Son muchos los medios, en particular dos de nuestros favoritos (Pitchfork y Drownedinsound), los que están hablando de ‘Little Hells’ como el disco definitivo de Marissa Nadler. Después de sus tres primeros álbumes, ahora orquestados como una trilogía, la cantautora que un día se asoció a la corriente weird-folk, ha cambiado algunas cosas. Siguen los ambientes trágicos y medievales, el giro no es radical, pero sí se han incorporado nuevos elementos que hacen de esta entrega otra interesante y ya van cuatro.
‘Little Hells’ se abre con una inquietante canción llamada ‘Heart Paper Lover’, en la que simplemente suena la voz de Marissa Nadler, un piano electrónico «wurlitzer» y un «theramin» que parece evocar el sonido de bombas cayendo… para hablar de desamor. La atmósfera tensa creada a través de estos cortantes elementos se supera en ‘Mary Come Alive’, un tema con unas turbulentas influencias de los Portishead de ‘Theme From To Kill A Dead Man’, y en ‘Loner’, con un órgano bastante poco complaciente.
Son varias las canciones que siguen un desarrollo glorioso. Las guitarras del single ‘River Of Dirt’, en conjunción con sus sutiles programaciones, resultan evocadoras y épicas (precioso final, muy Julee Cruise), mientras que en ‘The Whole Is Wide’ apenas un par de notas de piano (las justas) sostienen el tema durante casi cinco minutos.
El centro de ‘Little Hells’ nos muestra a la Marissa Nadler más íntima de siempre, aquella que vimos en un café de Madrid actuando frente a muy pocas personas, y la que en definitiva, conocemos. Es una pena que no se haya animado a introducir más cambios en el resto del disco para conseguir su pequeño ‘Third’ ‘Fourth’, pero va por un camino excelente.
Calificación: 7,6/10
Temas destacados: ‘Heart Paper Lover’, ‘River Of Dirt’, ‘Mary Come Alive’
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