allí que no conocía nadie. Y ahora sigues en un entorno underground, con Sonido Muchacho… Con ‘Fuerteventura’ yo te veía en un sonido atemporal y clásico.
Yo me considero muy underground at heart. Otra cosa es que mi música conecte con públicos más allá del underground. Pero mi forma de trabajar es underground. Nunca he intentado hacer colaboraciones para posicionarme sin un acercamiento real. Trabajo con alguien con quien conecto. Me acerco a alguien a quien admiro. Esa cosa industriosa no la tengo. Soy muy poco estratega. No porque lo vea como algo negativo, ni feo. Me parece fenomenal que la gente lo haga, pero yo no me muevo de esa manera. Luego sí que intento venderlo, comunicarlo adecuadamente.
‘Agent Cooper’ tenía un sonido más electrónico…
Era más bien eléctrico (interrumpe) No sé si sabes… Esto te va a gustar… En la gira de ‘Fuerteventura’ despedí a toda mi banda. Llamé a Brian para venir de gira y me dijo que tenía a Juandi en la guitarra, para un formato trío. Y me vi obligada a hacer una gira extensa que tenía cerrada con el formato trío. Al coger la guitarra eléctrica, el disco que hice era todo con guitarra eléctrica, más rockero, con otro tipo de urgencia.
¿Cómo recuerdas aquellos años?
¿Cuáles? Cada disco son momentos muy diferentes. Es el mismo proyecto pero son momentos vitales distintos.
Cuando dices «despedí a mi banda», no tiene por qué haber arrepentimiento, ¿pero lo hay?
¡Para nada!
¿Fueron años turbulentos? ¿Menos mal que pasó aquello?
Las dos cosas: «turbulentos» y «menos mal que pasó aquello». Son decisiones que te van a marcar incluso el devenir artístico. Fue entonces mi impass angelino. La era Russian Red pre-California durante mucho tiempo ha sido una caja de CD’s en un garaje. He vivido una vida muy diferente que no tenía nada que ver con eso. Yo estaba en una búsqueda brutal en la que sigo. Fue algo desaforado porque yo tenía muchas ganas de vivir en Estados Unidos. Me fui muy enamorada de Madrid, estaba muy bien con mi banda, tenía amigos guays, pero yo quería salir de aquí.
Yo tenía una teoría de que te habíamos tratado fatal por ser una artista femenina que tuviera poder o éxito. Como que ni la prensa ni las redes iban a soportar a una artista femenina de éxito.
Me gusta lo que dices.
«Siento que Rosalía es una artista que está tan absolutamente empoderada que tiene una agresividad casi masculina. Y eso es lo que la protege»
Luego vino Rosalía y me comí mis palabras. Aunque también tiene su hate.
No quiero perpetuar esa teoría, creo que es importante cambiar el paradigma. Pero siento que hay mucha verdad en lo que dices. Yo también tengo teorías. Siento que Rosalía es una artista que está tan absolutamente empoderada que tiene una agresividad casi masculina. Y eso es lo que la protege. Cuando hay una artista femenina, con características estrictamente femeninas, como la vulnerabilidad, creo que ahí entra la dominación patriarcal.
¿Cómo ha evolucionado en ti esa vulnerabilidad de la que me hablas?
Siento que me he relacionado de diferente manera en esa vulnerabilidad. No estaba gestionada. Por eso yo paro. Lo que sucede a nivel externo te puede afectar mucho más o menos si no estás curada. En este tiempo me he dedicado a curarme la herida pero tampoco demasiado.
¿Qué quieres decir?
Hay una transversalidad entre el trauma y el deseo. Y para mí el deseo y la producción artística van de la mano. Tampoco puedo hacer terapia hasta la saciedad porque estar totalmente sana no sé si me interesa.
¿Porque perderías el lado creativo?
Con mucha responsabilidad personal, pero sí.
¿Estamos hablando de tu yo público o del privado?
Mi yo privado es la creadora, y mi yo público es la comunicadora.
