Como ya os contamos al relatar la primera jornada del Cruïlla, el segundo día del festival barcelonés, en total contraposición con la propuesta indie del viernes, estuvo dedicado al rap, al reggae y a distintas músicas del mundo con idéntico éxito de asistencia. Además de los conciertos, algo que también tuvo lugar durante el viernes y se repitió el sábado fue la inclusión de disciplinas de la cultura tradicional catalana como la realización de castells, con una gran aceptación por parte de los que los presenciaron.
La música de influencia africana/latina fue la predominante durante el sábado, pero una de las excepciones más interesantes fue el concierto de Goran Bregovic y su orquesta, formada por sección de cuerda, viento y coro. Trayendo aires de folclore balcánico, presentó algunos de los temas de su último álbum ‘Champagne For Gypsies’ (2012), como ‘Balkaneros’ o ‘Presidente’, compuestos junto a los Gypsy Kings y aprovechando así para hacer un guiño al público español. Bregovic tuvo algunos problemas con su guitarra, pero al ser rápidamente solventados no restaron ritmo a la cadencia del concierto, que tuvo a los presentes bailando prácticamente desde la primera hasta la última canción. Aunque a veces peca de ser bastante repetitiva (y el ritmo que propulsaba las canciones era principalmente enlatado), la juerga balcánica que trajo el afamado compositor se dejó disfrutar bastante y por supuesto no pudieron faltar algunos de sus temas más míticos, como ‘Kalashnikov’.
Tal cual terminó el concierto de Goran Bregovic, la marabunta que estuvo presente en el Estrella Damm corrió hacia el escenario Deezer para el show de Morcheeba, quienes empezaron a atraer a más y más gente interpretando ‘The Sea’, una de sus mejores canciones, cual canto de sirena. La sensual e hipnótica voz de la bella Skye Edwards fue toda una caricia en otras canciones como ‘Otherwise’ o ‘Trigger Hippy’, probando que el trip-hop, aunque haya visto días mejores, sigue siendo un estilo vigente que no pasa de moda.
Desde que se publicó quién actuaba el sábado en el Cruïlla, estaba bien claro qué concierto iba a ser el más esperado y el que gozaría de mayor asistencia y éxito. Snoop Dogg, ataviado con una camiseta del Barça (con el número de Messi y su nombre en la espalda), se sabía vencedor del combate nada más salir a escena y, apropiadamente, interpretar ‘Here Comes The King’, de su «renacimiento» como Snoop Lion en ‘Reincarnated‘, su reciente nuevo álbum. Casi como si se tratara de una mixtape en directo, Snoop fue entrelazando trozos de distintas canciones junto a otras completas como ‘Drop It Like It’s Hot’ o ‘Sensual Seduction’, recientes en su discografía, junto a temas añejos como ‘Who Am I? (What’s My Name?)?’. Además de contar con una banda muy completa, con guitarra, bajo y batería además del dj y los Mcs, Calvin Broadus se dejaba acompañar por un cuerpo de baile para los temas más picantones, como ese ‘I Wanna Fuck You’ que en su momento facturó junto a Akon. Llenazo frente al Estrella Damm y público totalmente entregado ante todas las invitaciones de Snoop a los típicos “make some noise” y “put your hands up in the air”, además de invitar al respetable a fumar más marihuana, predicando el artista con el ejemplo durante diversos momentos de la actuación.
El siempre reivindicativo Fermín Muguruza también congregó a bastante gente en el escenario Deezer tras el show de Snoop. Desde la disolución de Negu Gorriak, el artista vasco abrazó sin miedo los sonidos jamaicanos, pero sin abandonar su querencia por el punk y el hip hop, además del folclore de Euskal Herria, contando en su concierto con elementos propios de cada estilo, entre sección de viento, acordeón, guitarra, bajo, batería y dj. Celebrando el hermanamiento entre los pueblos catalán y vasco en la lucha por la independencia del estado español, el también ex Kortatu desgranó temas de su carrera en solitario, como ‘In-Komunikazioa’ o ‘Eguraldi Lainotsua Hiriburuan’, además de míticos hits de sus primeros años, como ‘Sarri, Sarri’.
Fotos por Pere Masramon (Cruïlla)