En contra: Si Madonna llega tarde a todo, ¿cuándo llega Britney Spears? ‘Blackout’, desde su portada, desprende un aroma a tienda rancia de segunda mano que tira para atrás. 200 años después de que Rihanna sampleara el ‘Tainted Love’, ella lo imita en ‘Radar’; 300 años después de que Cher recuperara el vocoder, ahora ella lo mete por todos lados; ‘Break The Ice’ es como el ‘Yeah’ de Usher pero más cansino y mucho más débil; ‘Heaven on Earth’, que por segundos empieza como la mejor canción del disco, termina pareciendo una cara B de Dannii; las supuestas experimentaciones en ‘Get Naked’ y ‘Freak Show’ son de lo más cebollino; ‘Ooh Ooh Baby’ tiene el ritmillo de la nueva Furtado pero su producción es más anodina y menos excitante que la del ‘Cuando Tú vas’; ‘Gimme More’ sigue resultando interminable, y durante todo el disco, su voz ahogada entre todo tipo de sonidos supuestamente modernos (?) con unas melodías espantosas, uno no deja de pensar en su falta de sensualidad y sex-appeal. ¿Pero qué hace esta tía en el estudio? No puede esperarse mucho de alguien que ha rechazado ‘Umbrella‘, desde luego, y el caso es que en ‘Blackout’ seguimos viendo a una chica con mucha suerte, aunque no sabemos si buena o mala, que no sabe cantar, que no sabe bailar y que desde luego no tiene capacidad para reírse de sí misma. Según La Mesa Camilla Madonna no existe y son varias. Lo peor de Britney es que si fuera cierto, nadie podría echar de menos ninguna de sus cualidades. En resumen, el que quiera experimentos que se ponga a Animal Collective y el que quiera buen pop que se ponga a Robyn. O incluso, oh, a Róisín Murphy. 2. Supervago.
A favor Es casi imposible rebatir los argumentos musicales de Supervago, porque para qué negarlo, estoy bastante de acuerdo con la mayoría de ellos. Pero en ocasiones hay que valorar un producto por encima de lo que ofrece y fijarse en el significado social que tiene dentro de la historia pop contemporánea. Y en esta dirección, sin duda, ‘Blackout’, es ya todo un hito. Vale que el logro estrictamente musical más evidente de este disco -y creo que el único- lo encontramos en los dos primeros segundos del álbum. No es una canción entera, ni siquiera una melodía, sino una sola frase que ya es parte de mi (¿nuestro) imaginario popular. «It´s Britney, Bitch», aparte de una declaración de principios, es una coletilla que permite cambiar el nombre de la calva con extensiones por el de cualquiera de nosotros y hacer gracia en cualquier situación. Yo ya respondo a los telefonillos así, y eso es algo que sólo han conseguido por ahora pequeños grandes artistas como Chiquito de la Calzada. Otro logro de este disco es haber acentuado las garrafales diferencias que existen entre las celebrities nacionales y las internacionales. Mientras nosotros discutimos sobre los discos de Chayo Mohedano y Shaila Dúrcal, el de Britney es un disco que completa y se entiende sólo después de haber seguido la vida social de su autora. Y es que un trabajo que nace salpicado de actos de autodestrucción y locura sólo puede ser bueno. Nadie en España se atreve a caer tan bajo como Britney. Y si a los grandes de la música les ha funcionado bajar a los infiernos para transmitir personalidad a sus discos, ¿acaso la Spears iba a ser diferente? Pero sin duda, el mayor logro de ‘Blackout’ es habernos descubierto la figura de Chris Crocker. Sólo por él tengo este disco en mis manos. Junto a él pasé unas cuantas horas de madrugada en una cola de Hollywood Blvd. esperando a que la Virgin Store de Los Ángeles lo pusiera a la venta. A su lado pagué mi copia en caja mientras él, seguido de varias cámaras de televisión, compraba decenas no sé si para regalar a otros fans o hacer que su diva alcanzara el primer puesto de las listas. Chris, con su traje morado de lentejuelas, su bigotillo rubio cubierto de maquillaje y sus brazos pinchados a lo Winehouse, hizo que viviera la experiencia más divertida y surrealista en una de las ciudades más aburridas y feas del mundo. Y aunque sólo sea por esto, Britney se merece para mí un aprobado alto. Lo sé, el razonamiento de mi crítica es totalmente subjetivo. ¿Pero acaso no lo son todas? 7 Piscu