Con motivo del estreno de ‘La habitación de al lado’, la última película de Almodóvar, JENESAISPOP asistió a la jornada de entrevistas que realizaban sus protagonistas en el Hotel Four Seasons de Madrid. Tilda Swinton y Julianne Moore regresaban a la capital española justo un año después de que comenzara el proyecto.
En su primer largometraje en inglés, Almodóvar mantuvo su predilección por rodar en Madrid, convirtiendo los montes de El Escorial en un bosque cerca de Woodstock, Nueva York. Aproximadamente el 80% de la película está filmada en Madrid, por lo que sus actrices, entre preparaciones previas y la propia producción, tuvieron que pasar en ella casi 6 meses. Ambas han expresado su entusiasmo por la ciudad: mientras que Moore encontraba su supermercado favorito del mundo, El Corte Inglés; Swinton paseaba con fascinación por las bulliciosas calles de Chueca.
En el lujoso hotel donde nos citan, las actrices reciben a la prensa unos días antes del estreno de la película en España. Esperándolas sentados en una de las mesas redondas, se hace un breve silencio en cuanto entran por la puerta. La presencia de Julianne Moore y Tilda Swinton llena de golpe la habitación: estar en frente de alguien a quien llevas años viendo dentro de una pantalla y protagonizando algunas de las películas de tu vida es una sensación extraña. Sobre todo, por el aire de estrellas que poseen, tan elegantes que parece que vivan en un universo muy distinto al tuyo. Sin embargo, al sentarse a la mesa y comenzar a conversar con los periodistas, muestran que, por encima de todo, son dos personas con la cabeza muy bien amueblada y los pies en la tierra. Tanto Moore como Swinton no cargan consigo ni un gramo de arrogancia y se extienden generosamente en sus respuestas, ofreciendo reflexiones elaboradas sobre las cuestiones que se plantean.
Ambas son muy conscientes de lo especial que es formar parte de una película de Almodóvar. No hay más que hacer una búsqueda rápida de la cantidad de actrices internacionales que han contestado el nombre del manchego cuando les han preguntado con qué director les gustaría trabajar. Tilda Swinton comenta que formar parte de su universo era algo que “ni Julie (Julianne Moore) ni yo pensamos que fuera a ser posible. Somos las dos pelirrojas naturales y no hablamos español así que no parecía que hubiera sitio para nosotras”. Sobre su elección para el papel, confiesa: “Me emociona y me impresiona que un maestro que ha creado un universo de ese nivel en su carrera decida dar ese giro hacia lo desconocido y trabajar con nosotras. Es un honor enorme”.
Tilda Swinton: «Somos las dos pelirrojas naturales y no hablamos español así que no parecía que hubiera sitio para nosotras en el universo Almodóvar»
‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ fue la película con la que lo conocieron e inmediatamente se quedaron impresionadas con su cine. Moore revela lo formativa fue la película para ella, que acababa de terminar sus estudios. Recuerda a “Carmen Maura llorando en ese taxi y es tan divertido que no puedes parar de reír. Como actriz joven me sorprendía ver cómo era posible llorar tanto y a la vez ser tan divertido, sentir dos cosas a la vez tan opuestas. Nunca había visto algo así y, como alguien que estaba empezando, pensé que yo quería ser capaz de hacer eso. Fue revolucionario para mí”. Swinton, tras verla en Londres en la época en la que trabajaba exclusivamente con el director de culto Derek Jarman, destaca el ingenio de Almodóvar. “Lo que más me sorprende, y sigue haciéndolo todavía, es el ingenio. El ingenio en todo: en el drama, en el color, en el dolor, en los cambios de situaciones intensas y dramáticas a algo realmente un poco bobo”.
En cambio, el cineasta de ‘La habitación de al lado’, pese a ser sumamente reconocible -como los son todas sus películas-, es uno muy diferente al de los 80. En los últimos años, Pedro se ha caracterizado por sus intensos melodramas, centrados más en una clase acomodada y burguesa que en el ciudadano de a pie. El culmen de esta última etapa se materializó con ‘Dolor y Gloria’, y si hay alguna película de su filmografía que se parezca a su primera aventura en inglés, es sin duda su pseudo-autobiografía protagonizada por Antonio Banderas. Sobre ello y sobre la inconfundible impronta almodovariana, Moore añade que ‘La habitación de al lado’ “tiene un tono similar a ‘Dolor y Gloria’, y va sobre un periodo particular en la vida de Pedro y de los personajes que aparecen en sus películas. Para mí, aunque estuviéramos haciéndola en inglés, tenía claro que era una película española y de Pedro”. Para Swinton, “es una evolución, sin duda. Creo que está en la línea de ‘Dolor y gloria’, aunque esta vez sus referencias para la película fueron distintas, hablamos mucho de Bergman, en concreto de ‘Persona’. Puede que sea, no un desvío, sino otra rama del árbol, pero no considero que sea menos almodovariana. Es una película muy honesta: pocos personajes, dos localizaciones. Nadie canta en un escenario, no hay grandes explosiones, no es performativa. El calibre de actuación que él necesitaba era muy fino, casi inexistente. No hay sentido de exhibición. Digamos que es un nuevo camino para él”.
