Morrissey ha sido noticia últimamente por dos cosas: haber publicado su primera novela ‘List of the Lost‘ tras el éxito de su ‘Autobiografía’ (que tiene prohibido traducir a cualquier idioma) y por haber asegurado que los conciertos que ha dado en septiembre en Reino Unido, “podrían ser los últimos de su carrera en este país”. Este fue su comunicado (las negritas son suyas):
«No hay absolutamente ninguna forma de que podamos generar ningún tipo de interés en los sellos discográficos de Reino Unido, por lo que los dos conciertos en Hammersmith podrían ser nuestros conciertos finales en UK. Estamos obsesivamente agradecidos por todo el interés y la fidelidad de nuestra audiencia… a lo largo de 28 años… pero sin nuevos lanzamientos, no tiene sentido que hagamos más giras. Gracias por estos tiempos absolutamente increíbles. Ha sido un placer y un privilegio».
De sobra es conocida la experiencia traumática que ha vivido Morrissey con su último lanzamiento, ‘World Peace Is None of Your Business‘. Después de que el artista asegurara una y otra vez en los años previos que posiblemente no sacara nada más porque ningún sello le fichaba, Capitol y Harvest editaron el álbum, pero Morrissey lo abandonó o fue invitado a irse (depende de la versión) en medio de una polémica que terminaba con el disco retirado del mercado. Puede que quede algo de stock en tienda pero el álbum no puede ser de nuevo distribuido y desde luego no aparece en las plataformas de streaming. Una pena teniendo en cuenta lo espectacular de su masterización, que oculta multitud de detalles.
Independientemente de que su odiado NME haya puesto a parir esos shows finales, en los que Morrissey indicaba que «no hay necesidad de despedirnos porque estaremos cerca el resto de nuestros días», hace rato que su actitud resulta bastante cansina. Todo el mundo se alegró cuando, después de varios años indicando en cada entrevista que no volvería a hacer un disco por la falta de interés de los sellos, Morrissey sacó álbum, pero no estoy seguro de que el público vaya a aguantar otro lustro con la misma cantinela. El artista tiene una serie de fans que esperará lo que haga falta, pero está claro que la mayor parte de la gente no comprende ni se compadece de la situación de Morrissey. Todo el mundo puede llegar a entender que no quiera optar por la autoedición o la edición en un sello pequeño, o que la industria ofrezca condiciones leoninas, pero es complicado empatizar con él después de que haya dado tantos tumbos discográficos.
Editaba sus primeros tres discos en HMV/Sire, ‘Vauxhall and I’ en Parlophone/Sire, ‘Southpaw Grammar’ en RCA/Sire, ‘Maladjusted’ en Island/Mercury, ‘Morrissey, You Are the Quarry‘ y ‘Ringleader of the Tormentors’ en Sanctuary, ‘Years of Refusal‘ en Decca/Polydor y el último en Harvest Records/Capitol. Es decir, ha pasado por todas las discográficas habidas y por haber. Si se quiere retirar porque le apetece o porque está harto, que se retire, pero en cuanto a sellos quizá el problema lo tenga él y no el mundo.
Siempre ha sido divertido leer las idas de olla de Morrissey, pero en unos tiempos en que la industria no es lo que era y ya no tiene sentido ficharle por millones de dólares cuando sus ventas por disco están por debajo del medio millón de copias, nadie va a culpar a los sellos de no ficharle. Y menos con la que acaba de liarle a Harvest, camisetas de «fuck Harvest» incluidas. ¿Quién va a querer contratarle tras algo así? ¿Acaso en sus tiempos jóvenes nunca hizo una entrevista de trabajo y no sabe cómo hay que comportarse para conseguir un contrato?
Decir además que no va a tocar en su propio país cuando su recaudación por noche está en torno a al cuarto de millón de dólares según Billboard Boxscore es un insulto a todos los que quieren dedicarse a la música y a sus propios fans. Pudiendo generar 1 kilo en 4 noches, tírate el rollo y vuelve a tocar, Mozz. Y no aburras. Ojalá esas malas críticas que está recibiendo su última novela sirvan para recordarle dónde está y a qué debe dedicarse…
Aquí su última actuación, ‘Kiss Me ALot’. No, la retirada no parece obligatoria.