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The Weeknd / Hurry Up Tomorrow

Lo mejor: 'Open Hearts', 'Timeless', 'Wake Me Up', 'Opening Night', 'Reflections Laughing', 'Hurry Up Tomorrow', 'Sao Paulo'
Te gustará si te gustaría: un Michael Jackson producido por Moroder en lugar de por Quincy Jones
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La primera regla del artista torturado es que no se llama a sí mismo artista torturado, ni asume esta identidad como si fuera un papel en una película, ni mucho menos explora este papel desde distintos puntos de vista y niveles de profundidad a lo largo de seis discos. El artista torturado lo es, simplemente, sin presumir de ello ni mucho menos grabar una serie como ‘The Idol’ en la que parece una parodia de sí mismo.

A lo largo de su carrera, The Weeknd ha buscado muy fuerte dar esa imagen, pero a Abel Tesfaye -el chico canadiense detrás del alias- siempre le acaba traicionando su talento y, por muy angustiado que esté, no puede evitar convertirse en el artista número 1 más escuchado en el mundo, una y otra vez. Sin querer, le salen hits de debajo de las piedras. Él quiere ser estrella del rock, pero un día «vendió su alma» para ser ‘Popular‘ y ahora ha de lidiar con las consecuencias.

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En ‘Hurry Up Tomorrow’, The Weeknd lleva el gigantesco éxito de su proyecto a su inevitable final y anuncia su muerte, probablemente antes de que el proyecto acabe con él. Tesfaye cree que ya “ha dicho todo lo que tenía que decir” con este alias. O casi todo: al público aún le faltaba por escuchar estas 22 canciones que tantísimas cosas nuevas tienen que contar.

‘Hurry Up Tomorrow’ es a la vez continuación y final de la discografía de The Weeknd. Si realmente nos creemos que este es su último disco, es un muy buen disco con que concluir una carrera meteórica. El problema es que Tesfaye tiene poco que decir ya como supuesto artista torturado, más que repetir continuamente que lo es, sin adentrarse en recovecos inexplorados de su identidad, ni en cuanto a letras, ni mucho menos en cuanto a producción. En una de sus nuevas canciones, ‘Without a Warning’, canta: «Debí dejar de beber, pero no puedo permitirme ser aburrido». Ahora se entienden muchas cosas.

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Al autor del influyente ‘House of Balloons’ (2011) le pedimos más. A estas alturas, en su sexto disco, de The Weeknd queremos que transgreda límites y ahonde en terrenos desconocidos. Pero ‘Hurry Up Tomorrow’ no esa obra de The Weeknd que lleve su sonido al siguiente nivel. Todo en él está en su sitio, tal y como lo recordabas en el álbum anterior: los teclados synthwave, la estética noir, las bases italo, la influencia de ‘Drive’ (hay un tema llamado así) hasta el punto de que Johnny Jewel es uno de los artistas acreditados; las continuas referencias a las drogas, la huida del amor, la condena de la fama… Los breves momentos experimentales (‘Opening Night’, con la brillante producción adicional de Oneohtrix Point Never, el chop vocal de la escalofriante ‘Reflections Laughing’, que junta a Florence + the Machine y Travis Scott en el papel de invitados) se cuentan con los dedos de una mano. No hay factor sorpresa.

Y, aún así, a The Weeknd le ha salido otro muy buen álbum. El material a destacar es abundante, empezando por la épica pista inicial, ‘Wake Me Up’, que supuestamente samplea ‘Thriller’ de Michael Jackson -a la que recuerda mucho- y la banda sonora de ‘Scarface’ de Giorgio Moroder, en un disco que cuenta con la participación de Moroder, de manera criminal, en una de las peores pistas, ‘Big Sleep’. Las colaboraciones no son el fuerte del disco: en ‘Wake Me Up’, Justice se la cuelan a Abel Tesfaye, porque la base que le han cedido la podrían haber diseñado en cinco minutos mirando el móvil. Y, sin embargo, la canción funciona. A Tesfaye le ha inspirado la oscuridad del abismo, aquello que le depara después de su carrera, de su legado.

