Chris Owens hace que Girls no sea un grupo más. Como ya hemos visto en sus vídeos, tiene ese halo que solo tienen las personas especiales, que no pueden evitar destacar sobre los demás. Sus ademanes, su ambigüedad, su imagen -una especie de híbrido entre Kurt Cobain y el Morrissey de los ochenta-, hacen de Owens uno de esos seres que desatan los odios y las filias más feroces. Sin ir más lejos, aún hay redactores de esta web que se debaten entre sus redondas canciones y la tirria que les despierta este joven. Por si fuera poco, tiene una sórdida historia vital a sus espaldas, una gran baza para edificar un mito.
Blogs de todo el mundo han contribuido a generar un hype en torno a Girls, pero curiosamente su música está muy alejada de las corrientes de moda. Porque ‘Album’ es un disco habitado por los fantasmas de los más añejos emblemas de la ortodoxia del rock n’ roll: corazones y sueños rotos, melancolía, la música como salvación, amor y amistad hasta la obsesión, el hedonismo como vía de escape del desastre… Estas canciones resucitan con una imposible mezcla de candidez y perversión el espíritu de Elvis Presley, Buddy Holly, Gene Vincent, Beach Boys, pero también de The Smiths y My Bloody Valentine.
Soul, blues, doo-wop, boogie, rockabilly y hasta la balada hawaiana alimentan el pop certero y atemporal de ‘Laura’, ‘Summertime’, ‘Big Bad Mean Motherfucker’, ‘Ghost Mouth’, ‘Morning Light’ (de repente, el noise) o EL baladón ‘Lauren Marie’, creando un conjunto heterogéneo pero asombrosamente coherente en su sonido, sucio y desarrapado, a la medida de alguien que huye desesperadamente de la miseria hacia la belleza. Por no incomodar, ni siquiera lo hace ‘Goddamned’, que parece un homenaje al ambiente y sonido de ‘G N’ R Lies’ de Guns N’ Roses (¿rasgado de vestiduras? Sí, es aquí).
Este disco, pese a su corta edad, ya tiene una leyenda. Se dice que durante su grabación Chris Owens y su amigo y compañero de banda Chet ‘JR’ White, se dedicaron a catar cada pastilla que se les ponía a tiro, a ver qué pasaba (no en vano, su Myspace enlaza a una web que cataloga el contenido y efecto de toda pasti viviente). Pero lo que genera la leyenda, en realidad, son dos hitos en forma de canción. ‘Lust For Life’ abre el disco como un haz de luz que entra por la ventana una mañana del mes de mayo, perezosa pero energética. «Ojalá tuviera un padre, para enmendarme. Y sin embargo, estoy jodido de la cabeza» canta en la primera estrofa. Una canción enorme a la que solo puede hacer sombra ‘Hellhole Ratrace’, una hermosa letanía en espiral que acaba estrellándose en un muro de guitarras, en la que Owens clama por un poco de risa y baile para no pasar el resto de su vida en la mierda de cada día. Una y otra y otra y otra vez.
Ah, sí, el pasado oscuro, claro: ‘Darling’ cierra el álbum y, a pesar de ser la canción menos agraciada del conjunto, encierra el leit-mótif de Girls y de la vida de Owens. «Tío, sentía que no tenía rumbo, y entonces encontré mi camino en la canción que estaba cantando». Se dice que Chris Owens nació en el seno de una familia perteneciente a una secta llamada Niños de Dios. Su hermano mayor murió porque enfermó y la secta prohibía a sus miembros recurrir a la ciencia médica. Su padre abandonó a Chris y a su madre, que fue obligada a prostituirse. Cuando fue adolescente, el chico huyó y acabó viviendo en las calles de Texas hasta que un millonario le recogió y le llevó a San Francisco, donde conoció a Chet, con el que formó esta banda. Sin saber cuánto hay de verdad en esa bizarra historia, lo que no dudamos es que ‘Album’ es un disco de una épica y una atemporalidad poco común en nuestro tiempo.
Girls actúan hoy sábado 3 de octubre en Barcelona (en La [2] del Apolo, presentando la próxima edición del Primavera Club junto a Times New Viking y Swanton Bombs) y mañana domingo 4 en Madrid (Moby Dick, con Swanton Bombs).
Calificación: 8,5/10
Lo mejor: ‘Hellhole Ratrace’, ‘Lust For Life’, ‘Lauren Marie’, ‘Laura’, ‘Ghost Mouth’
Te gustará si te gusta: los clásicos del rock, The Pains Of Being Pure At Heart
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