2010 está siendo un año muy bueno para la música. Pero en medio de la discusión sobre qué mola más, si Delorean o LCD, Triángulo o Klaus & Kinski, Beach House o The National, Sleigh Bells o Crystal Castles, Gigi o Joel Alme, Maria Rodés o Nacho Umbert, hay grandes discos de viejos artistas, que pasan tristemente desapercibidos, quizá por ser menos sorprendentes o rupturistas. Está siendo el caso, por ejemplo, de lo último de Tracey Thorn o de Divine Comedy. Quienes los conocieron parecen preferir quedarse con los álbumes antiguos. Quienes no, dedicar su tiempo a descubrir al nuevo grupo de moda. Ellos se lo pierden.
Neil Hannon nunca tuvo tanta suerte como otros colegas procedentes de las islas. Al fin y al cabo este décimo disco de estudio de Divine Comedy es el cuarto que más alto ha llegado en las listas británicas de su carrera (top 20). El grupo sigue teniendo sus fans, que mantienen animadas conversaciones en foros de internet sobre sus nuevos temas, pero la sensación de que Neil no va a protagonizar ninguna portada importante nunca más y de que la mitad de la gente ni se enterará de que la banda tiene un nuevo disco en la calle, es tan inevitable como injusta, porque ‘Bang Goes The Knighthood’ no presenta ninguna muestra de decadencia, al menos en cuanto a las composiciones. De la procedente de los tiempos que vivimos hay unas cuantas.
El clásico Hannon que observa el mundo que le rodea para preguntarse cosas sobre él abre el disco en la destacada ‘Down In The Street Below’, entre citas al Vanity Fair, a los burritos y al arte conceptual. «Miras alrededor y algo no está bien. La tuya es la única cara que no reconoces», concluye después de unas cuantas muestras agridulces de cotidianeidad. ‘Bang Goes The Knighthood’, aparentemente sobre un «sir» al que le gusta que le den caña en un tugurio de la ciudad, ha sido escogida nada menos que para dar título a todo el álbum, mientras que ‘Neapolitan Girl’ habla sobre una Lolita que busca amantes como método de supervivencia. ‘The Complete Banker’ es otro de los temas que no pasa desapercibido desde su análisis de la crisis económica, con interesantes reflexiones que cuestionan el capitalismo como «Me encantaba obtener beneficios a partir de que alguien los perdiera. Nunca me preocupé por saber de quién era mi dinero» o «Tal vez esta recesión es una bendición disfrazada. Podemos construir una burbuja mucho más grande la próxima vez»; y una mención a Margaret Thatcher de regalo.
Aunque tampoco estamos, sin embargo, ante un disco político. Neil Hannon, a estas alturas, tiene la confianza suficiente en sí mismo para meter en un álbum lo que le dé la gana, dejando que sean sus estupendas melodías y arreglos medio easy-listening, los que den unidad, a veces aportando un toque ácido, a veces aumentando realmente la recreación de la felicidad. Varios temas son una celebración del amor y entre ellos destacan ‘Have You Ever Been In Love’, ‘Island Life’ o ‘I Like’.
‘Can You Stand Up Upon A Leg’ se jacta de ser una canción tonta y también lo parece el single ‘At The Indie Disco’, una burla/homenaje a los clubs en que cada semana suenan las mismas de los Pixies, Blur, The Cure o Divine Comedy, aunque ni en los momentos de mayor cinismo Neil puede dejar a un lado su punto entrañable. En este tema dice bailar al ritmo de lo de siempre con la vista fija en el suelo, pero sin dejar de pensar si ella le sigue mirando. Seguro que si merece la pena, sí.
Calificación: 8/10
Lo Mejor: ‘Neapolitan Girl’, ‘Down In The Street Below’, ‘I Like’
Te gustará si te gustan: Divine Comedy, Nick Garrie, Vincent Delerm
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