Pocos proyectos paralelos en los que convergen artistas de distintos grupos conocidos dan más que hablar que sus respectivos proyectos de origen. Pienso en supergrupos como Asia, quienes a principios de los ochenta tuvieron un enorme éxito con su álbum de debut. El cuarteto estaba formado por músicos de míticas bandas de rock progresivo setentero como Yes (Steve Howe), King Crimson (John Wetton) o Emerson, Lake & Palmer (Carl Palmer). Por aquel entonces el progresivo estaba de capa caída y a base de hits AOR como ‘Heat Of The Moment’, Asia dieron más que hablar que los grupos de procedencia de sus miembros por aquel entonces. Salvando las distancias y trasladándonos a la época actual, tal paralelismo viene a cuento de que se podría afirmar que León Benavente, banda de Abraham Boba, Edu Baos (Tachenko), César Verdú (Schwarz) y Luís Rodríguez (miembro de la banda de Nacho Vegas, de la que Boba también forma parte), está más en boca de todos que los proyectos de procedencia de cada uno de sus componentes, al menos en esta segunda mitad de 2013.

No hay que andarse con rodeos para encontrar la razón de todo este revuelo, pues es bien sencilla: su homónimo álbum de debut, con diez redondas y efectivas canciones, es nada menos que uno de los mejores lanzamientos nacionales de este año. Sus coordenadas sonoras se encuentran entre el rock agreste y los dejes oscuros de bandas como Chucho, Ornamento y Delito o El Columpio Asesino. Concisos y al grano, todos los temas tienen más o menos la misma configuración: guitarras que van desde la limpieza hasta la distorsión, bajo bien potente que deja entrever un fanatismo por el post-punk (canciones como ‘Estado Provisional’ van muy en ese camino), batería un poco kraut (Verdú no puede ni debe obviar sus orígenes) y la voz y el órgano de Boba. Alguna base electrónica si acaso. Nada más, pero es que no hace falta más.

Las letras, de ahí también el paralelismo con Ornamento, van de lo personal (‘La Palabra’) a la crítica social (‘Década’, ‘Las Ruinas’, ‘Revolución’), pero siempre con un punto irónico y crudo. Tras una primera mitad veloz y cáustica como un puñetazo en el estómago, llega un páramo al comienzo de la segunda mitad del álbum en el que relajan el tempo, con temas como ‘La Gran Desilusión’, en el que hace aparición la primera de las dos colaboradoras femeninas, nada menos que Irantzu Valencia de La Buena Vida.

No tardarán en volver a subir las revoluciones para un final de aúpa en el que probablemente esté el mejor tema del disco. Tras la surrealista ‘El Rey Ricardo’ y ‘Revolución’, en las que no bajan la guardia, llega ‘Ser Brigada’, una especie de road movie protagonizada por una pareja que nos hace pensar en el chico y la chica que salen en la portada de ‘Goo’ de Sonic Youth: todo caos, locura y romance tórrido. En ese sentido recuerda a ‘Toro’, de El Columpio Asesino y para ello no podía haber mejor acompañante que Cristina Martínez, cantante y guitarra de los navarros, quien acompaña la narración de Boba en un tema que es emocionante de principio a fin, de los que dejan señal.

Y ya está. En menos de cuarenta minutos León Benavente despachan un disco impresionante que pide volver a ser escuchado en bucle. Pocos peros que poner (la letra de ‘Revolución’ es a veces un pelín facilona pero se resuelve muy bien al final) y muchas medallas que colgar. ¿Queréis más? La semana que viene publican un EP titulado ‘Todos Contra Todos’ con tres nuevos temas y una versión de Ilegales para saciar nuestra sed. Ojalá que, como también fue Asia (pero mejor, ya que estos se degradaron bastante disco tras disco, además de sufrir constantes cambios de formación), León Benavente sea un proyecto que siga en la brecha muchos años más. El comienzo de su andadura lo justifica sobradamente.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Ser Brigada’, ‘Estado Provisional’, ‘La Palabra’, ‘Las Hienas’, etc.
Te gustará si te gustan: Ornamento y Delito, Chucho, El Columpio Asesino…
Escúchalo: Deezer