Hay una frase que se estila mucho en Navidad, y no puedo evitar que me ponga de los nervios. «La ilusión nunca se pierde». Y oye, que vale para todo: para justificar que nos hemos dejado medio sueldo en lotería, para ir a la cabalgata de los Reyes Magos sin sentirnos ridículos a pesar de que ya levantamos casi dos metros del suelo, para comprar comida como si mañana fueran a cerrar el supermercado durante varias semanas… Sin embargo, esta frase ilustra a la perfección el «fenómeno» ‘Once Upon a Time’ o, en español, que también tiene un nombre bien bonito, ‘Érase una vez’, uno de los sleepers del año pasado en Estados Unidos que acaba de llegar a nuestras pantallas gracias a Antena 3 (aunque ya se había estrenado con anterioridad en AXN).
Porque a mis casi treinta años de edad lo que menos te imaginas es que te vas a enganchar de lo lindo a una serie sobre… ejem… cuentos infantiles. Que es cierto que muchos de ellos no son otra cosa que cruentas historias populares dulcificadas para enseñar lecciones y moralejas a niños más o menos rebeldes, pero pocos o muy pocos nos habríamos imaginado que, sin interceder los Mayas de por medio, nos íbamos a encontrar en pleno 2012 atendiendo a una serie en la pequeña pantalla en la que algunos de sus personajes principales son Caperucita Roja, Blancanieves y su madrastra, que resulta que a causa de una maldición, viven en un pueblo que se llama Storybrooke.
Pues es precisamente con eso con lo que juguetea una de las series revelación de 2011, y que ha conseguido enganchar tanto a un público bastante pintoresco (familiar y adulto) aun sin contar con la bendición total de la crítica. Pero es que esta historia, donde diversos cuentos infantiles se entremezclan con bastante maestría (Blancanieves y los Siete Enanitos, Pepito Grillo, Pinocho, Alicia en el País de las Maravillas…) y se actualizan al día de hoy, ofrece también al público adulto una oportunidad para disfrutar de una serie en la que sus continuos flashbacks no son otra cosa que la forma de explicar las ilusiones de un crío emperrado en creer que todo el mundo en su pueblo pertenece a un cuento de hadas.
Al fin y al cabo, otras producciones como ‘Matrix’ o ‘El show de Truman’ serían menos cursis, pero también gozaban confundiendo al espectador entre lo que era real… y lo que no lo era.
Calificación: 7,5/10
Destacamos: a veces hay que hacer un poco de esfuerzo con los decorados hechos por ordenador, pero merece la pena.
Te gustará si te gustaron: las series que incluyen tramas sobrenaturales en sus guiones, tipo ‘Grimm’ o las que adaptan historias antiguas a nuestros días, como ‘Sherlock’.
Predictor: con unas cifras de audiencias en EEUU más que decentes y el 20% de share en España, tiene su continuidad asegurada.