Refree: «Se puede hacer canciones desde el ambient y la experimentación»

-

- Publicidad -

Refree: «Se puede hacer canciones desde el ambient y la experimentación»

Uno de los mejores discos de 2025, especialmente en el ámbito nacional, ha sido ‘Cru+es‘. Es nuestro Disco de la Semana. Niño de Elche y Refree no fallan y ofrecen una obra que trasciende el ambient o la experimentalidad para centrarse en la espiritualidad. Reinterpretando textos de teólogos, poetas, monjes, nos hablan de cuestiones como la muerte, la guerra o el terror. Publicado unas semanas antes de ‘LUX’, el álbum subraya igualmente las diferencias entre lo sacro y lo religioso.

Raül Refree reconoce que lleva las entrevistas peor que Niño de Elche, ya acostumbrado a toda polémica. «No soy superfán de hacer entrevistas, me pongo nervioso y tengo la sensación de que digo cosas de las que me arrepiento. Pero me lo estoy pasando bien y escuchando a Paco, mejor». El próximo 22 de enero, ambos presentan su nuevo show en el Teatro Circo Price, como parte de la programación de Inverfest.

- Publicidad -

¿De dónde viene la idea de hacer este disco?
Refree: «Paco y yo nos conocimos con ‘El niño’, un disco de Rocío Márquez que yo produje, y allí nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común y que nos apetecía probar cosas. Eso fue hace como 10 años. Y de golpe un día, recuerdo que me ofrecieron un concierto de poesía de Barcelona y dije: «Paco, ¿por qué no lo hacemos juntos?». Desde ese concierto empezamos a desarrollar una idea que nos interesaba a los dos, de espiritualidad en la música, del trance, del viaje y de si quieres también, de esta mística de la religión, pero de una manera muy abierta. Ese día tocamos ya algún salmo.

Luego fuimos haciendo conciertos sin disco, a pesar de que sí que hemos trabajado en otros proyectos de Paco. Pero hemos tocado por toda Europa como dúo sin haber grabado nada. Era un concepto que me encantaba: girar un concierto que no tiene disco supone que la gente se siente en un teatro, en un auditorio, sin saber qué va a pasar. Tampoco sabíamos nosotros muy bien qué iba a pasar porque a cada concierto le dábamos la vuelta. Era muy abierto. Y un día dijimos: «Oye, llevamos ya 6 años tocando juntos y experimentando. ¿Por qué no lo grabamos, que ya tenemos material que nos gusta mucho?». En septiembre del año pasado entramos en el estudio con la idea de grabar lo que estábamos haciendo y, como nos acostumbra a pasar, de golpe hicimos algo completamente distinto. Sí que nos habíamos puesto premisas de concretar un poco, que no fueran «impros» de 15 minutos como estábamos haciendo en directo, pero de golpe el sonido, la concreción, las canciones, las letras… no era nada de lo que habíamos tocado antes. Y eso fue el disco».

¿No ha sobrevivido nada de lo que estabais haciendo absolutamente?

Refree: «No. Es un espectáculo distinto».
Niño de Elche: «Coincide una actitud. Pero no sonoramente, textualmente. Porque en la improvisación trabajamos con piano y guitarra flamenca y el disco es electrónica, guitarra de otro tipo, también la idea vocal… Son experiencias totalmente diferentes. En la música seguimos con este trauma de que entendemos que el disco y el directo tienen que tener cierta relación. Es parte de nuestro drama. El cine y el teatro no tienen este drama, pero nosotros en música sí. Entendimos que la experiencia que teníamos en el directo era positiva para otro tipo de lazos, no para la cuestión compositiva, sino para entendernos, para comprender nuestras necesidades, también la lógica de escucha y de acción del otro. Es un bagaje que es muy importante para desarrollar el disco, pero nos derivó a otro sitio».

- Publicidad -

¿El show que hacéis ahora entonces no tiene nada de lo viejo?
Niño de Elche: «No, es el nuevo desde el Sónar y el Conde Duque».

