Julia-Sophie: «Yo no me considero una artista de vanguardia»

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Julia-Sophie: «Yo no me considero una artista de vanguardia»

La cantante franco-británica Julia-Sophie ha desarrollado dos carreras musicales. Como integrante de la banda de rock Little Fish trabajó con Linda Perry, publicó un disco y descubrió que no encajaba en el molde de las discográficas multinacionales (estuvo fichada en Universal Records). Fue en esta etapa en la que Julia-Sophie salió de gira con Hole y Blondie… y recuerda ambas experiencias de manera muy diferente. Como artista independiente, con su proyecto Candy Says grabó una versión de ‘Running Up that Hill (A Deal with God)’ que suma cerca de 3 millones y medio de streamings en Spotify. Y, sobre todo, se entregó al poder de los sintetizadores, los mismos que dan gasolina a las canciones de su fantástico álbum debut, y su primer disco en solitario. Hablamos con Julia-Sophie sobre ‘forgive too slow‘ y de su experiencia en la industria antes de la independencia.

¿Cómo es que viviste en Zaragoza?
Viví en Zaragoza cuando tenía 13 años. Mi madre impartía clases en una escuela española y fui con ella para acompañarla. Estudié un año en una escuela de Zaragoza, fue una gran experiencia. Estudié español, pero ya no me acuerdo… Entiendo el idioma, pero no lo hablo tan bien.

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¿Zaragoza es muy diferente de Reino Unido o Francia?
En Francia, la educación, los descansos, la comida, la cultura… es todo muy diferente a España.

¿Cuál es el punto de origen de tu disco ‘forgive too slow’?
Saqué tres epés y pensé que era momento de lanzar un proyecto más largo. Los epés me fueron útiles para descubrir mi sonido y explorar diferentes lados de las canciones y de la música electrónica, y cuando ya hice eso me sentí preparada para trabajar en una obra más grande.

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¿Cómo son tus primeros pasos en la música?
De pequeña no tuve demasiado acceso a la música “del exterior”. Sin embargo, varios miembros de mi familia cantaban y escribían canciones. Pensaba que todo el mundo lo hacía, no sabía que existía una industria. Empecé a escribir mis propias canciones a los 16 años. Para mí fue formativo escuchar a B.B. King porque mi padre ponía sus cintas en bucle, y de ahí nació mi gusto por el blues. De mi madre me vino mi interés por la chanson, la canción popular francesa.

Pero no fue hasta que cumplí 20 años cuando empecé a descubrir la música que realmente me gustaba. Lo primero que me llamó la atención fue el rock y artistas como Patti Smith y, después, descubrí a Beth Orton y su disco ‘Central Reservation’. Recuerdo escucharlo y sentirme muy identificada con su sonido. Siento que descubrí la música tarde y que por eso mi carrera ha sido un viaje.

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¿En qué momento entran los sintetizadores en tu vida?
Empecé siendo una pureta porque el rock ’n roll era la única música que conocía. La filosofía era no grabar capas ni segundas tomas y tocar con lo que tuvieras. Era un sistema muy rígido. Empecé a coquetear con los sintetizadores en Candy Says, pero los descubrí de verdad después de Little Fish. Descubrí cómo hacían su música artistas que ya escuchaba, como Kraftwerk o Caribou. Me da un poco de vergüenza no tener esa historia que tienen algunos artistas que han tenido un vínculo con la música desde siempre, que siempre han sabido lo que querían hacer.

¿Cómo terminas fichada en una multinacional y trabajando con Linda Perry?
Es la magia de ser ingenua, que no sabes nada de la industria. Sigues el mito del rock ’n roll. Antes de internet montabas un grupo, tocabas sin parar y de repente milagrosamente te descubría un ejecutivo y te contrataba en un sello. Es lo que nos pasó a Little Fish. Grabamos una maqueta, la mandamos a las revistas locales, alguna la reseñó… pero tocamos durante años hasta que un representante de artistas nos descubrió y nos fichó. No teníamos amigos en la industria, fue como en una película. Entonces, Linda Perry escuchó una de nuestras canciones y el resto es historia. Y lo que pasó después, bueno, fue diferente a lo que esperábamos.

¿A qué te refieres?
Después de firmar las cosas empezaron a volverse muy… de la industria. Para mí todo cambió en ese momento.

¿Sabías quién es Linda Perry? ¿Qué recuerdas de trabajar con ella?
(suspira) Era muy ingenua, no sabía quién era y me negué a buscarla en Google. Quería conocerla por quién es y no montarme una imagen preconcebida de ella. Sabía que era la cantante de 4 Non Blondes y que había trabajado con P!nk. Mi conocimiento del mundo musical no era muy grande, mi mayor motivación era trabajar con una mujer, porque me gusta apoyar a las mujeres en la música todo lo que puedo. Pensaba que era una alianza ideal a pesar de que otros sellos habían mostrado interés en la banda.

…y no fue ideal.
Bueno, digamos que al hablar de este tema me vienen recuerdos muy dolorosos, y es un lugar al que prefiero no volver.

Entiendo.
Aprendí mucho sobre el mundo y sobre la gente. Me di cuenta de que ese mundo no es para mí.

