Nicola Roberts / Cinderella’s Eyes

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Nicola Roberts / Cinderella’s Eyes

Hay grupos que están mejor separados. Las Girls Aloud, tan infravaloradas fuera de las islas como sobrevaloradas dentro, no sacan disco desde 2008 (vuelven el año que viene), pero Cheryl Cole tuvo el mayor hit internacional de su vida en solitario, con ‘Fight For This Love’, y ahora Nicola Roberts se ha transformado en la artista pop a reivindicar en la red, cubriendo el hueco dejado libre por Robyn hasta que esta se anime a sacar uno o tres álbumes.

El primer disco en solitario de Nicola viene precedido de la canción del verano, ‘Beat of my Drum’, un hit (aún en potencia) producido por Diplo y Dimitri Tikovoi en el estilo salvaje de ‘Run The World (Girls)’ de Beyoncé, sólo que aquí sin inspirarse en ningún tema tan concreto como ‘Pon de Floor’ de Major Lazer. Diplo no vuelve a aparecer en el resto del tracklist, pero ‘Cinderella’s Eyes’ sí contiene un buen número de momentos coloridos a la altura, tan disfrutables como apropiados para inspirar futuros gifs (vídeos y actuaciones en la tele mediante).

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El segundo single ‘Lucky Day’ rezuma todo el optimismo que puede caber en una canción que habla con cierta desconfianza sobre el futuro, pero en ese sentido ‘Yo-yo’ es todavía mejor, con la desagraciada Nicola cantando sobre las idas y venidas de una relación. Hay un punto Black Eyed Peas en la primera y un punto Ke$ha en la segunda, pero en ambos casos las comparaciones son sorteadas con buenas melodías y algunos golpes de producción synthpopera no tan chusca como en el caso de los de Wil.i.am y Fergie.

Algo parecido sucede en ‘Porcelain Heart’, que parece que va a ser el típico medio tiempo de relleno y, hacia su mitad, se transforma en otro posible single electro con una ambientación entre Little Boots y Goldfrapp. Incluso cuando Roberts se empeña en recordarnos que es una triunfita versionando ‘Everybody’s Got To Learn Sometimes’ se hace con arreglos modernetes. Y es que se ha llamado incluso a la penúltima sensación británica, Metronomy, para entregar y producir dos de las canciones: la rara ‘i’ y ‘Fish Out Of Water’. Aunque en este caso me quedo con ‘The English Riviera‘, la segunda parte del disco aún esconde un par de sorpresas más, junto a algún tema menor como ‘Sticks & Stones’: ‘Take A Bite’, con un eco lejano de la producción a lo M.I.A. del single principal, y la fornida ‘Gladiator’, que suponemos un single en algún momento de esta era si es que el público empieza a hacer un poco de caso a esta mujer.

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Dimitri Tikovoi, responsable de la mayoría de las canciones y de la producción, no deslumbra como unos Röyksopp o unos Cut Copy, pero sí ofrece uno de sus mejores trabajos después de haber figurado en los créditos de álbumes de gente como Placebo o Sophie Ellis-Bextor. Él y Nicola han hecho uno de esos discos imperfectos (tampoco es ‘Fever‘) pero con el suficiente material (seis-ocho canciones) para ser elevado a la categoría de disco de culto por los fans del pop más hedonista a lo ‘Spice’ o ‘Neon Nights’.

Calificación: 7,5/10
Canciones recomendadas: ‘Beat of my Drum’, ‘Gladiator’, ‘Yo-yo’,
Te gustará si te gusta: Robyn
Escúchalo: Spotify.

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