¿No barajasteis un disco con las improvisaciones de esos años anteriores?
Niño de Elche: «Es material de directo. En disco no nos funcionaría. Todo puede tener un sentido, pero entendíamos que ese tipo de experiencia y sonoridades necesita una parte corpórea, física. Esa idea del trance, esa idea de la repetición… Una repetición escuchada en disco para nosotros es diferente que escuchada presencialmente».
Refree: «Era un directo que estaba en constante cambio. Es un concierto que, si todo va bien y nos seguimos queriendo como nos queremos, lo podemos hacer durante mucho tiempo, puede ser paralelo a cualquier otro proyecto, porque al final es salir los dos al escenario y probar cosas y que la gente viaje con nosotros, si puede ser».

- Publicidad -

Ese directo de improvisaciones lo habéis llevado a Portugal, Francia… ¿Hay un circuito para este tipo de shows en museos o sitios así, que facilite las cosas?
Niño de Elche: «Fácil no es: Raül y yo hemos picado mucha piedra. En España ese mercado es mucho más reducido, aunque Raül y yo no nos podemos quejar. Somos gente más o menos medio conocida o reconocida en según qué ámbitos. Siempre hay objetores culturales: un público que confía en nuestras propuestas y que es cómplice de lo que hacemos. Pero por ejemplo el espacio de festivales es rock, indie y cantautores, la electrónica es más de baile. La electrónica experimental en España es complicado que tenga espacios, aunque hay festivales. Eso por un lado. Y después el mundo de los teatros, pues nuevamente son cosas muy comerciales o clásicas o populares. La música experimental tampoco tiene mucho hueco».

«A veces se acota la espiritualidad a algo religioso, y yo creo que es algo muy rico e importante plantearse cada uno a su manera»

Habéis hablado de la espiritualidad y de la religión. Últimamente veo que hay cierto tipo de artistas, incluso de pop, que hablan de Dios muchísimo más que hace unos años. ¿Hay como una necesidad de reencontrarse con una espiritualidad a consecuencia de la tecnología, las redes sociales? ¿Por qué habéis hecho esta aproximación a la espiritualidad?
Refree: «A veces se acota la espiritualidad a algo religioso, como entendíamos hace años, cuando éramos pequeños o cuando nuestra abuela nos decía no sé qué o íbamos a misa o lo que fuera. Cada uno tendrá sus experiencias. Pero la espiritualidad y la relación de nosotros mismos con lo etéreo, con esta idea del no saber, del más allá, de la frontera entre la vida y la muerte, yo creo que es algo muy rico e importante plantearse cada uno a su manera.

Yo creo que se huyó de la idea estrictamente religiosa, y de una religión muy concreta, y de una manera de enseñar a la religión muy concreta. Pero creo que al final es mucho más amplio. Esa espiritualidad va mucho más allá. Es la relación con uno mismo, con el entorno, con lo que no conoces. Al final, cuando Paco y yo tocábamos juntos, siempre pensaba «esto es una idea muy hippie», pero al final no podía huir de lo que notaba cuando tocaba, que es una especie de abandonar el cuerpo de algún modo, una especie de trance. Lo que históricamente ha sido el trance y que con la música ha existido desde las tribus, nosotros lo experimentamos cuando tocábamos juntos. A mí me ha pasado mucho estar tocando en un auditorio y de golpe acabar y decir: «Hostia, estoy aquí». Casi que abandonas la propia persona para convertirte en algo que no sé muy bien qué es, convertirte en lo que estás haciendo. A lo mejor esta es la idea de algo más espiritual.

Como los dos nos encontrábamos en este punto, yo creo que nos fue muy fácil esta búsqueda de lo inmaterial, de lo espiritual, de este mundo en que dejas de ser tú, de que fluyes y no eres ego. Al final, el ego es algo que nos ata mucho a quién somos en este preciso momento, dónde estamos y lo que pueden pensar de nosotros. Tanto Paco como yo nos hemos encontrado en un momento en que gestionamos muy bien el ego. De hecho, nos podemos deshacer de él, no tenemos que demostrar nada, simplemente nos unimos y hacemos música. Esto es espiritualidad para mí: es la relación con el otro, cómo compartes el pan con el otro. Es una idea muy cristiana y muy religiosa, pero muy válida para la vida y muy necesaria».

