Desde la malrollera separación de los chicos de La Oreja de Van Gogh y Amaia Montero, ellos se han dedicado -nadie sabe si deliberadamente- a la consecución de guilty pleasures que habrían arrasado en Popjustice (‘El último vals’, ‘La niña que llora en tus fiestas’). Ella, en cambio, se ha decantado por conceptos en apariencia más «maduros», buscando un público más adulto. El problema es que es difícil hablar de madurez con títulos como los planteados en este disco: el del álbum mismo, ‘Si Dios quiere yo también’, y el de canciones como ‘Im-possible’, ‘Fuiste algo importante’ o -rozando lo autoparódico- ‘Todo corazón’ (vaya manera de echar por tierra este acertado tema tan Calamaro).
Prestando atención al single ‘Palabras’ y a otras pistas como ‘Darte mi vida’ está claro: Amaia Montero ha creído necesitar todas las cuerdas de Londres, todos los músicos disponibles en la ciudad (Kristoffer Sonne y Bastian Juel han tocado con Brett Anderson de Suede, Nikolaj Torp Larsen con Adele, Cass Lowe con Take That, Glen Scott con Mary J Blige, Karl Brazil es miembro de Feeder (!)) y la producción del sueco Martin Terefe (Ron Sexsmith, James Blunt) para intentar hacer algo «adulto». Y no ha conseguido hacer algo ni la mitad de bonito que ‘Young Blood‘ de Sophie Ellis-Bextor con todos ellos. Ni tampoco hacer sombra a canciones tan bien desarrolladas -letra aparte- como ‘La playa‘. Con poco, esta composición de La Oreja, conseguía mucho más.
En cuanto a los textos, se nota cierta evolución (menos frases ridiculizables, menos diminutivos), pero siguen pesando de vez en cuando los «Tú que te levantas temprano con sabor a café»… si bien pone bastante palote pensar qué habrían aportado los autores de «quédate conmigo y mi suspiro será el único testigo que se vestirá de fiesta» a ese «gorro azul» del destino que aparece en ‘Cuando canto’. Es difícil comulgar con el mundo reflexivo de Montero, muy perjudicado por su tono de voz capaz de pasar de «ahora soy una niña de cinco años» a «ahora soy mi propia imitadora de Fuenlabrada» en cuestión de segundos, dejándote sin aliento -de incredulidad- en los momentos supuestamente más emocionantes de este tercer disco. Molaría mucho haber visto la cara del productor mientras se grababan esas tomas vocales. ¿No hay DVD con el «cómo se hizo»? La mejor expresión de la autora única de ‘Puedes contar conmigo’ sigue siendo la más pop, aquí materializada apenas en ‘Contigo no me voy’.
Calificación: 3,9/10
Lo mejor: ‘Contigo no me voy’, la autoparódica ‘Todo corazón’, el bonus track en plan bossa ‘Madrid-Ipanema’ como curiosidad
Te gustará si: vives atrapado en un bucle de nostalgia y no has oído nada más que La Oreja de Van Gogh desde que se separaron
Escúchalo: Deezer