Cuando alguien nos habla de franquicias, que tampoco es que sea todos los días, para qué engañarnos, lo primero que nos viene a la cabeza son nombres de cadenas de comida rápida tipo Burger King y Telepizza, o establecimientos del palo tintorerías PressTo. Vamos, negocios de esos que a finales de los noventa cualquiera con ahorros se montaba pensando que se iba a forrar. La RAE, mucho más culta, da una definición más completa del término: «Concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada».
Y he aquí la clave, porque de marcas comerciales, en el mundo de la música, se sabe demasiado. No tenemos muy claro si La Oreja de Van Gogh, al cambiar a Amaia por Leyre, entraría en esta categoría. Tampoco si grupos como The Cure, Smashing Pumpkins o Simply Red, que cuentan con sólo un integrante de la banda original y hacen bolos aprovechándose de la fama del nombre, se podrían definir como tal. ¿Y las Nancys Rubias? ¿Algún pueblo de España notaría el cambio de alguno de sus componentes que no fuera Mario Vaquerizo? Sí, podría decirse que para nosotros el de franquicia es, más que un nombre, el adjetivo que pone de relieve determinados vicios del pop. Aquí listamos a algunos de sus máximos exponentes.
10. Pipettes: Empezamos fuerte. El caso de esta agrupación de Brighton, aunque no demasiado común en el mundo del indie, tiene mucho en común con aquellas formaciones femeninas a las que rinden descarado homenaje. Nosotros nos volvimos locos cuando en 2006 editaron su primer y único disco hasta el momento, ‘We Are The Pipettes’, que pinchamos y escuchamos hasta la extenuación. Pero como pasa con esto del éxito, una de sus componentes, Julia Clark-Lowes, decidió abandonar el grupo para montárselo por su cuenta. En su lugar entró Gwenno Saunders, la formación siguió cambiando varias veces y en los directos pocos se dieron cuenta. Normal. Vestidas igual no hay lugar a la identificación personal que mueva masas de fanes tipo Spice Girls. La salida de Geri fue un drama, pero Julia, Gweeno, Rose, Rebecca… ¿Hay alguna diferencia?
9. Pussycat Dolls: A ver si no metemos la pata explicando la historia de esta formación en la que cualquiera que pueda cantar en ropa interior puede encontrar su hueco. Y es que The Pussycat Dolls se fundó en 1995 como un grupo burlesque ideal para actuar en despedidas de soltero de lujo para, en 2005, lanzar su primer disco y convertirse en lo que hoy es. Por su historia han pasado Nicole Scherzinger -auténtica alma del grupo- Jessica Sutta, Kimberly Wyatt, Carmit Bachar o Melody Thornton. En los USA incluso llegó a emitirse un reality para buscar nuevas integrantes para la banda, en la que ocasionalmente también han participado Carmen Electra -que estuvo por el grupo en sus principios- y cantantes como Britney, Christina Aguilera o Paris Hilton. Como veis, un lío padre y un baile de nombres que sólo pueden entender aquellos que hagan de las PCD el objeto de estudio de su doctorado universitario. Por cierto, algunos mentideros dicen que se han separado, pero mientras haya desfiles de Victoria’s Secret, la marca tiene supervivencia asegurada.
8. Village People: Desde el momento en que un grupo entra en el circuito de las bandas sonoras obligadas en las grandes celebraciones familiares (bodas, bautizos, comuniones) y fiestas de empresa, podemos hablar de rotundo éxito de marca. El problema es que la mayoría de esos temas rara vez son identificados con nombres propios en concreto. Ahí reside el principal punto fuerte de los Village People, reducidos a un disfraz de estereotipos homosexuales creados en los 70 que cualquiera puede imitar y al que aún hoy día se le sigue sacando rédito. Por eso los componentes de la formación original se metieron en pleitos contra la revisitación moderna de su legado, que anda de gira por cualquier ciudad del mundo que tenga a bien contratarlos. Victor Willis, el policía, ha sido la voz principal de esta denuncia, pero ha tenido que tragarse sus palabras primero, porque un juez le ha quitado la razón, y segundo, porque como las mascotas de un parque de atracciones, a la masa poco le importa la identidad de la persona metida debajo del disfraz.
7.Daft Punk: De acuerdo, vivimos en el siglo XXI y hoy puedes estar en París y mañana en Sidney. Pero reconozcamos que la manía obsesiva de este dúo electrónico por esconder su identidad debajo de unos cascos futuristas es alimento más que suficiente para levantar sospechas y obsesiones conspirativas. ¿Que tenemos que creernos que en cada concierto los que están subidos encima de la pirámide son Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo? Pues lo hacemos, qué remedio. Ahora, que si no lo hacen ya, olé los huevos de este par de músicos por crearse una imagen que, de querer, les permitiría ganar un pastón mandando dobles con cascos y discos con sesiones ya grabadas sin moverse de su casa.
6. Sugababes: En el año 2000 salió al mercado el primer disco de esta formación femenina, ‘One Touch’, que con las voces de Keisha Buchanan, Mutya Buena y Siobhán Donaghy, coló varios singles en las listas británicas. Apenas dos años después llegó la primera espantada, la de Siobhán, que lejos de desestabilizar la continuidad de la banda abrió la puerta a la incorporación de Heidi Range y, con ella, el acercamiento a un estilo más electrónico. ¿El resultado? Bombazo total de ventas en todo el mundo y otra salida inesperada, la de Mutya Buena en 2005, que poco asustó a la discográfica visto que mientras el nombre siguiera intacto y apoyado por chicas guapas, el negocio estaba asegurado. Una idea machista pero tristemente cierta. Es entonces cuando comienza la época de Amelle Berrabah, con la que se llegan a grabar para una reedición algunos éxitos anteriores sustituyendo la voz de Mutya por la de Amelle. ¿Alguien da más? Pues sí, porque este año Amelle despertó rumores de separación después de hacer un Gwen Stefani y grabar en solitario la canción ‘Never Leave You’, primer éxito de una Sugababe sin compañeras de viaje. La sorpresa llegó cuando se anunció que la que se iba no era ella sino Keisha Buchanan. Después de la expulsión del último miembro original de la banda, Heidi, Amelle y la nueva incorporación, Jade Ewen, aseguran ahora que no cantarán nunca más canciones del ‘One Touch’ por respeto a sus compositoras originales. ¿Para qué van a querer un ladrillo si ya se han quedado con toda la casa?
