Música

Charli xcx / Brat and it’s completely different but also still brat

Los discos de remixes suelen dar pereza… en el caso de que no estén bien hechos. En algunos casos no es que superen las obras originales, pero se quedan cerca de hacerlo o, como mínimo, entregan una visión completamente renovada de sus pistas. Björk ha sido una pionera en este sentido, Kelela los ha puesto de moda últimamente… y Charli xcx entrega el que más va a dar de qué hablar, como ha dado de qué hablar el disco más comentado de todo 2024.

Se pueden decir muchas cosas de ‘Brat’ más allá de la campaña de márketing que ha protagonizado, la cual, estoy seguro, se estudiará en universidades; o, por supuesto, de la obra maestra del pop art que es su portada. Se puede decir, por ejemplo, que el disco era todo temazos, hasta el punto de que los más improbables, ‘Apple’ y ‘Guess’, se han convertido en los más populares.

Charli podría haber ideado el típico álbum de remixes hecho por cumplir, a toda prisa, para que sus pistas pudieran sonar en discotecas… pero ella no es ese tipo de artista y ‘Brat’ ya era un disco de club, así que Aitchinson ha optado por el camino largo, esto es, hacer un disco de canciones nuevas basadas en las originales. Los featurings ofrecen perspectivas adicionales a las letras y pueden ser la parte interesante del remix, pero no es necesariamente el caso y eso es más interesante todavía.

Así, de manera dramática, Ariana Grande no mejora necesariamente ‘Sympathy is a knife’, aunque sí logra convertir en icónica la frase “Issa knife when”, que promete introducirse en el vocabulario popular como ha logrado Lorde con “work it out on the remix”. Y aunque Billie Eilish aporta su susurro al pepinazo de ‘Guess’, la grabación se mantiene fiel a la original. Como ‘Spring breakers’ con Kesha, que acaba de sumarse al repertorio.

No sé si ningún remix de ‘Brat and it’s completely different but also still brat’ logrará volverse tan icónico como ese ‘Girl, so confusing’ con Lorde que acaparó la conversación en internet hace meses. De hecho, uno de los grandes triunfos de Charli en esta era ha sido conseguir que un remix supere la versión original en todos los sentidos. En este caso, las circunstancias han sido muy particulares.

Por eso, el álbum es mejor cuando hace honor a su nombre de manera radical. Dice Charli que para ella las canciones consienten transformaciones y cambios “infinitos”. Para ella, nunca se cierran en una única versión. Así, el remix de ‘Talk talk’ es incluso mejor que el original, al sumar a un Troye Sivan entregado a su papel de Dioniso y, de manera surrealista, a una Dua Lipa que chapurrea frases en español y francés como si hubiera grabado un audio de WhatSapp después de haberse tomado demasiadas bebidas de ese extraño -y aparentemente repugnante- cóctel que ha inventado.

Otras remezclas funcionan de maravilla en sus nuevas formas. Es de frotarse los ojos que bb trickz

aparezca en ‘Club classics’ intentando convertir el remix en un “clásico automático”. Sin embargo, lo mejor de esta nueva versión es que es tan diferente a la original que parece un homenaje a MJ Cole. Y radical es el cambio de ‘Rewind’ con Bladee: Charli convierte la que, para muchos era el “skip” de ‘Brat’, en uno de los mejores remixes del disco, si no el mejor.

En ocasiones, ese radicalismo funciona menos, como en la adaptación neoclásica de ‘I might say something stupid’ de The 1975 y Jon Hopkins. Al margen del «shade» a Matty Healy por hacerle cantar una canción con este título, los pianos etéreos de esta nueva versión resultan una bajona dentro de un álbum centrado en ofrecer pepinazos. ‘Guess’ con Billie Eilish es aún el mejor de todos y, algunos de los mejores momentos del álbum, como el remix de ‘So I’ o el de ‘Spring breakers’ con Kesha, se entregan a ese ruidismo electro que ha convertido ‘Guess’ en uno de los éxitos más inesperados de los últimos años.

Aunque peor que el hecho de los remixes sean buenos o malos, es la discreción -el gris- en la que se quedan algunos de ellos. Es el caso de la setentera ‘Mean girls’ con Julian Casablancas o de la renovada ‘b2b’ con Tinashe: una pena que la “Nasty girl” pase tan desapercibida en su paso a la bratosfera, en un 2024 que también ha sido su año. Publicada hace meses, en la remezcla de ‘360’ con Robyn no relucen ni ‘360’ ni Robyn. El segundo invitado, Yung Lean, está como podría no estar.

En un álbum colaborativo de principio a fin, por supuesto, tiene gracia escuchar a Caroline Polachek haciendo gorgoritos en ‘Everything is romantic’. Pero el álbum de remixes de ‘Brat’ vale la pena sobre todo cuando sus letras amplían las reflexiones de las grabaciones originales. Si Ariana Grande señala a los fans tóxicos en ‘Symptathy is a knife’, The Japanese House lleva ‘Apple’ totalmente a su terreno, mientras Charli sigue rumiando sobre lo que significa para ella la idea hogar: “A veces cuando llego a casa, no me siento en casa”. Son las dos caras de una misma moneda, y ambas valen oro.

Aunque, en la idea de ofrecer canciones nuevas basadas en las originales, sobresale ‘I think about it all the time’ con Bon Iver. Si la original ya ofrecía una emotiva reflexión de Charli sobre la fama, su propia carrera y su deseo de convertirse en madre, la nueva actualiza esta reflexión para reflejar el inesperado salto al mainstream que ha vivido Aitchinson tras el lanzamiento del álbum. Sobre el bonito acompañamiento de Justin Vernon, Charli canta que aún siente un vacío porque sigue sin tener lo que quiere. Es la franqueza que ha llevado ‘Brat’ a la cima, porque Charli sabe que todavía queda mucho por hablar.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: charli xcx