«Nadie canta en un escenario, no hay grandes explosiones, no es performativa, pero esta película no es menos almodovariana»
En ese aspecto, el guion tampoco ha perdido el sello de Pedro, especialmente en los diálogos. Parte de las primeras reacciones en X de la prensa anglosajona a la película señalaban que los diálogos sonaban raros y lo achacaban a que es su primer largometraje en inglés. Los tuiteros españoles no tardaron en indicar que en España nadie habla como en las películas de Almodóvar y que esos diálogos son parte de su estilo y encanto. Julianne Moore y Tilda Swinton entendieron esto desde el principio. Cuenta esta última que, “cuando empezamos a trabajar con él, hace justo un año, él estaba muy abierto a cualquier pequeño cambio o cuestión sobre la forma en la que sonaba el inglés, pero era firmemente protector con la poesía. Nunca quería que el lenguaje fuera mundano. Yo siempre digo que Pedro escribe en tacones, ya sea en inglés o español. Siempre hay cierto sentimiento elevado, pero siempre quiso que nos sintiéramos cómodas sin comprometer ese aspecto del lenguaje”. Al preguntar sobre si hubo espacio para la improvisación, respondió: “No improvisamos nunca, sí trabajamos con él ajustando el diálogo para que no se sintiera como una traducción, pero estaba claro que tenía que sonar a Pedro”.
Uno de los grandes aciertos de ‘La habitación de al lado’ es la mesura con la que está realizada, la falta de sentimentalismo y su voluntad de evitar el espectáculo a toda costa. Un tema tan grave como una enfermedad terminal está representado con cierto vitalismo, entendiendo que la muerte es un destino del que nadie puede escapar. Al ser una película que aborda tantas temáticas profundas, pregunté si había algo sobre la muerte, la soledad o la amistad que hubieran aprendido haciéndola y que pudieran aplicar en sus propias vidas. Moore contestó: “damos por sentada la amistad cuando tienes amigos desde hace mucho tiempo. Pasar tiempo con ellos y compartir experiencias e historias parece algo habitual. Al estar en esta película, que lo examina y que trata sobre esa profunda pero cotidiana relación entre estas dos mujeres, me ha permitido reflexionar sobre mí misma y mi propia vida. Lo que importa es: ¿cómo estar ahí para el otro? ¿cómo podemos analizar nuestra vida a través de alguien? Es lo que da significado a nuestras vidas y lo que las eleva. De cierta forma, Pedro ha elevado lo ordinario, esta amistad entre estas dos mujeres en ese momento particular. Y te permite a ti hacer lo mismo. Siempre digo que es interesante cómo los personajes de Pedro se revelan a sí mismos tan profunda y lentamente en sus películas, y me he dado cuenta de que el público ha terminado queriendo revelarme cosas a mí. Vienen y me cuentan lo que les pasó a ellos, lo que más les emocionó, o me dicen que la película les ha dado ganas de llamar a su amigo. Eso también lo siento yo habiendo formado parte de ella, ahora quiero hablar más con mis amigas».
Sobre la eutanasia, Swinton comparte que su visión no ha cambiado al hacer la película, sino que la expresa. “Estoy muy agradecida a Pedro de haber llevado este guion a la pantalla porque ocupa un territorio que me pilla de cerca y con el que estoy familiarizada e inmersa. Crea un paisaje en el que he vivido bastante durante los últimos años, así que le estoy muy agradecida por explorarlo de esta forma. Hay muy poco drama en la película, no hay melodrama ni sentimentalismo. Es muy práctica, muy modesta, y muy real”.
Sobre esto, Julianne Moore cuenta que le encanta “porque no es sentimental, esa escena en el hospital cuando Martha se da cuenta de que la enfermedad es mortal, de que no habrá un progreso en cuanto a su salud. Está destrozada y no hay nada que se puedan decir. Todo lo que Ingrid le dice es “te veo mañana”. No hay nada que decir pero eso es todo lo que puedes hacer: sentarte a su lado, estar ahí».
Swinton añade que “uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos como sociedad postcapitalista es cómo lidiamos con la impotencia de no poder hacer nada. La razón por la que somos tan neuróticos con la muerte es porque tenemos esa idea de que hay que ser poderosos todo el tiempo, y estamos totalmente indefensos ante la muerte. Decir “te veo mañana”, es una modesta y humilde aceptación de esa impotencia. Ingrid no puede hacer nada para evitar el sufrimiento de su amiga, pero puede hacer eso. Y eso es tan bonito como alentador».