5. LocoMia: Para entendernos, y salvando las distancias, la historia de este grupo es algo así como la de los Village People. Aunque no saltaron a la fama hasta la década de los 90, esta formación fue fundada en 1984 por Xavier Font, Luis Font, Manuel Arjona y Gard Passchier, incorporando más tarde a Carlos Armas, Juan Antonio Fuentes, Francesc Picas y Santos Blanco. La inclasificable banda se convirtió en un fenómeno abaniquero en el que, una vez más, primaba la estética sobre todas las cosas. ¡Que levante la mano quien ponga cara a los nombres antes enumerados! Pues eso. El caso es que desde entonces el nombre del grupo ha cambiado de mano como la falsa moneda intentando resurgir de sus cenizas con nuevas caras, y aunque hace unos años parecía que lo lograban, afortunadamente se ha quedado en eso, un espejismo. Y no será por falta de aspirantes. Dadle un abanico a cualquier chico y veréis qué es lo primero que hace.
4. La Década Prodigiosa: Echad un vistazo a la portada de este disco. Sí, es él, Paco Morales, flamante presentador del ‘Karaoke’ de Telecinco y sólo uno de los muchos componentes que La Década Prodigiosa ha conocido a lo largo de su historia. Propuesta famosa por ofrecer un ecléctico repertorio de popurrís ideal para un también ecléctico grupo que, según la foto que busques, lo mismo pasa del cardado ochentero al chandalismo más pokero sin despeinarse ni cambiar la sonrisa. De aquellos chavales que representaron a España en Eurovisión poco queda en la formación actual (una de sus cantantes es la Carmen Miriam de Popstars), y si nos aceptan un consejo, más les valdría a los responsables de ese engendro grupal de ex triunfitos llamado Los mejores años que recorren los pueblos de España, haber comprado la marca Década. Ambos, franquicia y franquiciado, habrían salido ganado en sus propuestas.
3. Ketchup: A las hermanas Muñoz, que no son los Estopa travestidos sino Pilar, Lola y Lucía, podría decirse que el éxito internacional de su ‘Aserejé’ las pilló fuera de guardia. Su ascensión al éxito podría compararse a la de Los del Río, pero a diferencia de ellos, este trío andaba muy lejos de poseer un magnetismo personal que las identificara individualmente fuera del grupo. No mentimos si decimos que más sosas y sin sangre no se podía ser (sólo hay que verlas bailando en el primer vídeo que grabaron de ‘Aserejé’), aunque lo mismo todo responde a una estudiada campaña de marketing que, como dicen las malas lenguas, llevó al manager del grupo a repartir delegaciones Ketchup por todo el mundo con tal de no perder ni un solo contrato de actuaciones. A nosotros, desde luego, nos la podrían colar cuando quisieran. Fijaos que para Eurovisión metieron en la banda a una más, Rocío, y como quien oye llover.
2. Carlinhos Brown: Al odio por la sobreexposición. Los más jóvenes, los recién nacidos, quizás no lo recuerden. Y con un poco de suerte nunca lo tendrán que llegar a vivir. Pero hubo un tiempo no muy lejano en que toda fiesta popular tenía que contar con su batucada particular. Pero no una cualquiera, qué va. Tenía que ser la del brasileño Carlinhos Brown, que con sus tambores, sus rastas y su espíritu neoreggae inundó de ruido las ciudades de medio mundo. En nuestro país en concreto la obsesión por Carlinhos alcanzó límites nunca vistos, siendo tal el don de la ubicuidad del brasileño que muchos nos comenzamos a preguntar si no estarían vendiendo por internet el pack Carlinhos, con gorro de rastas incluido, para disfrazarte de él y representar con dignidad su legado musical. Si habéis visto los capítulo de los Simpsons en los que salen los dobles de Krusty, o habéis tenido familiares distribuyendo productos Avon, os podéis hacer una idea de a qué nos referimos.
1. Johann Wald: ¿Has estado en algún festival este verano? ¿Has visto en alguno al Johann de la MTV y te has emocionado por avistar a un famoso? ¿A que la segunda vez que te lo encuentras ya no es la mismo? ¿Y la décima? ¿Y la milésima? ¿Cómo es posible que esté en una discoteca de Valencia al tiempo que paseando por la calle Fuencarral de Madrid y también pinchando en una discoteca de Barcelona si los clones humanos todavía no existen? ¿Si inauguráramos un proyecto de web en el que pudiésemos pinchar sobre un Google Maps los avistamientos de Johan con hora y día descubriríamos la verdad sobre este misterio? ¿O es que regalan un Johan con los barriles de cerveza y por eso está en cada discoteca y bar al que entras? ¿Hay alguien ahí que no se haya encontrado nunca en su vida con Johann? ¿Es carnaval todo el año y el disfraz más vendido es el de Johann? ¿Será que todo es producto de una siniestra campaña publicitaria de Cuatro? Venga, di la verdad, ¿cuánto hace que no te cruzas con Johann?