Una de las películas más atractivas estrenadas en el Festival de Cine Alemán, de las que además se espera que lleguen a salas de toda España, ha sido ‘Berlin Calling’, el retrato de un DJ de techno imaginario en esta ciudad. Ickarus está interpretado por el DJ de verdad Paul Kalkbrenner (pincha en el Sónar), aunque no se interpreta a sí mismo. La adicción a las drogas o sus brotes de esquizofrenia no son autobiográficos, por suerte.

‘Berlin Calling’ es un retrato del consumo de drogas mucho mejor que ‘Mentiras y gordas‘, pero menos rico en su análisis de personajes que la aún estupenda en cada visionado ‘Trainspotting’. Vemos sexo en cuartos de baño, a personajes sufriendo, intentando desintoxicarse y volviendo a recaer en torno a escenarios tan conocidos para el público berlinés como el Bar 25. Pero lo más original que presenciamos es la relación entre una discográfica y su DJ, la manera en que el techno se tiene que relacionar con la cultura de clubs, la obligación de un DJ de hacer bolos aunque no pueda o perjudique a su salud para pagar sus deudas o las situaciones extremas que se pueden vivir en una oficina cuando tu empleado es un yonqui con el mono.

Corinna Harfouch, que interpreta a la doctora que ayuda a rehabilitarse a Ickarus, tiene uno de los papeles más agradecidos, aunque el director Hannes Stöhr no llega a exprimirla todo lo que habría podido ni a ella ni a ninguno de sus personajes, como la bisexual novia del DJ. A pesar de todo, el lanzamiento del disco real de Paul Kalkbrenner / Ickarus en BPitch Control y toda la parte de márketing son bastante graciosos. 7.