Los mejores momentos de ‘Hurry Up Tomorrow’, irónicamente, son aquellos que vislumbran -tímidamente- nuevos caminos sonoros para The Weeknd. Todo el álbum debería haber sonado como ‘Opening Night’. En ‘I Can’t Wait to Get There’, otro Michael Jackson inspira a Abel, el de la época Motown, pero Tesfaye envuelve este recuerdo con sintetizadores de ciencia ficción. ‘Give Me Mercy’, una de las pocas contribuciones de Max Martin al álbum, suena a Lionel Richie en negativo. Hasta las canciones menos afiliadas a la fórmula pop convencen dentro del contexto del álbum, como el favela funk experimental de ‘Sao Paulo’ con Anitta, cuya letra incluye una cuestionable referencia a la eutanasia; y el single ‘Timeless’ con Playboi Carti, que no se decide a ser un hit de trap o una “mood piece”, y acierta en ese punto medio.

Con estas interesantes ideas sobre la mesa, al final, a ‘Hurry Up Tomorrow’ le pesa la promesa de lo que podría haber sido. Es inexplicable la ausencia de ‘Dancing in the Flames’ en el tracklist. Es verdad que, en su lugar, aparece un single mejor, ‘Open Hearts’, pero tampoco es que la canción rompa con lo conocido, a nivel de producción. Es aún más inexplicable que el drama de ‘Hurry Up Tomorrow’ vuelva a dar vueltas sobre lo mismo -la «cárcel» de la fama- una y otra vez. En una de las pistas, Tesfaye canta que echa de menos cuando su «sangre no sabía a vino». Uno de los interludios recuerda aquella fatídica noche en que «perdió la voz». Quizá, The Weeknd necesita un descanso… y de eso va ‘Hurry Up Tomorrow’, básicamente.

La secuencia, aunque cohesiva, y no gracias a sus interludios (la transición de ‘Baptized in Fear’ a ‘Open Hearts’ es excelente), sufre un severo caso de hinchazón: ‘Enjoy the Show’ cambia a la desesperada de ritmos, sin resultar memorable. En ‘Given Up on Me’ no sucede nada interesante hasta que se convierte en una improvisación de jazz, de repente, pero pasado por electrónica, como inspirado en Fennesz. La elegancia de los sintetizadores de ‘Niagara Falls’ o ‘Take Me Back to LA’ es inversamente proporcional al impacto de sus melodías. Lana Del Rey aparece en ‘The Abyss’ o, mejor dicho, desaparece. ‘Red Terror’ huele a bonus track. En resumen: este disco no necesitaba durar 1 hora y 24 minutos. Pero The Weeknd quería despedirse a lo grande. Y aún queda por ver la película que ha ideado inspirada en el álbum.

Es irresistible la elegancia italo de ‘Drive’, que recompensará a todo aquel que llegue al final de viaje; y hay que recordar que The Weeknd sigue siendo un maravilloso vocalista y escritor de melodías. ‘Hurry Up Tomorrow’, la pista final, es devastadora, un himno como un sol de bueno (samplea el single homónimo de The Nu’Rons, de 1980). Y una redención, también. El asunto es que The Weeknd hace tiempo que no ese artista vanguardista y rompedor que conocimos. A pesar de disponer de todos los recursos para serlo, termina publicando trabajos que no dan el siguiente paso y terminan adaptándose al mainstream y a lo que es digerible. O será que dispone de todos los recursos menos el más importante: la ambición. Al menos, no le falta el talento, del cual ‘Hurry Up Tomorrow’ vuelve a ir sobrado.

<b>Lo mejor</b>: 'Open Hearts', 'Timeless', 'Wake Me Up', 'Opening Night', 'Reflections Laughing', 'Hurry Up Tomorrow', 'Sao Paulo'<br> <b>Te gustará si te gustaría</b>: un Michael Jackson producido por Moroder en lugar de por Quincy Jones<br> <b>Escúchalo</b>: <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Bn-3ICGjz0U">Youtube</a><br>The Weeknd / Hurry Up Tomorrow