La jornada inaugural del festival Primavera Sound 2014 en el recinto del Parc del Fòrum estuvo marcada por la gratuidad del evento, que permitió congregar a un público muy diverso (familias, jovencitos en viaje de estudios a Barcelona, etc.), y por las copiosas tormentas de la tarde-noche. La recepción al llegar a la estación de El Maresme nos la daba una lluvia intensísima contra la que no servían ni paraguas ni chubasqueros. Bien mojaditos, y no en el sentido más placentero del término, accedimos al escenario ATP (que este año se ubica en el lugar que tradicionalmente era el escenario principal), en el que operarios se afanaban en limpiar el agua de las tablas mientras se anunciaba por megafonía un retraso de media hora en las actuaciones (antes, ya habían comparecido Fira Fem, los absurdamente polémicos Él mató a un policía motorizado y Temples).
Una copiosa expedición de estudiantes belgas se congregaba en las primeras filas, enarbolando banderas acreditativas, para disfrutar de la primera actuación de su compatriota Stromae en España. El revitalizador del concepto europop y creador de hits (no es solo un decir) se acompañó de una banda de cuatro músicos que tocaban casi de todo, parapetados tras dos símbolos de raíz cuadrada como el que adorna la portada de ‘Racine Carrée‘, retroiluminados con colores cambiantes. Paul Van Haver, delgadísimo y altísimo, vestido como sus compañeros de escena con un bonito conjunto de estilo infantil, realizó un auténtico despliegue de encanto y presencia escénica. Lograba mantener la atención permanentemente sobre él y sus cucamonas, mientras su repertorio, popular, excitante y divertido, hacía bailar sin remisión. Centrado en su segundo álbum (solo ‘Peace Or Violence’ y su megahit ‘Alors On Dance’ tuvieron cabida), desde la inicial ‘Ta fête’ a una extendida y celebrada ‘Papaoutai’ que cerró el breve set, se veía a la gente disfrutar de una fiesta en la que sus compatriotas, cantando las letras de «pe» a «pa», tuvieron un papel fundamental contagiando su entusiasmo. La teatralidad que el cantante derrocha en canciones como ‘Ave Cesária’, ‘Tous les mêmes’ o la gran ‘Formidable’ (en la que replica la escenita del borracho abandonado del clip oficial) aportan un plus a su espectáculo del que pocos artistas pueden presumir hoy en día.
Bajo una intensa lluvia, de nuevo, y con aún por tanto más retraso, Sky Ferreira y su grupo, comandado por su novio Zach Cole (de Diiv), aparecieron en escena pero, definitivamente, no tuvieron su día. Horas antes, la joven cantante y modelo norteamericana sufrió una picadura de araña en la cara (que la llevó a posponer cancelar, entre otras, una entrevista con JENESAISPOP) y no parecía estar del mejor humor. Salió algo dubitativa, mientras que un sonido verdaderamente infernal, en el que los graves devoraban cualquier atisbo de sonido de guitarras y teclados, arruinó por completo ‘Boys’ y ‘Ain’t Your Right’, y apenas dejó disfrutar levemente de ’24 Hours’, quizá la mejor canción de su debut ‘Nitghtime, My Time‘. Cuando llegó la ya de por sí ruidosa ‘Omanko’, era obvio que la situación era también insoportable para Sky, que ordenó parar de inmediato. Una charla airada con el técnico de escena solo remendó el problema en parte, poco más que para poder certificar que Sky canta, y bastante bien, a decir verdad. El bajón anímico pareció ya irrecuperable para Sky, que aunque se esmeraba con la voz parecía no ver el momento de terminar su set, y para el público, que tratábamos de disfrutar de ‘Everything Is Embarrassing’ (qué título tan bien traído para el momento) o ‘You’re Not The One’ infructuosamente, por culpa de ese paupérrimo sonido. Habrá mejor ocasión… o no.
Fotos: Dani Cantó para Primavera Sound.