Aunque ‘Smoke Ring For My Halo‘ (2011) puso a Kurt Vile en el mapa, situándolo en la vanguardia del pop/rock/folk psicodélico, Vile no era un novato, ya que, además de haber formado parte de The War On Drugs, ya tenía trabajos publicados en solitario. Artista prolífico, no ha hecho sino mantener el estatus al que llegó, primero con el ensoñador ‘Wakin On A Pretty Daze‘ (2013) y este año volviendo a la primera plana con ‘b’lieve i’m goin down…’ (además de haber publicado diversos EPs entre álbumes). El estilo de Vile sigue mostrándose inconfundible en el nuevo álbum, pero el enfoque sonoro es distinto: nos habíamos acostumbrado a flotar en una nube en la que los distintos instrumentos jugaban entre sí con bastantes efectos que acentuaban la faceta psicodélica, mientras que ahora el tratamiento sonoro, así como la instrumentación (más pianos que sintes, por poner un ejemplo), es mucho más tradicional, hay menos trucos de estudio.
Si bien es cierto que Kurt Vile sigue sonando a Kurt Vile, el nuevo trabajo no solo se distancia de sus predecesores en términos de producción: mientras que veníamos de escuchar una serie de canciones risueñas y ensoñadoras, ‘b’lieve’ muestra el lado más sombrío de Vile, no solo en cuanto a la música, mucho más desnuda y acústica que de costumbre, sino también en cuanto a las letras, de las que se desprende un frecuente sentimiento de culpa, arrepentimiento, desasosiego. El propio título del álbum apuntaba desde un principio a algo así y el primer single, ‘Pretty Pimpin‘, es un medio tiempo meditativo en el que Vile se observa a sí mismo con extrañeza («I woke up this morning, didn’t recognize the man in the mirror»).
Además del citado single, Kurt ha ido presentando otros temas como la rockera ‘Dust Bunnies’, otro punto álgido, pero nuevamente poco representativa del tono general: aquí predomina la calma y la introspección, como en las melancólicas (y preciosas, dicho sea de paso) ‘Wheelhouse’, ‘That’s life, tho (almost hate to say) o ‘All In a Daze Work’, donde se repiten imágenes de soledad e inseguridad («you gotta be alone to figure things out sometimes», canta en ‘Wheelhouse’; «got my mind well twisted», en ‘All In a Daze Work’). La melancolía siempre le ha sentado bien a los temas de Kurt y en este nuevo trabajo hay pasajes realmente preciosos, pero justo antes de caer en la repetición de ideas musicales y líricas, aparece un contrapunto de cierto optimismo como en la romántica ‘Stand Inside’ y, especialmente en el tema que cierra, ‘Wild Imagination’, otro claro protagonista del álbum, un poco en la onda ensoñadora de su predecesor. Vile cambia un poco de tercio al airear sus penas y vuelve a ofrecer un trabajo sin desperdicio, que no hace sino confirmar una carrera que brilla más y más con cada nuevo lanzamiento.
Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘Dust Bunnies’, ‘Pretty Pimpin’, ‘Wheelhouse’, ‘Life Like This’, ‘Wild Imagination’.
Te gustará si te gustan: Will Johnson, Jonathan Wilson, Kings Of Convenience…
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