En muchos sentidos White Lung son los nuevos Hole. La voz de Mish Way recuerda mucho a la Courtney Love (por ejemplo en ‘Down It Goes’), su presencia física es importante, el guitarrista es el único chico del grupo pero aunque virtuoso y carismático está al servicio de su líder… que además de una frontwoman reseñable es una gran observadora de su generación. La propia Courtney ha reconocido que está deseando que triunfen cosas como esta.
Mish Way, que ha escrito diarios toda su vida, era una camarera de Vancouver que pasaba sus ratos libres escribiendo artículos para medios como Vice. Cuando su cafetería cerró lo interpretó como una señal y en aquel verano de 2012 decidió profesionalizar su banda. Eran los tiempos en que White Lung editaban su segundo largo, ‘Sorry’, pero era con este tercero cuando pasaban a formar parte de la plantilla de Domino, sello independiente con el que no tenían tanto que ver: la misma Mish dice que Blood Orange le parece un «músico increíble» pero que nunca actuaría con él. Su objetivo, aun repitiendo productor (Jesse Gander), era hacer su sonido más accesible pero sin perder la esencia del grupo.
En ‘Deep Fantasy’ -22 minutos y 10 canciones- desde luego no sobra lo más mínimo: las canciones pasan en un suspiro dejando temas tan irresistibles como ‘Face Down’ o ‘I Believe You’. Merece la pena detenerse en esta última canción, que Mish ha explicado varias veces que habla sobre la violación, pero no desde el prisma esperado. Por supuesto quiere denunciar el machismo, pero su lema «you don’t take me, don’t make me, because I’ll always win» está inspirado en un libro de Cherie Currie en el que tras narrar un secuestro y violación concluía: «no soy una víctima, nadie se ha llevado nada mío, a la mierda, soy una superviviente».
También diversas tonalidades pueden encontrarse en ‘Drown with the Monster’, en la que Way habla sobre su lucha contra el alcohol, refiriéndose a sí misma cuando habla de «monstruo»; ‘Snake Jaw’, que trata del Trastorno dismórfico corporal; o ‘Down it Goes’, que se acerca a la diferencia con que un hombre y una mujer van a una cita a ciegas, él pensando en si ella será «gorda y fea» y ella en si será «drogada y violada». No cabe duda de que ha nacido una estrella que es interesante escuchar: Mish Way suele decir también que sexualmente le atraen muchas de las cosas que repele ideológicamente, incluida la estética nazi (por ahí van los tiros del título del álbum); cree que la moda es cada vez más importante en la vida; y lo mismo se ha interesado por Bikini Kill que por Oasis (confiesa haber aprendido mucho de la voz de Liam Gallagher), Marianne Faithfull o el garage turco.
Sin duda, White Lung son interesantes. Tan interesantes que pueden terminar ahogando sus propias composiciones, cuyas letras resultan muchísimo más llamativas cuando Way las explica que sobre el papel. Por suerte, el trabajo de Kenneth William a la guitarra o el de Anne-Marie Vassiliou a la batería sí reluce más en tu equipo de música que cuando te lo cuentan y su diálogo en la mencionada ‘Face Down’ mientras Mish canta «you don’t make a sound» es apabullante. Como la guitarra que forma el verdadero estribillo de ‘Sycophant’ que desearías volviera antes de que el tema se dé por terminado en 1 minuto y 38 segundos, o esa batería que recrea perfectamente las contradicciones de White Lung en el corte 1. Seguro que, conocida la idea de Mish Way de que una vez que ha encontrado su voz, el único camino es mejorar, evolucionar y cambiar, White Lung siguen dando que hablar en el futuro.
White Lung actúan el sábado en el Primavera Club.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Down It Goes’, ‘Face Down’, ‘I Believe You’
Te gustará si te gusta: Japandroids, Hole, Sleater-Kinney
Escúchalo: Deezer