Ignoramos quién ideó la segunda jornada del Low Cost Festival, pero sin presentar en principio ninguno de los grupos hypeados del año, la noche fue una sucesión de triunfos completamente inesperada. Nos explicamos. El cartel del sábado no contenía a ninguna banda de moda tipo These New Puritans y Placebo, Adam Green y Vive la Fête hace muchos años que publicaron sus mejores discos. La noche podía haber salido bastante regular, pero en absoluto: todo salió muy bien, dando como resultado una de las jornadas más divertidas que recordamos entre los festivales recientes.
A pesar de la coincidencia con Lori Meyers, Hola a todo el mundo llenaron el anfiteatro frente al Escenario Jack Daniel’s en formato quinteto, aunque a veces su sonido era tan contundente que parecían más. Casi la totalidad del grupo actuó descalzo, ellos con sus pintas a lo Devendra, ellas preciosas, con una estética aún más hippie que la de Phenomenal Handclap Band el día anterior. El grupo agradeció a su técnico su paciencia en el «día duro» al que se estaba enfrentando y lo cierto es que sonaron perfectos al presentar las canciones de su disco o un tema inspirado en uno de sus poemas preferidos (de Stevie Smith, creemos recordar). La teclista llegó a decir que no había tocado tan a gusto en su vida.
Lori Meyers llenaron la Plaza de Toros, recordando que una cosa son las opiniones que aparecen en una web y otra la realidad de la calle. Mucho hemos leído y escrito sobre el polémico giro electrónico de algunos temas del último disco, pero lo cierto es que ‘Mi realidad’ fue claramente una de las canciones mejor recibidas. El grupo de hecho había presentado unos minutos antes ‘¿Aha han vuelto?’ con un irónico «Vamos a bailar con el último disco, tan hablado» y la verdad es que no se apreció gran diferencia entre el recibimiento de temas como ‘Explícame’ o la preciosa ‘Castillos de naipes’ y otras antiguas como ‘Alta fidelidad’, quizá con la salvedad de ‘Luces de neón’, colocada en último lugar antes del bis.
Placebo ofrecieron probablemente el repertorio mejor orquestado de todo el festival, arrancando con ‘Nancy Boy’ y alternando en todo momento los cortes más resultones de su último disco, como la coreadísima ‘Ashtray Heart’ (¿cuándo ha sido esto un hit en España?), ‘Battle For The Sun’ o ‘The Never Ending Why’, con clásicos como ‘Every You Every Me’, ‘The Bitter End’, la última antes del bis, o ‘Taste In Men’, el tema final. ‘Meds’ y ‘Teenage Angst’ sonaron en nuevas versiones casi irreconocibles pero igual de efectivas, como dando a entender que el grupo siempre ha estado infravalorado por la crítica. Por si a alguien le interesa, en estado de forma física perfecto (Stefan salió sin camiseta y no tiene ni un gramo de grasa, no le debe de gustar comer, qué suerte), dejaron hasta ganas de más. ¿Qué habría pasado si hubieran tocado ‘Without You I’m Nothing’ o ‘Slave To The Wage’? ¿En serio no se van a dignar a tocar en Madrid?
Un recuerdo inolvidable del concierto de Adam Green. El tipo lanza su camisa al público y dos asistentes en primera fila pasan como un minuto forcejeando para quedársela. Todavía nos estamos riendo de este momento «teenager». Adam Green no dejó de tirarse al público, navegar sobre sus hombros, desnudarse y volver a vestirse mientras interpretaba temas tan grandes como ‘Friends of Mine’, ‘Morning After Midnight’ o ‘Dance With Me’. Sólo en ‘Bluebirds’ descansó para tocarla solo con su guitarra. Como despedida utilizó ‘Jessica’ (Simpson) después de un «speech» en castellano con frases tipo «estoy muy cansado. Follé mucho anoche. Estoy muy cansado». El hecho de que no parara hizo que casi ni miráramos ni escucháramos a su banda. Y eso que casi nos quedamos encerrados en el ascensor del hotel un par de horas antes con dos de ellos sin saber que eran músicos de Adam. Fue una pena perderse a Jesse Dee (Adam se retrasó media hora), que por lo que vimos en las pantallas de la zona de prensa, parecía estar repitiendo conciertazo, pero mereció la pena.
Vive la fête comenzaron, como es habitual, con su mejor canción, ‘Nuit Blanche’, pero no importó porque Els y Danny se dieron igualmente un baño de masas en la Plaza de Toros de Benidorm que no se deben de creer ni ellos mismos. El repertorio fue similar al que ya os hemos contado en el Santander Music Festival (‘Maquillage’, ‘Tokyo’, ‘La verité’, la versión del tema de las palomitas de maíz), pero aquí la verdadera noticia es que el público no dejó de bailar totalmente entregado todo tema instrumental o cantado que sonaba. A destacar las tetazas de Els, imposibles de esconder cuando se quitó la chaqueta que veis en la imagen. Después de este triunfo de concierto, ante miles de espectadores, suponemos que es el momento de recordar que el grupo no cuenta actualmente con distribución de sus discos en España.
En cuanto a dj’s, Jeff Automatic ofreció otra de sus divertidas sesiones llenas de hits con bien de Cut Copy o The Postal Service; Kinki, Bilbadino y Galán se atrevieron con The xx y Joan Luna cerró el festival con Daft Punk y Nirvana. Como decíamos sobre el viernes, un acierto los tres escenarios de pop, aunque el año que viene, nos queremos quedar mucho más allá de las cinco. Sebas, iko.