Captured Tracks publicaba el pasado 1 de abril el tercer (o segundo, según se mire) largo del joven canadiense Mac DeMarco, ‘Salad Days’. DeMarco compuso estas nuevas canciones en un mes a base de «comida basura, un montón de cigarrillos» -¿los emplearía también para aniquilar cucarachas?- y entre «15 o 16 tazas de café» (!); lo hizo, además, convertido en una especie de estrella después de que su popularidad aumentara tras la publicación de ‘2’ y el desarrollo de su consiguiente gira mundial. Pero lo que propone ‘Salad Days’, lejos del frenetismo de su creación, es un viaje agradable y tranquilo por la psique de su autor.
Nada, pues, de «a little bit of pussy”. DeMarco ha madurado mucho estos últimos años y ‘Salad Days’ es testamento de ello. En la sofisticada ‘Passing Out Pieces’ el músico reflexiona sobre el efecto que la fama ejerce sobre el individuo y cómo este, sin apenas percatarse, puede darse demasiado a sí mismo públicamente. Es una de las mejores canciones del álbum, al igual que lo es ‘Chamber Of Reflection’, que en esta ocasión no mira para afuera sino para adentro e introduce al oyente en el solitario mundo de la estrella del rock. «Solo otra vez», lamenta DeMarco, mientras un ritmo pausado y meditabundo se deja acompañar por unos bellos teclados de aire nostálgico.
Entre recuerdos anecdóticos de una madurez incipiente (‘Salad Days’, ‘Blue Boy’); consejos fraternales (‘Brother’), instantes de justa rebeldía (‘Goodbye Weekend’) o autosugerencias de un romántico empedernido (‘Let Her Go’, ‘Treat Her Better’), DeMarco se muestra en su nuevo disco algo pesaroso bajo el sombrío umbral de la edad adulta, pero listo a su vez para hacerle frente. En ‘Let My Baby Stay’, la canción más bonita, algo Deerhunter incluso, el músico ruega a las autoridades canadienses que no le separen de su chica, en el momento de su composición, habitante ilegal en el país, y lo hace usando tonos tan suaves como los de la cubierta del disco.
Son estos mismos tonos los que predominan a lo largo de una media hora de nuevo conducida por punteos de guitarra luminosos y melodías sencillas. Canciones humildes y cercanas, las de DeMarco, perfectas para oír un perezoso día de verano (o de primavera, ahora que empieza a estabilizarse) pero cuyas letras invitan asimismo a reflexionar. En ‘Salad Days’ nostalgia y ambición se dan la mano triunfantemente en un retrato de la post-adolescencia del siglo XXI que no pasará a la historia pero sí a los corazones de muchas, muchas personas.
Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Salad Days’, ‘Passing Out Pieces’, ‘Goodbye Weekend’, ‘Chamber of Reflection’
Te gustará si te gusta: Pavement, Deerhunter, Best Coast, DIIV, Ariel Pink
Escúchalo: Spotify