Judeline sigue presentando los temas que formarán parte de su esperado álbum debut, que saldrá en 2024 a través de Interscope Records y Sonido Muchacho. ‘Mangata’ es oficialmente el primero de esos adelantos, e ‘INRI’ el segundo. Se desconoce si ‘Zahara’ o ‘Canijo’ formarán parte del proyecto.
En ‘INRI’, Judeline sigue mezclando estilos y referencias. La base -firmada a cuatro manos por Mayo, Tuiste, Browni y Rob Bisel- se inspira en el afrobeat, uno de los géneros de moda. La voz susurrada -insignia de Judeline- no renuncia al filtro urbano que ha definido el siglo XXI. Y los ecos andaluces de las percusiones recuerdan que Lara Fernández procede de Cádiz.
La riqueza de ‘INRI’ es evidente también en un letra que incluye referencias a la cultura árabe. En el texto, Judeline se dirige a un «habibi» que la tiene enamorada (la figura del «habibi» ha estado presente últimamente en temas de Mushkaa o La Cebolla). Este chico habla «dariya», es decir, árabe marroquí o magrebí. Con su «habibi», Judeline se quiere casar. Canta que es el «plan de Dios». Otro matiz, el religioso.
Sin ir más lejos, la palabra «INRI» es sigla de la inscripción latina «Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum», que se traduce al español como «Jesús Nazareno, Rey de los Judíos» (de esta inscripción nace la expresión «para más inri»). Judeline viene a decir que la unión con su «habibi» cuenta con aprobación divina. En el estribillo, canta «bendecida por el INRI». Antes usa la expresión «hali hali ya», que, parecido al «yeli yeli», puede ser una referencia al canto gitano de honor a la novia.
La historia de amor divino de ‘INRI’ se lleva al siguiente nivel en un videoclip rodado en Andalucía, lleno de imágenes impresionantes y cargado de iconografía religiosa.