Qué difícil es destacar en un género musical tan superpoblado hoy día como el folk pop de autor. Salvo que seas un tío con voz de soprano que usa peluca, un hijo de Loudon con pluma desbordante (ambas plumas), un niño de
Alburquerque Albuquerque (el de los USA) obsesionado con el folklore mediterráneo o, como en el caso que nos ocupa, el hijo de Anthony Perkins, inolvidable protagonista de ‘Psicosis’, muerto de sida en 1992. Si encima tu madre muere en uno de los aviones que se estrella en torres gemelas en 2001, pues chico, tienes garantizada la atención de prensa y público.
Ironías aparte, Elvis Perkins se revela en este ‘Ash Wednesday’ como un cantautor de aires clásicos (al escuchar el disco es imposible no pensar en Dylan, Drake, Van Morrison o, especialmente, el injustamente olvidado Tim Hardin) con un gran talento para conmover. El disco contiene doce canciones ordenadas cronológicamente por fecha de composición, la primera mitad antes del 11S y la segunda mitad después. Esa circunstancia se hace perfectamente palpable al escuchar el álbum. La primera parte, más cálida tanto en lo lírico como en lo musical, está repleta de folk pop somnoliento, como en los ruidos y vientos fantasmagóricos de la maravillosa ‘When You Were Sleeping’, en el jazz-pop del single ‘All The Night Without Love’ (un medio tiempo vibrante con un genial solo de fiddle), o en ‘May Day!’, su particular (e insospechado) ‘Ob-La-Di, Ob-La-Da’. Este primer tramo del álbum, intachable, se completa con la preciosa ‘Moon Woman II’ (con esos coros femeninos que parecen robados de ‘Bryter Layter’), la desnuda ‘It’s Only Me’ y la casi-mediterránea ‘Emile’s Vietnam In The Sky’.