Recelo es la palabra que más se ajusta al momento en que los medios británicos volvieron a vendernos que un grupo de su país era maravilloso, con todo el brit-pop en evidente decadencia; al momento en que nos tragábamos el repelente vídeo de ‘Yellow’ cada 35 minutos en MTV. ¿Serían Coldplay tan buenos? Junto a unos Radiohead que publicaban ‘Kid A’ desde luego no nos lo parecían, pero el tiempo ha sentado muy bien a ‘Parachutes’, un debut nada excesivo que un millón de ambiciones después ha terminado resultando su mejor disco.
A Coldplay muchos nos los hemos tenido que tomar definitivamente en serio a raíz de hacer su mejor canción con tres discos en la calle, algo muy poco habitual. La edición de ‘Viva la Vida’ ha confirmado que el grupo está aquí para quedarse, ya que cada disco, desde el punto de vista comercial, es más exitoso que el anterior; pero este ‘Parachutes’ resulta más coherente, regular y menos forzado que el resto de su discografía, sobre todo ‘X&Y’.
‘Parachutes’ incluye la que sería durante años la mejor canción de Coldplay, ‘Don’t Panic’. Inicialmente llamada ‘Panic’, pero retitulada para transmitir un mensaje optimista que se ajustara mejor a la letra, dura muy poco más de 2 minutos, pero la belleza de sus acordes en guitarra acústica y los punteos de la eléctrica, crean una atmósfera muy intensa que te mete por completo en el CD. Y la sucede ‘Shivers’, la pieza más energética del álbum, muy presta a esas carreritas frenéticas que a Chris Martin le gusta pegarse por el escenario. Un deseo de declaración de amor frustrada para quemar el botón «rewind». Un single excelente.
La fuerza de las guitarras eléctricas, a pesar de la clara vocación melódica y pop de Coldplay, protagoniza también el tema que sirvió para presentar al grupo, ‘Yellow’. El grupo compuso la canción precisamente mientras grababa ‘Shiver’. El productor Ken Nelson, que había trabajado con Gomez o Badly Drawn Boy, les sugirió que miraran las estrellas al salir del estudio y de ahí salió la primera frase de la canción. El grupo intentó transmitir la «esperanza, el brillo y la devoción» que sentían en aquel momento, si bien el título es un poco tonto: viene de las Páginas amarillas, lo primero que vio Chris Martin en el estudio mientras buscaba palabras concretas que se ajustaran al sentido de la canción.
‘Trouble’ ya se ha convertido también en un clásico y es una muy buena canción al piano, aunque ya es difícil disociarla de anuncios de televisión varios. La gran razón que convertiría a ‘Parachutes’ en un disco sobresaliente es, como siempre, la fuerza dramática de algunas de las canciones que nunca fueron singles. Mientras ‘High Speed’ y ‘We Never Change’ sí son un poco más flojas, y ‘Parachutes’, que dura 0.46, sólo acentúa la falta de pretensiones y el gusto por la sencillez del grupo en aquel momento, ‘Spies’ y ‘Sparks’ serían los dos grandes «growers» del disco, estratégicamente situados como pistas 3 y 4, dentro del sándwich que formaban los cuatro singles principales: los terminabas escuchando siempre y cada vez te gustaban más.
Mientras que ‘Sparks’ parece simplemente una canción de amor, ‘Spies’ cuenta con una letra algo opaca que el gobierno chino se tomaría como algo personal, llevando absurdamente a la censura del álbum en este país. Mucho más interesante es la interpretación que pueda darle cada uno a su letra, que parece hablar sobre el miedo, aunque tampoco hace falta estar muy atento a lo que canta Chris: pocas veces ha sonado tan desconsolado en una canción.
El álbum se cierra con un himno largo, como tanto hacían los grupos de brit-pop de la época que imitaban ‘Hey Jude’. Infalible el momento «sing along» «come on, yeah, come on, yeah, come on, yeah, everything’s not lost», en sintonía con el espíritu, en el fondo muy optimista, del disco.
En la época, ‘Parachutes’ no es más que una segunda parte de ‘The Man Who’ de Travis. Se dice que básicamente atrae a los fans de los Beatles que sólo escuchan nueva música que se parezca o a los que rechazan a los Radiohead más electrónicos. Con el tiempo, Coldplay demuestran su enorme personalidad y talento en una carrera que, a pesar de los baches creativos, apunta a la grandeza de U2. Lleguen adonde lleguen, en su caso el primero sí que siempre será su álbum con más encanto.
‘Parachutes’ está en Spotify.