Suede @ Razzmatazz

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Suede @ Razzmatazz

Sin concesiones. Sin prisioneros. Suede (es decir, Brett Anderson y su banda de la era ‘Coming Up’, a pesar de que la sombra de Bernard Butler impregnó casi todos los momentos álgidos), conscientes de lo que el público esperaba de ellos, salieron a tiro hecho. ¿Quién recuerda ‘A New Morning’ o alguna canción de ‘Head Music’ que no fuesen sus singles? Pues para qué permitirse bajones en un concierto de poco más de hora y cuarto. Se saben estrellas, y ni el cuarto de hora de retraso ni la tacañería en el bis (no los bises, no; el bis con ‘Saturday Night’) consiguió empañar lo más mínimo las sonrisas de felicidad que se adueñaron de los rostros de los diecitreintañeros que nos apelotonamos (entradas agotadas, recuerden) en la sala grande del Razzmatazz.


Mientras el grupo conseguía transmitir la rica complejidad del sonido Suede por encima de la sempiterna acústica atroz de la sala (para asombro de su técnico de sonido, a quien se vio estupefacto y con las manos en los oídos ante los altavoces), la figura espigada de Brett Anderson se adueñaba del proscenio y se empeñaba a fondo en su labor. No tardó ni dos canciones en revelar su enjuto torso completamente empapado, ni tres en enloquecer al respetable con el primer hitazo, ‘Trash’. Encadenar esta canción con ‘Filmstar’ y ‘Animal Nitrate’ debería estar penado por la convención de Ginebra.

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El público se entregó incondicionalmente a todo coro, estribillo y oh-uh-oh que pudo, para mayor gloria y alegría de un Anderson exultante, para el que el término (y perdón por el juego de palabras) «animal escénico» parece quedarse corto. Tras ‘Animal Nitrate’ llegó, por fin, el respiro en cuanto a revoluciones se refiere de ‘Pantomime Horse’: el momento ideal para rescatar esos singles del penúltimo largo y encarar la segunda parte del concierto asegurándose el premio de concierto histórico. Se les podría acusar de hacer una apuesta conservadora, pero a la luz de lo que una vez (¡hace ya quince años!) representó Suede, el reproche es casi una contradicción.

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Efectivamente, no hubo sorpresas. Una tras otro fueron cayendo los éxitos, y una tras otra se colmaron todas las expectativas. El público se había rendido incondicionalmente casi con la primera nota, y la maquinaria Suede arrolló sin necesidad de grandes alharacas. Respaldado con semejante grupo, Anderson puede estar seguro de que cada concierto será un éxito seguro. Siempre que se ciña al repertorio del ‘The Best Of’ y se olvide de ir más allá de 1999. Álex Vidal.

Vídeo: 2010Myconcerts en Youtube
Setlist: Setlist.fm

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