No son las películas de David Yates mis favoritas de la saga de Harry Potter, pero después de siete libros y siete películas (esta es la octava) a uno le da un poco la sensación de que ya es capaz de tragarse cualquier cosa. Al fin y al cabo, los fans llevamos ventilándonos pepinazos de más de quinientas páginas bastante tiempo, y por eso ‘Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (parte 2)’ es una cita ineludible para muchos de nosotros, puesto que supondrá el punto y final a una historia que lleva acompañándonos bastantes años. O eso es lo que afirma su autora, J. K. Rowling.
Al menos esta segunda parte del libro tiene más enjundia. A pesar de que el inicio es algo torpe y problemático (eso es lo malo de malgastar una primera parte repletita de detalles absurdos que no son imprescindibles para comprender la historia), la trama pronto coge carrerilla y se nota mucho más fluida que su predecesora. Así, da gusto comprobar que prácticamente no hay un solo momento en el que te aburras, y que el filme se antoja como una escalada constante hacia el inevitable final de la historia. A destacar además que Yates ha clavado los tiempos oscuros que se viven en Hogwarts, y ha creado el universo perfecto para darle más profundidad a la historia. No llega a ser Cuarón pero se acerca, y eso se agradece.
Sí hay que reconocerle al director dos cosas: la primera, haber sabido dotar al largometraje de una carga emocional que en el libro solo se intuye, y por otra, haber sabido sacar lo mejor de Alan Rickman en el papel de Severus Snape, que hace un trabajo magnífico, obligando incluso a aquellos que hemos leído el libro a dudar sobre si realmente es bueno o es malo. Otra de las actrices a reconocer es Maggie Smith, que sigue tan estupenda como siempre.
Por desgracia, la película también tiene sus puntos malos: Harry Potter como personaje sigue siendo tan soso, ñoño e insoportable como siempre; y por desgracia, no nos hemos librado de ese torpe, desafortunado y absurdo final con el que concluye la historia en cuatro páginas, con la intención de que no se pueda seguir la historia por ningún lado. Y lo peor de este punto es que, a pesar de que los efectos especiales son bastante buenos (y de que la versión en 3D es absolutamente magnífica), la caracterización de los personajes en el epílogo está muy lejos de estar a la altura. No es que fuera a mejorar nada, pero al menos no resultaría tan vergonzante. 7