Madre mía
(carcajada)
«No sé si puedo hacer terapia hasta la saciedad porque estar totalmente sana no sé si me interesa»
Viví fuera y cuando volví, muchas veces me sentía fuera de lugar en Madrid. No sé si te ha pasado algo así.
Creo que los dos primeros años fue una fascinación total con Madrid: amistades nuevas, una ciudad diferente pero la misma… Fue reencontrarte con esquinas, con recuerdos brutales. Con un arraigo que había perdido… Y ahora ya estoy en crisis otra vez, ¡necesito irme a Los Ángeles! (risas). Siento esa desubicación que dices pero me parece beneficiosa. Me parecía estar en una peli de Almodóvar.
Es lo que es, literalmente.
Era una realidad que me resulta tan familiar que me parecía exótico. Me conectaba desde un lugar despersonalizado. Era relacionarme con algo familiar desde un sitio nuevo.
Con todo lo interesante que es todo esto que me estás contando, ¿por qué en el disco hablas de amor?
Es lo único que me mueve. ¿Te imaginas hacer un disco sobre esto que te estoy contando?
Bueno, no eran comunes, pero ya hay bastantes discos que hablan de salud mental.
Este disco si habla de algo es de la salud mental. Absolutamente todas las canciones.
«Cantar sobre el deseo desde un lugar lúdico cuando estás en una relación estable, es terapéutico para mí y espero que sea terapéutico para quien lo escuche»
Puedo verlo un poco en «Soy una fresca sin sentido». ¿Pero cuál sería la canción que habla de salud mental?
Poder cantar sobre el deseo desde un lugar lúdico cuando estás en una relación estable, es terapéutico para mí y espero que sea terapéutico para quien lo escuche. No siento que tenga que intelectualizar absolutamente nada. La produccion se mueve desde el subconsciente y desde lo energético. La gente que venga a los conciertos va a entenderlo todo porque ya me voy a encargar yo de eso (risas).
Se ve en los títulos como «Tus putos labios». ¿Quizá antes había algo de autocensura?
Siento que no había autocensura pero yo me relacionaba conmigo misma de manera diferente. A lo mejor había autocensura, por ejemplo, en la relación con mi padre. Yo no me mostraba como mujer de una manera determinada por respeto a mi padre.
¿Cómo has hecho para pasar esa barrera (para pasarla yo también)?
En la primera canción, cuando digo «¿qué me pasa?» es porque entiendo que me van a pasar cosas que no voy a entender. Es darme al viaje de lo ilegal. No dejar de conocerme. Introducirme en algo potencialmente complicado. Prefiero que esa investigación sea complicada porque he hecho ciertas cosas, no porque las haya dejado de hacer.
‘Intelectual sexual’ me recuerda a Susana Estrada, a la era del destape.
Total, a mí también. He hecho el vídeo con mi amigo Diego. Es un videoclip del destape.
¿Desde cuándo te ves capaz de firmar un tema así?
Forma parte de ese disco inédito que te decía, que se ha convertido en un proyecto audiovisual. Hay un disco que hice antes de ‘Volverme a enamorar’, que quería firmar como Lourdes, porque no estaba conectada con Russian Red. Me di cuenta de que era un proyecto audiovosual contando otra cosa. Todo esto que te estoy contando sí se va a ver en la película. Todo lo que te cuento sale en la película y hay un disco que no ha salido, asociado. Ese era mi proyecto, pero yo no sabía que iba a salir otro disco antes. Ha sido porque todo lo audiovisual tiene otro tipo de calendario. Este disco [‘Volverme a enamorar’] sí me ha conectado con Russian Red. La peli es la antesala.
¡’Volverme a enamorar’ es un divertimento! ¡El disco importante es el otro!
El otro disco es fucking increíble, te lo digo en serio. Pero este es mi disco favorito porque me da la libertad absoluta y me conecta con mi deseo. Con el otro no estaba tan conectada. Y sin deseo me he dado cuenta de que no hago nada.
