‘Una educación’ o hedonismo

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‘Una educación’ o hedonismo

an-educationNick Hornby se ha encargado del guión de la nueva película de la danesa Lone Scherfig (‘Italiano para principiantes’), inspirándose en una pequeña historia escrita por la periodista Lynn Barber sobre un romance de su juventud. En Londres, en los años 60, una excelente estudiante aspira a ir a la Universidad de Oxford hasta que se enamora de un hombre mayor que, entre otras cosas, lleva a la práctica su pasión por la música invitándola a varios conciertos de jazz, y entonces se plantea dejar todo por él. El resultado ha valido tres nominaciones a los Oscar: mejor película, mejor guión adaptado y mejor actriz para Carey Mulligan, que recientemente logró hacerse con el Bafta también por este papel.


Los tiempos pre-Beatles (la promoción insiste en este gran concepto) no ofrecen un universo de posibilidades a chicas como Jenny, que sí, pueden estudiar, pero no aspirar al mismo tipo de trabajo que los hombres. La joven se enfrentará, al conocer a David (Peter Sarsgaard), de turbio trabajo pero vida resuelta, a la difícil decisión de escoger entre una vida muy tentadora desde su hedonismo (tabaco, música, fiestas, arte, viajes a París) pero dedicada en exclusiva a un hombre; y desarrollarse como mujer recibiendo eso, «una educación», un tanto estirada en la representación de la férrea directora del instituto, interpretada por Emma Thompson.

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La encantadora Carey Mulligan es el centro de atención recordando en el cartel de la película a Audrey Hepburn (en la película en sí no tanto), pero también es reseñable la enorme capacidad de seducción del personaje de Peter Sarsgaard, no sólo como donjuán sin ser gran cosa físicamente, sino también como supuesto yerno perfecto. Él y ella hacen una buenísima pareja, aunque ‘An Education’ tiene de pop mucho más que el cartel. Atentos a los títulos de crédito finales, con espléndida canción inédita de Duffy, y sobre todo a los iniciales, de una estética deliciosa.

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Sin embargo, donde Scherfig termina de convencer no es en la recreación colorida a lo ‘Abajo el amor’, sino en el retrato de la burguesía británica de la época, bastante más agridulce. Aunque para sus aspiraciones feministas, la película se hace algo corta y sencilla, por ejemplo las reacciones del personaje de Alfred Molina, que interpreta al padre de Jenny, ante cada uno de los acontecimientos, nos cuentan grandes verdades sobre la época, precisamente entre la felicidad de la vida social y la tristeza del conformismo. 7.

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