«Cuando Paco y yo tocábamos juntos, siempre pensaba «esto es una idea muy hippie», pero al final no podía huir de lo que notaba cuando tocaba, que es una especie de abandonar el cuerpo de algún modo, una especie de trance»

¿Tenéis conversaciones teológicas más profundas, tenéis unas creencias parecidas o unas no creencias parecidas entre vosotros?
Niño de Elche: «Mi relación con lo sacro viene de atrás. Acabo de dar una charla en una Universidad Católica de Valencia, por ejemplo, y uno de los profesores me enseñó, me mostró una cátedra de Charles Péguy, un filósofo francés, teólogo, cristiano, católico, muy abierto. Y me enseñó la diferencia entre una cosa que nunca había pensado. Hacía una separación muy buena de lo que es lo sacro y de lo que es lo religioso. Yo siempre he estado mucho más cercano a lo sacro, a toda la representación sacra de la música, del arte… Lo religioso ya contiene una idea más personal, que tenga que ver con creencias íntimas. Yo tengo mi desarrollo y es en los libros donde más lo he desarrollado siempre. Mis textos son en relación a eso.

A diferencia de lo religioso, lo sacro no atiende solo a las necesidades ante Dios, puede tener que ver con unas fórmulas musicales, con unas actitudes, como el silencio, el tempo, la textura, todo eso. Ahí es donde reconocemos la espiritualidad que nos interesa, sea en George Crumb, en Bach, en Briano Eno, o en Low».

Refree: «O en Black Sabbath. Es fuerte que trabajando con estos materiales y con esta búsqueda, nunca nos hemos preguntado entre nosotros «en qué crees», «cuál es tu religión». Es que no se trata de eso».

Entiendo Low como un grupo religioso. Creo que eran mormones. ¿Qué otra música sacra recomendáis a no iniciados?
Niño de Elche: «Hemos compartido siempre salmos, el canto gregoriano… Gente en la que podemos encontrar una espiritualidad, aunque no sea música sacra en el sentido estricto. Sakamoto es un referente para nosotros, Arthur Russell, artistas que se van a la playa a escuchar el mar y a grabarlo, a escuchar sus susurros y a repensar o a hacer un disco a partir del eco más espiritual. Tiene mucho que ver con las tradiciones orientales».

El disco me ha parecido fácil y ameno de escuchar.
Refree: «Es lo mejor que nos puedes decir. Lo peor sería «buah, se me ha hecho larguísimo, qué complicado de escuchar».

No es un disco de estos de ambient que no acaban nunca. No sabía si podía ser una ofensa.
Niño de Elche: «No, no somos personas con prejuicios, nos gusta el pop».
Refree: «Hemos querido hacer canciones. Es que aquí hay canciones».
Niño de Elche: «Es un interés que había».

¿Por qué queríais hacer canciones?
Niño de Elche: «Porque nos podía servir para hacer textos que se pudieran entender, para hablar más de cara. Venimos de hacer sesiones muy largas de improvisación. La estructura nos podía ayudar a hacernos entender mejor y también a entendernos nosotros mejor. Y a partir de ahí empezamos a construir. Nos alienta lo que nos dices, pero alguien que esté esperando un estribillo… no hay ningún estribillo. No hay canciones que tengan estructuras rollo Beatles. El mundo de la canción que teníamos en mente era más Scott Walker o David Sylvian».

¿Puede haber algo de humor cuando dices esto de «Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Es muy solemne, pero no sé si puede ser una crítica a lo en serio que nos tomamos las cosas hoy.
Refree: «No. El salmo de cardenal tiene un punto de dureza extrema, pero no humor».
Niño de Elche: «El humor no es una de las características en este trabajo. En otros sí, pero en este no».

