El que es probablemente el mayor espectáculo de rock de todos los tiempos, es decir, KISS en concierto, hizo parada anoche en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid. La gira europea de presentación de ‘Sonic Boom’, su primer trabajo de estudio en más de diez años, está llegando a su fin, pero no por ello el grupo se presentó con menos energía. Para quien los haya visto ya, el concierto de anoche no deparó muchas sorpresas, porque Paul Stanley, Gene Simmons y compañía hacen los numeritos habituales, pero siempre apetece verlos en conjunción con las canciones. Hace ya años que Tommy Thayer suplantó a Ace Frehley y Eric Singer a Peter Criss, cada uno con su disfraz y maquillaje, y además en esta gira la suplantación es total, con Singer cantando ‘Beth’, como Criss hacía originalmente.
Lo mejor es olvidarse de que la banda es puramente un negocio desde hace bastante tiempo y quedarse con el espectáculo y con las canciones, que son muchas y muy buenas. Comenzaron con ‘Modern Day Delilah’, de su último álbum, echando así a rodar el impresionante despliegue técnico, con Paul, Gene, y Tommy saliendo al frente del escenario montados en una plataforma que les traía desde atrás, sobrevolando a Eric y su batería, acompañados por pirotecnia y llamas. Una gigantesca pantalla al fondo y otras dos más a ambos lados permitieron no perderse detalle de cada momento del show. Aparte de las nuevas, que no fueron muchas, lo que apetecía era escuchar los grandes éxitos, como ‘Cold Gin’, ‘100,000 Years’, ‘Love Gun’, ‘Firehouse’, donde Gene escupe fuego con una espada en llamas, ‘I Was Made For Lovin’ You’, en la que Paul se enganchó a un cable y «voló» al centro del foso para cantarla desde allí, ‘I Love It Loud’, antes de la cual Gene escupe «sangre» y «vuela» por encima del escenario para cantarla, ‘Deuce’, ‘Detroit Rock City’ y un largo etcétera.
Entre canción y canción había cuantiosas pausas durante las que Paul se comunicaba con el público, promoviendo el sentimiento de hermandad, intentando dar muestra de su conocimiento de la cultura iberoamericana entonando «cucurrucucu, Paloma» o ‘Guantanamera’ y causando cierto estupor entre los presentes. Pero se les perdona cuando lo dan todo sobre el escenario, cantando bien y con entusiasmo, que para la edad que tienen es más de lo que se les puede pedir. Cuando terminaron con ‘Rock and Roll All Nite’, Paul partía su guitarra y una lluvia de confeti caía desde el techo, sonrisas de satisfacción era todo lo que se podía ver en las caras de la gente. Presenciar un concierto de KISS es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida, todo un mito de la música moderna.
Imperial State Electric, el nuevo proyecto de Nicke Andersson, líder de los desaparecidos Hellacopters, telonearon a los neoyorquinos con su enérgico rock and roll cada vez menos punk y más clásico. Su álbum de debut salió hace poco y tiene interesantes temas como ‘Throwing Stones’, para el que invitó a Dregen de Backyard Babies, o ‘Deja Vu’, que recuerdan a la última etapa de la banda que le dio renombre.