Puede que el rock’n roll no esté en su mejor momento si atendemos a las listas de éxitos o a las revistas de tendencias. Pero aunque estos no sean los tiempos en que salían bandas tipo Strokes, White Stripes y Arctic Monkeys de debajo de las piedras, ha habido buena acogida para álbumes como los de Royal Blood, The Black Keys, St Vincent o The War on Drugs, cada uno en su estilo. Ninguno, eso sí, se parece al último álbum de Ty Segall, concebido como un homenaje al sonido del productor Tony Visconti durante los años 70.
El artista de California, que ha publicado un largo por año desde 2008, se sumerge en gran medida en el glam rock en ‘Manipulator’, un disco de 17 canciones y 56 minutos que -¡hey, no huyáis!- cuenta con varios ases en el manga. En primer lugar las composiciones que se acercan más al glam no pueden ser más efectivas. Es el caso de ‘The Faker’, que con su «pide a tu jefe un aumento, dile a mamá que se quede el cambio» parece un homenaje a T. Rex. Y el Bowie de la primera mitad de los años 70 también parece una referencia en esa historia hilvanada que vuelve dentro del mismo disco: de las guitarras eléctricas de ‘Susie Thumb’ y ese mirar la tele y querer salir en ella, a su continuación triste ‘Don’t You Want To Know? (Sue)’, un tema acústico en el que se concluye que «la vida acaba de empezar».
En segundo lugar, precisamente la presencia de guitarras acústicas da una gran riqueza a un álbum que también recurre a la psicodelia sesentera o a un homenaje a los Love de ‘Forever Change’ tan explícito como el que presenciamos en la maravillosa ‘The Clock’. Las cuerdas que decoran este exquisito tema vuelven en otros puntos como el final ‘Stick Around’, y nunca entran en contradicción con momentos salvajes y desbocados como los solos de ‘Manipulator’ (vídeo interactivo) o el ruidismo garajero de ‘The Crawler’.
Cuenta Ty Segall que ha tardado un año entero en dar forma a estas 17 canciones y, bueno, sabemos que no ha estado trabajando demasiado en los textos, pues estos tienden a ser cortos, sencillos y repetitivos. Sin embargo, sí sabemos que ha trabajado el sonido del álbum lo suficiente como para que cualquiera de los artistas homenajeados puedan asomarse ante esta colección de canciones en las que destacan estribillos tan vibrantes como el de ‘The Singer’, que efectivamente incitan a cantar más y más alto. Una gran secuencia en la que las canciones vuelan -muchas rondan los dos minutos- pero a menudo dejan marca.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘The Singer’, ‘The Clock’, ‘Manipulator’
Te gustará si te gusta: T. Rex, Love, la Black Rebel, Deerhunter
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