35 semanas de permanencia en la lista de álbumes española certifican que ‘Fruit del deliri’ de Oques Grasses ha sido uno de los discos relevantes de 2024 en el ámbito nacional. No les han nominado al Premio Ruido, pero la banda de Osona acaba de anunciar un fin de gira a la altura de su creciente popularidad.
Oques Grasses es una de esas bandas compuestas por… mucha gente. El grupo lo forman 7 integrantes, exactamente como BTS. Y la mención no es descabellada: si algo demuestra Oques Grasses en ‘Fruit del deliri’ es que la banda está muy al tanto de las tendencias musicales. Algunas más actuales que otras.
A la banda de Josep Montero le ha ido fenomenal, durante su carrera, al subirse al folk tipo Lumineers, a la rumba flamenca, al reggae o a los sonidos tropicales. Sus discos han podido llamarse cosas como ‘Fans del Sol’ (2019) o ‘A tope amb la vida’ (2021) y sus canciones, como ‘Elefants’, han venido cargadas de trompetas, alegría, positividad y buen rollito.
Ha habido notables excepciones, a destacar la melodramática balada ‘La gent que estimo’ con Rita Payés, en realidad la canción más escuchada de Oques Grasses. Pero la noticia de ‘Fruit del deliri’ es que propone un cambio radical de sonido. Los beats y texturas electrónicas marcan, esta vez, la pauta, y también muchos ritmos de moda que Oques Grasses absorben sin ningún prejuicio para llevarlos a su terreno. El catalán, por ejemplo.
La sorpresa de ‘Fruit del deliri’ no viene tanto de las composiciones, que vuelven a hacer gala de ese humor graciosete de Oques Grasses. Un ejemplo: en ‘Com està el pati’ es memorable el momento en que la banda se arranca a cantar la famosa canción de cumpleaños de Super3: pura nostalgia millennial. Y en ‘Jubilar-me’, a la frase “parece que suena una flauta”, sigue el sonido de una flauta como tocada por Amelín.
El verdadero aliciente de ‘Fruit del deliri’ es la manera en que Oques Grasses se apropian de diferentes referencias, sonidos y ritmos, nacionales e internacionales, mainstream o underground, para hacerlos suyos. Hay ecos de Jersey Club en ‘Com el día i la nit’, la balada autotuneada con Julieta, que canta unos agudos que ni Rosalía. Hay voces filtradas a lo Frank Ocean en la canción de hoguera ‘Correr pels camps’. Hay favela funk en ‘Toca’ con Figa Flawas.
Lo mejor de ‘Fruit del deliri’ es que, como su propio título indica, Oques Grasses no se corta en experimentar en el que es ya su sexto álbum de estudio. Las percusiones funk, como las de ‘Toca’, tienen algo del ‘Arular’ de M.I.A., como mínimo, su agresividad. Las bases pueden ser tan abrasivas como la de ‘Cap amunt’, que recuerda a Sleigh Bells. Y en ‘Gossejar’ (“perrear” en catalán) se vuelven ya locos metiendo ritmos electro-rumba, guiños a ‘Boig por tu’ y ‘El rey león’ y una simpática recreación en catalán de ‘Yo perreo sola’ de Bad Bunny.
Aunque, en ‘Jubilar-me’, Josep canta que ya no le importa “estar de moda”, en ‘Fruit del deliri’ demuestra que la música de moda le interesa. De manera consciente o no, ‘Com està al pati’ tiene mucho de Glass Animals y un poco también de Black Eyed Peas. Y el single estrella, ‘Sort de tu’, es una especie de deconstrucción de la rumba que utiliza filtros vocales tipo Prismizer. Curiosamente, ‘Sort de tu’ es una de las piezas menos rítmicas del álbum: su beat es casi un latido. Pero funciona.
En ‘Fruit del deliri’ , Oques Grasses aplica una perspectiva realmente fresca a las producciones que consigue renovar su sonido. Por eso, el grupo convence menos cuando gira el timón hacia a ese EDM machacón de antaño que queríamos olvidar: en ‘Bambi’ suenan a cosas como LMFAO. Y no, no es un cumplido. Sin embargo, Oques Grasses atiborra ‘Fruit del deliri’ de tantos sabores e ideas que al final es imposible no unirse a la fiesta. Ellos, en sus palabras, “parten la pana” y, en este disco, más que en ningún otro.