La nota de prensa dice que dejaste la multi porque no querías “lidiar con mucha mierda” que te “tiraban encima”. ¿Te refieres a esto?
Es complicado. No sé cómo explicarlo… Pasaron cosas que no tenían que haber pasado.

«Trabajando con Linda Perry descubrí que el mundo de las multinacionales no es para mí»

Volviendo a tu disco, me llama la atención que tus canciones siempre van muy arriba, parece que estás buscando la catarsis en todo momento.
¡Nunca lo he pensado! Ahora que lo dices es cierto, pero nunca lo había pensado de manera consciente. Quizá tenga que explorar no-crescendos (ríe)

‘Numb’ sube y sube y parece que no va a parar. ¿De qué va esta canción?
Cuando voy a discotecas me gusta que la música no dé tregua y que me lleve siempre más arriba, así que tiene sentido. ‘Numb’ va sobre tocar fondo y exhibir todas tus debilidades. En ‘Numb’ me muestro a mí misma en mi peor versión, en un momento en que también estoy arrastrando a otra gente a ese lugar. A la vez, trato de ser honesta con lo que me está pasando.

¿Bruce Aisher es el productor que trabajó en tus primeros temas y que al principio era «anónimo»?
Sí, exacto. Bruce es amigo mío. Él no quiere ser la “cara” del proyecto.

¿Qué significa ‘Telephone’ para ti y por qué cierra el álbum?
Es una canción muy nostálgica, en ella intento capturar esa sensación de descubrir en las pequeñas cosas, en los detalles, el encanto de una persona, aunque después la cosa se tuerza. Estoy segura de que no soy la única que ha estado pegada al teléfono llamando a otra para pedirle perdón… Es una canción de amor en el fondo, habla de lo complicado que puede ser querer a una persona cuando, en teoría, debería ser fácil. Cierra el disco porque no sabía cómo encajarla con el resto de canciones, porque es más clásica que el resto, más pop. Aunque me gusta escribir este tipo de canciones, sobre todo en el disco quería presentarme en un estilo más alternativo. Para mí el disco es un manifiesto de lo que soy capaz de hacer. También está en el final porque después de tanta intensidad es un alivio.

¿Cuáles son tus influencias a la hora de producir? ¿Buscas un sonido nostálgico o más bien el futuro?
La gente usa la palabra “vanguardia”, pero yo no me considero una artista de vanguardia. No soy Philip Glass. Otras artistas como Grimes o Charli xcx sí están innovando. Yo simplemente combino mi descubrimiento de la música electrónica con una manera de componer canciones que traigo de antes y que es clásica. Es la razón por la que me gusta escuchar a artistas como James Blake que hacen exactamente eso.

¿Cómo suelen evolucionar tus canciones desde el momento en que empiezas a escribirlas?
En los epés puedes escuchar que algunas canciones las he esculpido bastante antes de publicarlas. Todas las canciones las empiezo a componer en la guitarra, normalmente acompañada de una caja de ritmos, y suelo escribir una estrofa y el estribillo antes de llevarla al estudio. Bruce y yo revisamos las maquetas y las terminamos. Algunas canciones han tenido 20 versiones con beats y estructuras muy diferentes. En algunos casos acabamos una canción en una segunda visita al estudio. Puede tomar semanas o meses.

«No me quise interponer en el camino de Courtney Love, pensaba que era súper famosa y que debía estar demasiado ocupada»

En algunas canciones parece que intentas camuflar un poco la voz y la letra; ¿intentas esconderte detrás de la música?
En mi experiencia siempre bajo el volumen de la voz, así que probablemente sí intento esconderme, quizá me vuelvo un poco insegura. Pero también es una decision estética, a veces la voz y el sonido se funden en una misma textura y puede quedar muy bien.

¿Cómo terminaste tocando de telonera de Hole y qué recuerdas de conocer a Courtney Love?
Linda Perry ha trabajado con Courtney Love, la conexión viene de ahí. Courtney escuchó la música de Little Fish y nos invitó a salir de gira con Hole. Fue una experiencia… interesante. Con Courtney no pasé demasiados ratos, siempre pensé que no quería interponerme en su camino, me parecía que era muy famosa y que debía estar súper ocupada, así que yo iba un poco a mi bola. Courtney, en ese momento, estaba pasando por un momento difícil así que fue una época de muchas emociones. Y de mucha purpurina. Nunca había visto un camerino tan lleno de cosas, tan lleno de… golosinas. Podías abastecer una cocina entera.

¿Y cómo llegas a girar con Blondie?
Debbie Harry fue a ver a Hole en Nueva York y nos vio tocando de teloneros. De repente, una mujer me da un toque en el hombro y me dice: “eres increíble, ¿quieres venir de gira con nosotros?” Y yo me quedé, “bueno, OK”. Yo no había visto bien quién era porque el sitio estaba oscuro, me dijeron después que era Debbie Harry.

Viviste un sueño.
Yo evidentemente sabía de Debbie Harry y de Blondie, pero no sabía que la mujer que me había tocado el hombro era ella. En la gira de Blondie, Debbie y la banda fueron encantadores. Son las estrellas del rock más amables que he conocido nunca. Con Debbie me llevo muy bien, es un amor.

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