¿Estamos hablando del deseo sexual?
Por supuesto. Pero aparte, por todo en la vida. Lo erótico. El lugar desde el que profundizas con la gente tomándote una caña.
«Russian Red no había sido nunca un personaje, pero ahora siento como que me lo inventé de pequeña para poder ser esto hoy: una cantante que está mega horny»
No entiendo bien entonces qué es Russian Red y qué es Lourdes.
Evidentemente no hay un cisma. He subido al volumen a la cantante divarrota, que está en la seducción, en el deseo. Me ha dado la oportunidad de hacer este personaje que vivía en mí. Si hay algo importante es que siento que conecta y mueve una energía con la que no estaba conectada antes. Me ha dejado de dar miedo estar conectada con esa energía. Russian Red no había sido nunca un personaje, pero ahora siento como que me lo inventé de pequeña para poder ser esto hoy. Una cantante que está mega horny. Estar en un sitio concreto que es muy poderoso. Si puedo contribuir… los conciertos serán psicomágicos. Estarán divididos en dos actos: un acto psicomágico y luego los grandes éxitos de Russian Red.
Con los que te has reconciliado.
¡Nunca me he enfadado con ellos!
La nota de prensa habla de una canción como «ajuste de cuentas consigo misma».
¡Yo no he leído eso! Suena como a algo criminal (…) que me gusta un poco la verdad (risas).
He observado que varias artistas, desde ‘Erotica’ de Madonna, tienen este despertar sexual en torno a los 35 años. Y después de casados.
Es que eres muy joven todavía para que empiece y acabe todo en el mismo lugar…
Seguro que la prensa te estamos preguntando mucho por ‘Intelectual sexual’. Es un caramelito… ¿Pero cuál es tu favorita de las canciones de amor? De la segunda parte del disco.
Mi favorita es ‘La última vez’. Me parece la más compleja del disco. Me gusta mucho dónde se va musicalmente. Hay muchos espacios. Me siento como en un jardín, como en una habitacuón muy pequeña, al anochecer…
¿Qué expectativas tienes con este disco? Si dices que no te importan tanto las playlists…
Tienen que ver con que la Russian Red de ahora (ríe) sea la Russian Red de verdad. Había una cosa en el proceso anterior por lo que estoy agradecida. Pero siento que la Russian Red nueva es la que ha venido a cambiar paradigmas. Siento una responsabilidad más allá de la música. Te lo digo en serio. Siento que tengo un mensaje de verdad, sobre cómo nos relacionamos con el deseo. Estoy orgullosa. Quiero comunicar eso. Mis expectativas están ahí.
¿Estamos hablando de poliamor, de relaciones abiertas, de hablar de sexo con tus padres…?
El paradigma del amor más libre. Lo puedes llamar relación abierta, poliamor… No es para todo el mundo, pero siento que para aquellos que sí, lo viven con mucho «trouble».
Como que se habla de sexo aún con pudor.
Este disco es una manifestación total de eso.
¿El siguiente disco, el audiovisual, te gustaría firmarlo como Lourdes o va a haber una reconciliación con la marca Russian Red?
Voy a ver. Ya no me identificaba, pero ahora pienso qué mejor que utilizar algo que ya se ha renovado para traerlo con más fuerza y llevarlo al deseo, a la madurez… que es más interesante. Siento que el disco anterior a este sí lo metería dentro de ese paraguas porque me ha alineado con un personaje que canta, que es Russian Red… En ese disco hay temas para mi abuelo, para mis amigas nuevas, para mi madre, para el que yo llamo «el extraño definitivo»…
Es curioso cómo C Tangana, PUTOCHINOMARICÓN… los artistas os termináis distanciando del nick.
Es algo reciente para mí. Cuando te pones el pseudónimo y te inventas un nombre, te proteges un poco más. Hay más libertad para decir «soy una fresca» porque hay una parte que se siente así, pero tampoco es que te sientas así todo el rato. Pero si hay una parte, le doy esa parte…