No tanta gente se pasó por Universimad a pesar de lo atractivo y variado de su cartel y de que todos los conciertos eran gratuitos. Quizá lo lejos que se celebra del centro y el tiempo raro que hacía (tan pronto un solazo inaguantable como un frío que pelaba) fuera la razón, pero este escenario de la Complutense tampoco se vio deslucido en ningún momento, siempre con varios miles de espectadores pendientes y bastante atentos (!) a lo que sucedía sobre el escenario.
Lula dieron un concierto que en los primeros minutos se resintió por lo baja que sonaba la voz y algún acople de sonido. Patricia parecía algo agobiada quejándose al técnico, pero en un par de canciones los problemas se arreglaron. Comenzaron el set con ‘Vaqueros viejos’ y otros temas de su tercer disco ‘Sufre como yo‘ como ‘Dime lo que piensas’ y ‘Paul Newman’. Hacia el final aparecieron seguidos sus dos grandes hits, ‘California’ y ‘Johnnie Walker’, junto a su nuevo sencillo ‘De alquiler’ y ‘La bomba’. Los tres siguen siendo una monada y sus canciones mantienen la capacidad de arrancarte una sonrisa de vez en cuando gracias a sus divertidas letras. Nos quedamos, eso sí, con muchas ganas de más, ya que el set fue excesivamente corto y no tuvieron tiempo de tocar ni ‘Henry Miller’, ni ‘Guarra’, ni ‘Sin sostén’… Esperemos que vuelvan.
Tulsa dieron, como era de esperar, el mejor concierto de los que presenciamos: el que mejor sonó, técnicamente el más perfeccionista, el más bonito a secas y el que ordenó cuál sería el disco que pasaríamos escuchando en el ipod el resto de la noche. Con un set muy parecido al que ya reseñamos en la Sala El Sol, aunque esta vez lógicamente sin Christina Rosenvinge, el grupo de Miren repasó las canciones más destacables de ‘Espera la pálida‘, siendo aún el momento más emocionante la interpretación de ‘Algo ha cambiado para siempre’ y ‘Matxitxako’, seguidas. Una gira que nadie se debería perder este año.
El público, que parecía estar allí como por casualidad sin conocer nada (¿irían a ver a Amparo Sánchez?), se animó bastante durante el set de «comeback» de Ana Curra junto a Digital 21. Se animaron a bailar algunos, porque otros flipaban un poco y hacían comentarios típicos de la era electropunk del palo «¿Esto es música?», durante la mismísima ‘El acto’. Era heterogéneo el público que fue a Universimad y muchos no tenían ni idea de que tenían delante a la única Pegamoide que queda aparte de Fangoria.
El concierto al piano esperado no fue tal. La cosa fue un poco más por lo salvaje y lo siniestro, en un espectáculo entre lo experimental (no faltó el obligado theremin), lo decadente y lo divertido, muy apropiado para fiestas tipo En plan travesti. Tras un tema clásico para calentar (¿’Jane B’ de Serge Gainsbourg?), Digital 21 y Ana Curra, acompañados tan sólo de un batería, atacaron con ‘Quiero ser santa’, algunas canciones de él como ‘Dios’ y más de Parálisis Permanente, dejando para el final ‘Autosuficiencia’. Sonó un tema instrumental con piano y ukelele y Digital 21 explicó que el disco que preparan juntos para después del verano irá más por esos derroteros, será «más de teatros y museos», pero que al tocar en un festival ambos habían decidido recuperar éxitos de sus carreras.
En ese sentido y ya puestos, fue una pena que no sonasen ‘Rien de rien’ o ‘En esta tarde gris’ del notable, perdidísimo e inencontrable disco en solitario de Ana Curra, ‘Volviendo a las andadas’; ni el maxi anterior ‘Una noche sin ti’. Ni CD, ni iTunes, ni Emusic, ni Spotify. Nada. Esperemos que este «revival» sirva para que alguien lo relance.
Najwa se arriesgó a pasar de todos y cada uno de sus hits para defender su último disco, el primero en castellano, en un set que, casi exclusivamente, se desarrolló en nuestro idioma. No parecía mal disco y la idea de dotarlo de atmósferas súper Massive Attack en directo no es mala idea. Sin embargo, por varias razones el asunto no funcionó en absoluto. Es defendible que la cantante no quiera interpretar algunos de sus mayores éxitos porque no pegan con su nuevo repertorio, pero ‘El último primate’ no es un disco tan impresionante como para sostener solo un setlist frente a un público que no ha pagado por verlo y que lo desconoce por completo.
Puede entenderse que no le apetezca interpretar ‘That Cyclone’ o ‘I’m Gonna Be (500 Miles)’, pero temas como ‘Go Cain’ o ‘Crime’ podrían haber encajado perfectamente en este repertorio y son necesarios para que ‘Con un puñal’ o ‘Como un animal’ suenen tan interesantes como son, en lugar de como verdaderos tostones interpretados uno detrás de otro. Quizá en un recinto pequeño con Najwa con menos espacio para hacer cucamonas queden más resultonas.