En los últimos meses más de 10.000 personas han llegado a través de Google a JENESAISPOP buscando información de Amy Winehouse. A algunas de esas personas no les ha gustado nada que hablemos de su adicción al alcohol. Sin embargo, hay que decir en nuestra defensa que si estamos enganchados a su interpretación completamente ebria de ‘Beat it’ o si celebramos que no haya podido cumplir algunos de sus compromisos laborales por estar pedo no es por una cuestión de morbo, sino simple y llana empatía. Porque sus letras están salpicadas de ginebra, semen y resacas llenas de arrepentimiento queremos a Amy, pero no sólo por eso.
Hace varios meses que la Wino es el centro de atención de la prensa inglesa. Ya su primer disco funcionó bastante bien, pero ha sido ‘Back to black’, unido a sus polémicas, el álbum que la ha convertido en una estrella. Se tatúa el cuerpo de «pin-up girls» y le preguntan si es lesbiana. Ella contesta que «no al menos antes de unos cuantos «sambucas»». Le preguntan cómo es posible que adelgace tanto y reconoce que sufre «anorexia, bulimia y otros problemas alimenticios» («No estoy del todo bien aún, pero tampoco creo que ninguna mujer lo esté»). Pronto ‘Back to black’ cumplirá un año en el top 10 británico, está acomodado ya también en el top 10 americano y no deja de arañar puestos en listas tan complicadas para artistas internacionales como la de España, donde el álbum se publicó en marzo. Amy Winehouse está en el mejor momento de su carrera profesional, ¿pero sabrá digerir o disfrutar de este éxito?