Las altas temperaturas del pasado fin de semana en la península también se hicieron notar en Aranda de Duero, localidad de una provincia (Burgos) donde lo normal es el frío nocturno, incluso en agosto. Esto, a pesar de lo incómodo durante el día, contribuyó a que los asistentes al Sonorama disfrutaran más de la noche. Con casi 27.000 asistentes en esta edición, el festival se consolida como uno de los grandes de nuestro país. Además, los precios populares tanto en los abonos como en las consumiciones dentro del propio festival unido al ambiente amigable que se respira por toda la comarca, hacen que el atractivo del Sonorama vaya en aumento.
VIERNES:
La temprana hora a la que estaba programado el concierto de Anni B Sweet hizo que la oyéramos terminar desde fuera del recinto y fue una pena porque apetecía verla con banda y en un escenario como ése. A continuación, Nacho Vegas en el escenario Heineken, todavía con el sol en alto, repasó temas de su último trabajo e interpretó algunos más clásicos como ‘El hombre que casi conoció a Michi Panero’. Los aragoneses Mi Pequeña Radio, presentaron en la carpa Future Stars temas de su primer LP, ‘Esquiando hacia arriba’. Aunque comenzaron con algunos problemillas de sonido, pronto los solventaron para continuar con su show, que sin duda fue una de las grandes sorpresas del festival. Poco a poco consiguieron ir llenando la carpa, a pesar del calor, mientras el público coreaba y aplaudía cada uno de sus temas, como el efectivo ‘Siempre positivo, nunca negativo’
Ya en el escenario Heineken, Amy MacDonald (o Andie MacDowel como se oía por ahí), teñida de rubia platino interpretaba las canciones de ‘This is the Life‘. La artista de radiofórmula ofreció un concierto donde cada canción se parecía sospechosamente a la anterior, pero en el que se podía ver al público (salvo una concentración de fans en las primeras filas que coreaban todos los temas) simplemente disfrutar de un rato agradable. Vetusta Morla movió una vez más a la masa (¡y el polvo del suelo! argh) con los temas de su trillado ‘Un día en el mundo‘ y alguno que otro nuevo de los que vienen tocando en sus directos de últimamente.
Dorian dieron un concierto correcto y sin mucho sobresalto. A pesar de que lo nuevo apunta a hit, es posible que nunca vuelvan a hacer nada parecido a ‘Cualquier otra parte’. Pero sí puede que en un futuro próximo Marc aprenda a decir correctamente el superlativo de «fuerte«. A la actuación de Chimo Bayo no llegamos a quedarnos pero damos fe de que esos días en Aranda de Duero muchos coches llevaban de banda sonora, como antaño y a todo volumen, los éxitos del valenciano. Me voy de bareta.
SÁBADO:
Los conciertos de la mañana en la plaza del Trigo se vieron azotados por el calor. Los primeros en aparecer, los vallisoletanos Arizona Baby, movieron la plaza entera haciendo correr al público detrás de pollos imaginarios con dos guitarras acústicas y un percusionista (cajón, caja y 2 bongos). Quizá hubiera sido el grupo adecuado para cerrar la sesión matinal de conciertos. Llegó el turno de Alondra Bentley, que aburrió y no llegó a enganchar. Tal vez por el listón tan alto que dejaron los anteriores, tal vez por los problemas de sonido que tuvo, sobre todo al principio. Josh Rouse, también en formato acústico, contó con la colaboración de Refree, como ya le hemos visto otras veces, a la guitarra y teclados. Invitó al escenario a la alondra murciana, la Bentley, y al ver el percal, se bajaron al sol «para sufrir lo mismo que vosotros». Buen detalle pero al desenchufarse no se les oía por ninguna parte. Entre concierto y concierto tuvo lugar una batukada que despertó, más si cabe, los ánimos del público. De lo mejor del Sonorama.
Si a todo lo anterior sumamos el concierto de La Mala y su espectáculo ‘Ojo con la Mala‘, ya puede decirse que valiera la pena asistir a este Sonorama 2009. Y es que dio un conciertazo acompañada de los vientos de la banda Original Jazz Orquestra (OJO) del Taller de Músics de Barcelona y Refree (que hizo el agosto ese día en Aranda…). Vestida de largo, al más puro estilo Gilda, reivindicando lo de siempre, pero con una simpatía y espontaneidad envidiables, convirtió el concierto en una fiesta mientras el sol caía (y los cachis de cerveza o tinto también) sobre el escenario Heineken.
CatPeople dieron un concierto bastante parecido al del Contempopránea, con el público entregado. Con James se presenció otro de los grandes momentos del festival. Sonaron temas de la banda como ‘Sit down’, ‘Tomorrow’ o ‘Sound’ mientras un carismático y enérgico Tim Booth se posaba repetidas veces, micrófono en mano, sobre la valla que separaba el público del escenario, al que terminó permitiendo subir a parte del público medio enloquecido.
La Habitación Roja movió más a sus fans de toda la vida que a los advenedizos. Tocaron temas de sus clásicos y algunos de los nuevos. Muy majos y simpáticos, aunque no puede decirse que dieran un gran concierto. Para terminar, Sunday Drivers, como si de una banda internacional se tratara, consiguió mover a la masa con temas tanto de su nuevo trabajo -abrieron con ‘(Hola) To See The Animals’- como de los anteriores. Correctos y agradecidos, cerraron con broche de oro y el beneplácito de sus fans con ‘Little Heart Attacks’ y la maravillosa ‘Often’ de su segundo LP.