Jeff Lynne de la Electric Light Orchestra, Phil Spector o Brian Wilson no han sido los únicos referentes para La Casa Azul: no hay que ser muy listo para darse cuenta de la importancia de la canción española en su discografía. Y no estoy hablando de la rumbita compuesta para la banda sonora de ‘Yo también’, que le valió un Goya a la mejor canción, sino de grandes arreglistas, compositores y directores de orquesta como el recientemente desaparecido Augusto Algueró o José Torregrosa, que trabajaron con gente como Nino Bravo, Marisol, Serrat o Massiel. El mismo Guille Milkyway se está encargando de recordar estos días que uno de los primeros discos que se compró fue ‘Un beso y una flor’ de Nino Bravo y es fácil imaginarle soñando durante años con disponer de sus recursos a la hora de grabar o de cantar.
La vida da vueltas, el pequeño proyecto salido de Elefant cada vez tiene más peticiones internacionales o de majors, y no es del todo una sorpresa que en los últimos meses se haya encargado de realizar este disco para Universal, una recopilación navideña con una docena de canciones de Nino Bravo con un sonido ligeramente más actualizado. La idea ha sido darle a las canciones más cuerpo, con la dificultad técnica que implica apenas haber podido disponer de las pistas vocales de las grabaciones originales de tres de las canciones, e intentar no convertir este álbum en un disco kitsch de remezclas sino respetar el protagonismo vocal del artista, dando sólo pequeños nuevos matices que acerquen su sonido al de 2013.
En algunos casos se han doblado pistas, se han añadido nuevos arreglos de cuerda y viento, pero la idea general de la canción casi siempre se ha respetado. La grandilocuencia de despampanentes orquestas ya estaba ahí, conociendo el trabajo de La Casa Azul no era posiblemente una opción reducirlas o exagerarlas muchísimo más todavía, y su aportación se ha producido sobre todo en las bases rítmicas y en las guitarras, algo que se aprecia perfectamente en las nuevas versiones de ‘Te quiero, te quiero’ o ‘Esa será mi casa’, y también, aisladamente y para nuestro morbo y regocijo, en los coros. ¿Alguien había pensado alguna vez en escuchar a Milkyway haciendo coros a Nino Bravo en ‘¿Quién eres tú?’.
En la búsqueda de un disco coherente, que pudiera ser un disco de estudio de Nino Bravo en 2013, y en función de la disponibilidad técnica, se han evitado algunos éxitos como ‘Libre’, ‘Noelia’ o ‘Un beso y una flor’, pero sí podemos disfrutar de retocadas y elegantes versiones de hits como ‘Te quiero, te quiero’ o la siempre formidable ‘Cartas amarillas’. Y con el permiso del trip-hop de ‘Vete’, las revisiones más libres se ha hecho muy bien en guardarlas para el final, casi como si fueran bonus tracks. ‘América América’ aparece contenida en un reggae que no renuncia a cierta explosión en el estribillo, y ‘En libertad’ es lo que más se podría parecer a una remezcla: su minuto y medio final es lo más identificable como la batidora de La Casa Azul de todo el disco, y llega tan tarde que ya no puede espantar a los escépticos.
En su peor expresión, ‘En libertad’ es un disco menos sorprendente y a la vez por tanto menos necesario de lo que podría esperarse. Pero en su mejor cara, es la fascinante conexión entre dos generaciones: la de los fans de La Casa Azul que con toda seguridad se rendirán ante estas composiciones y producciones tan pasionales; y la de los fans de Nino Bravo, que aún siguen recordándole como el primer día y que tendrán que reconocer que cualquier tiempo pasado no siempre es mejor: también hay talento en la música del siglo XXI.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Cartas amarillas’, ‘Esa será mi casa’, ‘América América’, ‘En libertad’
Te gustará si te gusta: la canción por encima de todo
Escúchalo: Deezer