La decepción es relativa. Los mayores del lugar recordaréis las pestes que se echaron sobre ‘Head Music’ cuando se editó en 1999, y hoy en día mataríamos por singles como ‘She’s In Fashion’, ‘Everything Will Flow’, ‘Electricity’ y ‘Can’t Get Enough’. Eran los días en que un disco de Suede generaba más interés mediático que uno de David Bowie (en serio, ¿os acordáis?), aunque todo el hype se apagaba con el feo -ya desde su portada- ‘A New Morning’ de 2002. Tan feo que su sucesor ha tardado 11 años en llegar.
La idea es clara. Dejada de lado la carrera en solitario de canciones intimistas de Brett Anderson, este ‘Bloodsports‘ quiere ser un regreso al sonido de los primeros discos de Suede, recordando incluso en punteos y cambios de acordes a momentos muy concretos de su discografía (‘So Young’, ‘Animal Nitrate’, ‘New Generation’, etc). Para ello el grupo ha contado con Ed Buller, productor de los estupendos ‘Suede’ (1993), ‘Dog Man Star’ (1994) y ‘Coming Up’ (1996) (y últimamente de gente como White Lies), y ausencia destacada en los dos últimos largos. El arranque con el adelanto ‘Barriers’, bastante glorioso y muy Suede con esas referencias a «marcas de pintalabios», «limonada bebida a sorbos», «habitaciones belgas» y «nociones de elegancia»; ‘Snowblind’, de clásicas guitarras también muy Suede; el single y medio grower ‘It Starts and Ends With You‘; y ‘Sabotage’, una de las favoritas inéditas de su última gira; hacen pensar en un nuevo ‘Coming Up’. Incluso la siguiente ‘For The Strangers’ se queda a las puertas de resistir una lejana comparación con medios tiempos históricos de la formación como ‘Saturday Night’.
Pero después viene la cara B. Tras un ‘Hit Me’ que no llega a «golpearte» como debería aunque lo pide a gritos por su título, guitarras y frases tipo «and the moment we touch we are young», ‘Bloodsports’ se entrega a la balada. Y si bien el grupo anunciaba este disco como una mezcla entre ‘Coming Up’ y ‘Dog Man Star’, no podemos decir que ‘Sometimes I Feel I’ll Float Away’, un rollo sin más; la histriónica y muy excesiva ‘What Are You Not Telling Me’; o el extrañísimo final de ‘Always’ estén a la altura de ‘The Wild Ones’, impidiendo que el grupo publique de verdad un disco notorio.
¿Qué extraemos como bueno de este regreso? Una portada por la que parece que no han pasado los años, un par de singles que parecen mejores una vez suenan al lado del resto del disco y, sobre todo, la sensación -nada forzada, completamente natural- de que el lugar de Brett, tras aquel bandazo llamado The Tears o aquellos álbumes suyos que nadie quiso escuchar, estaba aquí.
Calificación: 6,6/10
Lo mejor: ‘Barriers’, ‘It Starts and Ends With You’, ‘Snowblind’, ‘Hit Me’
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Escúchalo: The Guardian , Deezer