Darwin Deez tiene carilla de haberlo pasado mal de pequeño y/o ser uno de esos que pasean su «diferencia» y «singularidad» por las calles más pintonas de las capitales más cosmopolitas, bla, bla, bla… En fin, que es, presuntamente, un freak que se gusta en su rarunez. Superadas las fobias y filias que ese aspecto de Devendra meets Devonté pueda suscitar, este neoyorquino está empezando a crear expectativas también por sus canciones.

Este hijo de seguidores del Meher Baba, camarero en un restaurante vegano (aunque él no lo sea), toca la guitarra desde los 11 años, guitarra que ahora él presume de tocar con solo cuatro cuerdas y su propia afinación. Tras pasar por la banda Creaky Boards, Darwin empezó a escribir sus propias canciones y a tocarlas con su mejor amiga Michelle ‘Mash Deez’ Dorrence al bajo. Tras autoeditar algunas de ellas en Cd-R, Lucky Number (sello de, entre otros, Sébastien Tellier) se fijó en él y a finales del pasado año publicó su primer 7″, ‘Constellations’, y en un par de semanas hará lo propio con ‘Radar Detector’, que goza de un vídeo divertidísimo a cargo de Ace Norton lleno de inventos (im)posibles como el alfabeto de gofre de huevo o el polo-cepillo de dientes.

Se trata de pop despreocupado que ofrece tantas similitudes con Strokes como con Moldy Peaches, y que incita descaradamente al baile, algo muy importante para Darwin, que se declara un enamorado de la danza, como demuestran sus coreografías callejeras. Tiene gracia, sí, pero no queda claro si hay talento suficiente para prolongar el chiste. Como siempre, esperaremos a su álbum de debut, cuya fecha de edición es el próximo 12 de abril.