Claro, que es como en un psiquiátrico este ‘Salmo XXI’.
Niño de Elche: «Este texto es una relectura de Ernesto Cardenal, un librito suyo magnífico que se titula ‘Salmos’. Se sitúa en el monasterio en el que ellos cantaban a diario. Le pilló la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto, hay un contexto fuerte, bélico, dramático. Representa esa luz de la espiritualidad, que viene desde la sombra. ‘Senescente mundo’ y ‘Salmo XXI’ pertenecen a ese tipo de sombras que son también, paradójicamente, no sé si necesarias, pero sí la contraparte».
Refree: «Es un disco de canciones con materiales. No sé por qué a veces se entiende que desde la experimentación y los materiales electrónicos, el ambient o músicas radicales, como que no se puede hacer canciones con ellos. Y en realidad yo veo que se unen a la perfección y funcionan muy bien. Queríamos hacer canciones sin renunciar a esta parte ambient».

¿Todas las canciones tienen una base en autores como Peter Nadás o Yannis Ritsos?
Niño de Elche: «Sí, y Ernesto Cardenal, Thomas Merton, Rilke… Pero son inspiraciones, no hemos musicalizado poemas. Es una historia y de esa historia empezábamos a soltar frases y construíamos. Hace una semana, preparando un poco para cuando me pregunten, digo «a ver si hemos cogido frases literales de los poemas». Porque a veces en el proceso te metes en una especie de trance y no sabes… Pero no, son relecturas de los libros. No son frases cogidas. Esto me deja tranquilo».

A veces también he pensado en Björk en canciones como ‘La escalera’ o en la parte más percutiva…
Niño de Elche: «Björk no ha aparecido en nuestras conversaciones…»
Refree: «Nos encanta Björk. Es un piropo».
Niño de Elche: «Pero no es un referente prioritario en este disco».
Refree: «ANOHNI sí».
Niño de Elche: «O Arca. Un disco que no hemos nombrado y que se merece que lo nombremos sería el de Fred again.. y Brian Eno».

¡Si decían que era un timo!
Niño de Elche: «Pues me pongo de rodillas ante el timo!».
Refree: «‘La Escalera’ es un tema que casi queda fuera del disco, porque no conseguíamos darle forma y al final dimos con el clic y a mí me encanta, es de mis preferidos, pero el clic fue como unos chelos, una cosa más orquestal, más contemporánea, que también forma parte del disco».

¿Cuál es el criterio para definir la calidad en un disco de ambient? No sé si es tanto la melodía como en un álbum de pop.
Refree: «Es algo que me parece interesante, al menos desde nuestra visión y creo que la compartimos. Nosotros no pensamos, cuando hacemos música, «esto es esto, pues vamos a hacer esto». No hay líneas claras, si ha gustado algo, pues lo hacemos. Cuando entiendes la música sin estos departamentos de ambient, ¿qué es lo que hace que un disco sea bueno? Hablemos de un disco de ambient, o de un disco de pop, lo que hace que un disco sea bueno al final es la emoción».
Niño de Elche: «Hablamos mucho de referencias, pero a la hora de la verdad los caminos de Raül no son muy estándar. Por ejemplo para mezclar el disco no valían las referencias que decíamos. ¿Qué discos utilizamos? Porque el ambient para mí es un arte de la mezcla ante todo. ¿Qué discos referenciales utilizamos para mezclar las voces, mis sonidos, que no cumplen y no apelan a una estética muy concreta? El modus operandi está mucho más desdibujado. Eso fue una problemática muy bonita que nos costó más que grabar las canciones y los arreglos: entender cómo se tenía que mezclar. Mi forma de cantar, la forma de tocar de Raül, mezclar ese tipo de sonidos fue más complejo de lo que pensábamos, porque en el mundo ambient no se trabaja con según qué texturas, y en el mundo rock tampoco. Y a la hora del máster, igual».

Lo más visto

No te pierdas