El «quid» de ‘Gran Hermano: El Reencuentro’ que ha comenzado en Telecinco no es descubrir si hacen mejor poesía Joaquín Sabina, como dice Nacho GH4, o Fito y Fitipaldis, como dice Noemí GH3, en estos mismos momentos en ‘La vida en directo’, sino reunir, cual Isabel Gemio/Jesús Puente a dos ex concursantes, generalmente una pareja sentimental, que se ha llevado mal o ha terminado fatal fuera de la casa. Mercedes Milá reveló sólo en el último minuto de programa que ganará la pareja «que consiga olvidar el pasado», pero eso es lo de menos. Lo de más, el cásting del cásting, que reúne a lo mejor peor de estos 10 años, con algunas excepciones: ausencias imperdonables frente a la presencia de algunos concursantes que no recordamos muy bien quiénes son.

La lista filtrada en internet con pistas pero sin nombres ha resultado ser un «fake» pero no total, igual porque ni el propio programa estaba muy seguro de a quién iba a meter (¿qué pasaba si de repente un miembro de cada pareja se echaba para atrás?). ‘Gran Hermano’ ha ido revelando muy poco a poco quiénes eran los 12 participantes, dándonos gratas sorpresas como el regreso a la casa de Nickymente, batiendo el récord de morbo mundial al volver a juntar a Raquel y Noemí después de haber compartido el descubrimiento del lesbianismo de esta última, su posterior regreso a la heterosexualidad o un terrible accidente de coche, o dándonos la oportunidad de volver a disfrutar de La Legionaria, la autora de los 10 minutos más desconcertantes de la televisión que se recuerdan. Esto sí que es terror en la casa y no lo de ‘Paranormal Activity‘.

El programa juega con la gracia de volver a mostrar a personajes de los que llegamos a saber todo y se ha terminado sabiendo nada, para comprobar qué fue de ellos, por qué se estropearon algunas de sus relaciones o saber si es tan cierto, como bien ha observado Fresita, que ha estado en la casa sólo unos minutos para recibir el perdón de Nico y de la vaca, lo que todos dicen: que todos han madurado muchísimo… Está claro que si de lo que se trata es de hacer paces, hay alguno que no gana ni de coña, en proporción probablemente al tiempo que haga que salieron de Guadalix.

De esto puede quedar un verdadero rollo patatero (por algo se ha dicho que igual el programa dura 10 días), sobre todo porque no ha entrado Inma «me encanta el oro» ni Aída Nizar, que sólo ha ido de visita para llamar «hipócrita» a un par y después se ha vuelto… o no. Habrá que ver cómo se las ingenia la productora, siempre a la greña y a veces con ideas la mar de saladas, para dar a esto del morbo una vueltecilla más sin nominaciones ni expulsiones. Después de tanto precedente, Gran Hermano VIP, Hotel Glam y similares, todos ellos con audiencia en progresiva decadencia, ya estarán ideando cosas para que Arturo e Indhira tengan que hablarse por huevos, Raquel y Noemí lo mismo, se descubra qué busca Desi en España si ya vive con su marido y su hijo tan feliz en Suiza o, sobre todo, para sacar de quicio a Bea cuanto antes. Si es de aquí al domingo, que hay debate, mejor.

Calificación: 5/10
Destacamos: Bea, Indhira, Nickymente
Te gustará si: sueñas con un Gran Hermano eterno que no acabe nunca, presentado por Mercedes Milá
Predictor: Depende de si alguna le gusta Arturo. Suponemos que le habrán preguntado por sus favoritas.