Nika Roza Danilova tiene apenas 22 años y esta semana publica ‘Conatus’, su tercer álbum (consideraremos que, a todos los efectos, ‘Stridulum II‘ era un disco pese a recopilar dos EPs previos) desde que se diera a conocer en 2009. Zola Jesus, su alter-ego en el pop, ha pasado en ese breve espacio de tiempo de ser una artista casi invisible en un sello underground como Sacred Bones a protagonizar exclusivas en medios generalistas como The Guardian, gracias a unas canciones evocadoras y poderosas de ambiente oscuro (Fever Ray y Siouxsie son las referencias más usuales al describirlas). Por contra, su evolución artística no es directamente proporcional a su evolución mediática.
Y es que este nuevo álbum es solo un pequeño paso más allá de todo lo bueno (también de lo malo) que ya encontrábamos en los EPs ‘Stridulum’ y ‘Valusia’ del pasado año. Abandonando definitivamente el ruidismo sofocante de su debut ‘The Spoils’, esta niña prodigio de ascendencia rusa y criada en Wisconsin continúa ofreciéndonos estructuras minimalistas de percusiones atronadoras y sencillos arreglos de sintetizadores, con melodías de tono gótico y oscuro. Todo esto parece puesto al servicio de su portentoso chorro de voz, que tiende al gorgorito operístico pero que, cada vez más, tiene un considerable carácter pop. De hecho, ella asegura que entiende ‘Conatus’ como un disco de celebración y baile, y así lo parece en cortes ya conocidos como ‘Seekir‘ (¿el reverso tenebroso de Robyn?), la progresiva ‘Ixode’, la espectacular ‘In Your Nature’ (en la que brillan unos arreglos de cuerda que son la principal novedad para su sonido) o la emotrónica ‘Shivers’.
Sin embargo, también hay un buen puñado de cortes que contribuyen a mantener ese halo sombrío que alimenta sus obras. Apenas un piano y leves ambientes convierten ‘Skin’ en una bonita y delicada balada, y ‘Collapse’, que cierra el álbum, se sostiene sobre flotantes acordes de sinte y un ritmo casi sordo. El single ‘Vessel‘ y la escalofriante ‘Hikikomori’, por su parte, logran con sus trabajadas bases rítmicas y los fantásticos ganchos de sus melodía vocal rememorar los mejores momentos del trip hop; y en ‘Lick The Palm Of The Burning Handshake’ nos encontramos con una especie de torch song que da cierto protagonismo a un violín y a unos coros fantasmales.
Como decíamos, ‘Conatus’ tampoco presenta grandes avances en sus puntos más débiles. Además de sus letras ininteligibles o sin sentido claro más allá de ideas sueltas (hay quien encuentra referencias a un pelota de golf en ‘Hikikomori’), destaca en lo negativo su reiteración en las melodías vocales, sin trabajar en puentes o cambios que eviten que la canción mute de lo hipnótico a lo cansino (esto es, para mí, uno de sus principales defectos en directo). No parece, en ningún caso, que sean defectos graves que Zola Jesus no sepa enmendar en próximas obras (que no deberían tardar en llegar si, como se dice, ya ha compuesto unas cincuenta nuevas canciones desde que acabara este disco). Su gran álbum está aún por llegar, pero su juventud y el talento demostrado, de nuevo, en ‘Conatus’ animan la espera.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘In Your Nature’, ‘Vessel’, ‘Seekir’, ‘Hikikomori’.
Te gustará si te gusta: Fever Ray, Austra, Bat For Lashes.
Escúchalo: Spotify, The Guardian